Mercado inmobiliario
La obra nueva se mantiene débil en Canarias pese a las medidas públicas
Los visados registrados desde 2022 apenas superan el millar anual de nuevas viviendas
Los empresarios esperan por cambios de leyes y trámites

Construcción de nuevos edificios de viviendas en Tamaraceite, en la capital grancanaria, con proyectos visados hace varios años. / E.P.
El sector de la construcción en Canarias tiene signos de mejora pero aún dista mucho de los niveles anteriores a la crisis financiera de 2008, cifras que difícilmente se volverán a repetir en la misma magnitud, al menos a corto y medio plazo. La emergencia habitacional y los numerosos planes que están lanzando tanto el Estado, como la Comunidad Autónoma y los ayuntamientos para afrontarla son acicates que dinamizarán el sector pero aún se tienen que concretar ya que los crecimientos de los dos últimos años siguen siendo bajos, tanto en visados de obra nueva como en viviendas puestas en el mercado, frente a la recuperación que se está notando en otras comunidades autónomas.
El indicador de los visados de obra nueva de 2024 registra porcentajes negativos en relación a 2023. La estadística del Ministerio de Vivienda hasta octubre de autorizaciones de dirección de obra en edificaciones e inmuebles de uso residencial, facilitada por los colegios profesionales de arquitectos técnicos, recogen poco más de un millar, por lo que la tendencia es similar a los dos últimos años, es decir, un crecimiento aún débil de nuevas construcciones ya que muchas de las edificaciones que se están ejecutando actualmente proceden de proyectos de varios años, que han estado sujetos a diferentes vicisitudes administrativas y de planeamiento que han demorado su inicio.
Según la misma estadística de los visados de dirección de obra, en 2023 se concedieron en Canarias 1.335 y 1.037 en 2022. En 2021 y 2020 cayeron por debajo del millar debido al impacto de la pandemia en esos años. Pero tampoco en 2019 el dato es mucho mayor ya que también rondó el millar de autorizaciones. Por su parte, en los datos que manejan las patronales canarias de la construcción los visados de obra nueva siguen sin recuperarse ya que en 2023 con respecto a 2022 hubo una caída de los mismos superior al 5%, mientras que en 2024 la situación era similar y, a falta de contar con los datos oficiales cerrados, el descenso estaba sobre el 2%, lo que supone que no hay aún una dinamización real de la construcción de vivienda en las Islas.
Antes de la crisis económica y financiera de 2008 la media de construcción de vivienda en Canarias superaba las 30.000 unidades, mientras que en estos últimos años esta cifra se ha reducido a unas 3.000 anuales desde el sector privado, mientras que el sector público apenas ha construido viviendas sociales desde 2011.
Empresarios y constructores lo han denunciado en varias ocasiones: es necesario remover las dificultades y obstáculos que existen en el planeamiento y en la Administración para dinamizar el sector de la construcción y especialmente el de la vivienda. Hay un aspectos esencial al que ya se han puesto manos a la obra tanto el Gobierno central como el canario: la modificación de las leyes del suelo estatal y autonómica para propiciar un acortamiento de plazos y facilitar que aquellos suelos que los ayuntamientos y las administraciones públicas quieran dedicar a viviendas se puedan disponer en el plazo más breve de tiempo posible, sin esperar más de ocho y diez años a cambios en los planes generales, así como que las empresas puedan acogerse al derecho de superficie para edificar en suelo público. Por otro lado, la agilización de los trámites administrativos para obtener las licencias de construcción es otra demanda en la que ya se está trabajando.
Financiación
Junto a la parte de planificación y tramitación también está la financiación. El sector de la construcción necesita músculo financiero y un elemento esencial en este sentido es la utilización de los fondos de la Reserva para Inversiones (RIC) para destinarlos a la construcción de inmuebles de alquiler asequible bajo una serie de condiciones. Este cambio está pendiente también de una decisión política que se dirime en el Congreso de los Diputados.
Los cambios de leyes y la agilización de la burocracia administrativa son cuestiones que llevan su tiempo hasta que entren en vigor y el periodo de adaptación para que se apliquen suponen que el sector de la construcción y la edificación de vivienda tardará aún en coger el ritmo adecuado para producir las casas que palíen la emergencia habitacional. El ritmo de crecimiento de viviendas en Canarias es de 1.100 viviendas al año y haría falta construir unas 15.000 viviendas anuales para llegar al equilibrio en 2031. Se está construyendo el 5 y el 8% de lo necesario para solucionar el problema de vivienda en Canarias, según los informes que se realizan en relación a la situación real del mercado inmobiliario.
Sólo para evitar que el déficit actual siga creciendo habría que poner en el mercado unas 10.700 viviendas al año, cuando las previstas representan el 10% de esta cifra. La Administración está en disposición de edificar un millar de viviendas de promoción pública al año y los constructores hablan de unas 3.000 anuales, cifras aún lejanas a las verdaderas necesidades de la población.
Las reformas de edificios siguen en cifras estables
En las estadísticas de visados de los colegios de arquitectos y arquitectos técnicos figuran, junto a la obra nueva, tanto las ampliaciones como la rehabilitación de edificios e inmuebles, que incrementan las cifras totales de autorizaciones que se registran. Por ejemplo en 2023 se concedieron 370 visados de dirección de obra para la reforma y restauración de edificios destinados a vivienda en Canarias, mientras que en 2024 hasta octubre las cifras ya eran similares, lo que supone que la rehabilitación y reforma sí mantienen el pulso del sector gracias a los incentivos que se ofrecen en los distintos planes de vivienda. | R. A. D.
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