Los cambios se comen a las rebajas

Arranca el periodo de descuentos en el comercio

El sol llena de ciudadanos las áreas y centros comerciales

Julio Gutiérrez

Julio Gutiérrez

Hace semanas que los descuentos lucen en los escaparates. Este lunes se dio inicio a las tradicionales rebajas, pero los cambios de regalos recibidos fueron mayoritarios.

Tallas amables, colores dudosos o formas que se apartan del gusto de los obsequiados. El ahora intangible día de inicio de las rebajas se ha convertido en el de los cambios, sobre todo en lo que respecta a la ropa. Y tantas son esas visitas en busca de algo más apropiado que las colas disuaden en muchos casos a la clientela. El sol acompañó en Gran Canaria y hubo dinamismo en las áreas de compras.

Intangible el inicio del periodo de rebajas porque han pasado ya diez años desde que cada comercio es libre de aplicar los descuentos en el momento que mejor estime. De tal manera que en este y años pasados los Reyes se compraron rebajados. Siempre que se pudo, y si no ocurrió así fue porque el producto a adquirir aún no disfrutaba de los descuentos, que llegaban y llegan hasta el 70%.

"Ponen rebajas antes de Reyes, pero no en todos los productos y, además, se guardan mercancía para sacarla en estos días"

Teresa

— Administrativa

Sin embargo, hay personas que, como Teresa, han visitado ya muchas veces este campo de batalla del consumismo a lo Fuenteovejuna, lo que le habilita para comprar en latín y hasta hablándolo del revés. «Sí que hay diferencia en algunos precios», afirmó comparando el etiquetado de la semana pasada con el actual. ¿Cómo puede ser eso? «Mira, ponen rebajas antes de Reyes, pero no en todos los productos y, además, se guardan mercancía para sacarla en estos días», explicó.

Sentada en un banco de la avenida de José Mesa y López, esta administrativa se tomó un respiro tras unas cuantas visitas a tiendas de ropa y calzado. Ha llegado a encontrarse ante la oportunidad de pagar «12 euros por un bolso que antes costaba 30». Su modo de organización pasa por mantener un ojo en el avance de la cola para cambiar este top o aquel pantalón, mientras con el otro otea el local en busca de la ganga. Así hasta conformar una estructura de compra con «70% de cambios y 30%» de adquisiciones. Eso siempre que la espera sea razonable.

Primer día de rebajas en Santa Cruz de Tenerife

María Pisaca

El valor del tiempo

Ana no se mostró dispuesta a perder «hora y media» para una devolución que le iba a reportar 16 euros; «valoro mi tiempo», sostuvo. Como para no hacerlo cuando prepara «oposiciones para jueza». Pero entonces, ¿qué hará con el obsequio recibido y que no le satisfizo del todo? «O lo regalaré, o le daré otro uso, pero no voy a quedarme ahí esperando», insistió.

Junto a ella, su madre, Cristina, detalló que visto lo visto, apostaron por «cuestiones prácticas. He acortado este reloj», afirmó mostrando la muñeca. Su escepticismo ante las rebajas, compartido con su heredera, quedó patente ante la queja del uso que el comercio hace de las preposiciones. Eso de «desde» el 20% o «hasta el 70%» son inventos del diablo del consumismo, invitaciones al acercamiento a los percheros que en no pocos casos terminan en frustración.

"O lo regalo, o le daré otro uso, pero no me quedo hora y media esperando para que me devuelvan 16 euros"

Ana

— Opositora

Luego están los plazos para las devoluciones, que Cristina, trabajadora de la Administración, entiende que deben ser de un mes pero que en la mayoría de las ocasiones se acortan a dos semanas. Otra medida para concentrar grandes volúmenes de potenciales compradores en pocos días.

El porteador

Y como el calendario vuela, la mujer de Ricardo -«retirado, que no jubilado, porque no cobro una pensión», aclaró- se lanzó a la calle desde primera hora de este lunes. En la bolsa que portaba su marido no había nada para él, quien, a petición propia, no recibe «ni un regalo el Día de Reyes». Mientras hacía esta revelación, apuntaba con el mentón al ir y venir de ciudadanos aclarando que él no estaba dispuesto a ese ejercicio.

"¿Que me quede en la cola? Vamos, no te lo crees ni tú"

Ricardo

— Retirado

«Cuando ya se hayan ido todos, dentro de doce o quince días, ya vengo yo a por lo que necesite», afirmó. ¿Y si para entonces ya no queda nada? «Hazme caso, siempre hay algo», aseguró. Hasta llegar a ese momento, Ricardo acarrea bolsas y reivindica su espacio para la rebeldía: «¿Que me quede en la cola? Vamos, no te lo crees ni tú», zanjó sin dejar de sonreír.

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