Mercado inmobiliario

La utopía de comprar casa en Canarias: se hunde la cifra de familias con vivienda propia

Los hogares isleños que son dueños de los inmuebles donde residen pasan del 78 al 63,7% en la última década, la mayor caída del país

Un operario trabaja en los marcos de las ventanas de un edificio de viviendas en construcción.

Un operario trabaja en los marcos de las ventanas de un edificio de viviendas en construcción. / Arturo Jiménez

Santa Cruz de Tenerife

La relación de las familias canarias con las viviendas en que residen ha cambiado en la última década más que en ninguna otra comunidad autónoma. Tener casa en propiedad, aun cuando medie una hipoteca, es una utopía, una quimera, para buena parte de la población isleña, una percepción que ahora corroboran los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Desde 2014, el porcentaje de hogares del Archipiélago que son dueños de los inmuebles que habitan ha experimentado una extraordinaria caída, la mayor del país con mucha diferencia.

Hace diez años, cuando se empezaba a dar por superada la Gran Recesión que había estallado a finales de 2007, un 78% de las familias de la región residía en viviendas de su propiedad. Era el mismo porcentaje que en el conjunto de España. En 2024, de acuerdo con la Encuesta de condiciones de vida recién publicada por el INE, la tasa de hogares que son dueños de la casa que moran se situó, a nivel nacional, en el 73,6%, 4,4 puntos menos que hace una década y la más baja desde que en 2004, veinte años atrás, se comenzasen a publicar datos oficiales. Sin embargo, la caída es más acusada en Canarias, mucho más acusada. No en vano, apenas un 63,7% de las familias isleñas es hoy propietario de los inmuebles en que reside. Son diez puntos menos que la media estatal, y ello, cabe insistir, a pesar de que el porcentaje de hogares con casa propia era exactamente el mismo, en España en general y en el Archipiélago en particular, en 2014.

Canarias, la región que más baja

El caso es que mientras que las familias propietarias pasaron en el país de aquel 78 al actual 73,6%, en Canarias lo hicieron del 78 a ese 63,7%. El porcentaje de hogares dueños de los inmuebles que habitan se ha reducido así en la Comunidad Autónoma en hasta 14,3 puntos en el último decenio, una aminoración a todas luces extraordinaria. De hecho, en ninguna otra región se ha registrado una reducción tan notable –ni de lejos– de la tasa de familias con el título de propiedad de sus viviendas. Para hacerse una idea de la magnitud del paso atrás dado en las Islas basta con apuntar que en la segunda comunidad en que más ha cambiado la relación de los hogares con los inmuebles que ocupan –Galicia–, aquellos han pasado del 83,5% de 2014 al actual 75,5%, solo ocho puntos menos. Canarias es así, junto con el otro archipiélago del país, Baleares –63,6%, prácticamente el mismo porcentaje que aquí–, la autonomía con la tasa más baja de familias propietarias de sus casas.

Pero, además, resulta que entre los hogares propietarios están los que lo son con todas las letras y los que, por el contrario, no lo serán en términos estrictos hasta que terminen de pagar la hipoteca. Pues bien, en esta última situación está un 21,2% de las familias de las Islas, frente al 24,7% de la media nacional, 3,5 puntos de diferencia que son el reflejo de las mayores dificultades con que se encuentran los canarios a la hora de conseguir que el banco les dé una hipoteca. Algo en lo que a su vez subyacen los más bajos y hasta mucho más bajos salarios que, por lo general, se pagan en el Archipiélago. La consecuencia es que ha aumentado sobremanera el número de hogares que viven de alquiler, que eran un 15% en 2014 y hoy ya suponen un 27%. Si se tiene en cuenta que los alquileres también están por las nubes –en máximos históricos–, queda así patente la grave crisis inmobiliaria que sufren los canarios.

Archivo - Recurso de llaves, firma de hipotecas sobre viviendas.

Archivo - Recurso de llaves, firma de hipotecas sobre viviendas. / EUROPA PRESS - Archivo

Población, oferta y salarios

En el cada vez menor porcentaje de familias dueñas de sus casas subyacen, tal como explica el director de Consultoría de Corporación 5, José Miguel González, la combinación de sueldos insuficientes con una oferta minúscula –baja oferta y alta demanda implican subidas de precio– y la «dinámica demográfica». Una dinámica que deja a jóvenes e inmigrantes como grandes perdedores, ya que aun cuando dispongan de ingresos digamos aceptables, se las ven y se las desean para dar con casas que poder pagar. No hay «rotación» del bien, en este caso la vivienda: quien tenía casa la sigue teniendo, pero a las nuevas familias les resulta casi un imposible.

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