Hosteleria

La cláusula antiinflación abre las puertas a evitar nuevas huelgas en el sector turístico de Canarias

La mediación de Clavijo facilitó el blindaje de las nóminas pero el ‘no’ de los empleados de los grandes hoteles dinamitó el preacuerdo entre patronal y sindicatos

Concentración de trabajadores en los aledaños de un hotel del sur de Tenerife el pasado Jueves Santo.

Concentración de trabajadores en los aledaños de un hotel del sur de Tenerife el pasado Jueves Santo. / María Pisaca

Santa Cruz de Tenerife

Para cuando la patronal y los sindicatos de la hostelería redactaron el preacuerdo que debía evitar la huelga durante la Semana Santa, los ánimos entre los trabajadores ya estaban demasiado inflamados. Los paros eran inevitables. Sin embargo, aquel frustrado preacuerdo incluye o incluía la llave que debe de cerrar las puertas a cualquier posibilidad de nuevas huelgas: una cláusula de revisión salarial en virtud de la cual los sueldos subirían de forma automática conforme lo haga el Índice de Precios de Consumo (IPC). Es decir, una cláusula que blindaría el poder adquisitivo de los empleados frente a eventuales oleadas inflacionarias como la que se desató a comienzos de 2021, la misma que aún no se ha superado del todo.

La mediación del presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, fue clave para distender las posturas de los sindicatos y de las patronales hotelera –Ashotel– y de la restauración –AERO–, y de hecho fue quien promovió la inclusión en el preacuerdo de esa cláusula de revisión salarial. Un éxito para los representantes de los trabajadores, ya que al quedar garantizada la mejora de las nóminas en línea con el IPC, la discusión en futuras negociaciones se centraría en cuánto más podrían arañar, esto es, en pelear por mayores subidas, pero siempre con el poder adquisitivo blindado.

Paz laboral

Por eso tanto Sindicalistas de Base (SB), el sindicato mayoritario en el sector en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, como Comisiones Obreras (CCOO) dieron el visto bueno al preacuerdo, y por eso la cláusula de revisión salarial, o cláusula antiinflación, se presenta como fundamental para acercar la paz laboral a la hostelería. ¿Por qué entonces las asambleas de SB y CCOO rechazaron al final el preacuerdo? Pues porque el blindaje del poder adquisitivo es una medida o garantía de futuro, pero no remedia el deterioro que la capacidad de compra de los trabajadores –de los de la hostelería en particular y de todos en general– ha sufrido en los últimos años. Y resulta que las subidas extras que la patronal ofreció para paliar ese deterioro se consideraron insuficientes.

El convenio colectivo aún en vigor establece para 2025 un incremento salarial del 2% a partir de julio. En Ashotel estaban dispuestos a añadir un 2% más –con efectos retroactivos desde abril– para paliar la pérdida de poder adquisitivo de los empleados, y otro 2%, también a partir de julio, solo para los trabajadores de hoteles donde no haya pactos salariales vigentes. Estos pactos salariales entre patronal y sindicatos se circunscriben a una empresa en concreto –a un hotel en este caso– y permiten a sus empleados cobrar por encima de lo fijado en el convenio sectorial, de ahí que desde la lógica de Ashotel se ofreciese un 2% extraordinario para los establecimientos donde no haya acuerdos de este tipo.

El pacto se alcanzó sin margen para exponerlo y con los ánimos ya muy inflamados: los paros eran inevitables

No obstante, resulta que aunque los hoteles de la provincia tinerfeña con pactos salariales en vigor son una minoría –su número oscila entre los 80 y los cien–, también son los que concentran la mayor parte de los trabajadores, alrededor de un 80%. Son los grandes establecimientos de las grandes firmas, que como tal son las que pueden permitirse pagar sobreconvenio. Así que la postura mayoritaria de los asalariados de este centenar de hoteles viene a ser la postura mayoritaria de los asalariados del subsector en general, y como quiera que la subida extra para paliar los efectos de la inflación era en su caso de solo un 2% –un 4% en total si se considera la ya establecida en convenio–, su no al preacuerdo acabó por dinamitarlo. Y la voladura también afectó, claro, a la cláusula antiinflación.

Por eso aún había este lunes quienes desde la representación de los trabajadores se lamentaban de no haber conseguido cerrar un pacto que daba tranquilidad para los próximos años. Un avance propiciado por el mismo Fernando Clavijo que de haberse contado con más tiempo para madurarlo y explicarlo –el preacuerdo se alcanzó el miércoles por la mañana y las asambleas de SB y de CCOO se celebraron de inmediato, esa misma tarde–, tal vez ya estaría atado.

Voluntad negociadora

Sea como sea, sindicatos y patronal comparten la misma voluntad negociadora –está por ver cuál de las dos partes tomará la iniciativa de las conversaciones, aunque esto no será un obstáculo– y son conscientes de que nuevos paros o huelgas irían en detrimento de todos: de empresas y de trabajadores. En este sentido, el secretario de Comunicación y Relaciones Institucionales de SB, Manuel Fitas, apuesta por «bajar un par de escalones» entre las posturas maximalistas de unos y de otros. Eso sí, avisa a la patronal que la «guerra mediática» la tiene perdida de antemano, con lo que espera la suficiente altura de miras como para que aquello en lo que se avanzó –y entra aquí, por ejemplo, la cláusula de revisión salarial– no quede definitivamente en agua de borrajas.

Al respecto, Fitas valora el papel del presidente del Ejecutivo autonómico en pos de un acuerdo, y de hecho contrapone de algún modo la actuación de Clavijo con la de la Consejería de Turismo, que decretó unos servicios mínimos que levantaron ampollas entre los sindicatos.

Francisco Javier Velasco, secretario de Acción Sindical de la Federación de Servicios de CCOO, apunta, por su parte, que no descarta «ningún movimiento» si las negociaciones no se retoman o no llegasen a buen puerto. «Porque la clase trabajadora empuja, ya se ha visto», agrega. Ambos, tanto Velasco como Fitas, destacan el «seguimiento masivo» que tuvo la huelga, muy por encima del 10% en que lo cifró la patronal, un dato, ahonda el representante de CCOO, que «no se lo cree nadie».

Las leyes turísticas echan a andar

Los cambios normativos anunciados por la consejera de Turismo canaria, Jéssica de León, avanzan. Tras llevar hasta el trámite parlamentario la regulación del alquiler vacacional llega ahora el turno de la Ley de Ordenación del Turismo de Canarias (7/1995) y la Ley de Renovación y Modernización Turística de Canarias (2/2013). El Consejo de Gobierno dio ayer luz verde a ambas modificaciones. Sobre la última de ellas, De León avanzó que va a contener «medidas para evitar o paliar los efectos de la problemática por la falta de vivienda para residencia habitual en las zonas turísticas atendiendo a las necesidades habitacionales de la población». Esto es, buscará encaje legal a la utilización como vivienda habitual de apartamentos inicialmente destinados al turismo; práctica que está dando origen a multas a los propietarios.

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