Entrevista | Sergio ‘Nito’ Rodríguez Dueño de Frutas y Verduras Nito

Sergio Rodríguez, dueño de Frutas y Verduras Nito: «Si la gente tuviera el producto local a mano, lo consumiría»

El agricultor defiende que los más jóvenes no se animan a trabajar en el campo porque "los padres siempre han utilizado el trabajo en las fincas como amenaza de castigo"

Sergio Rodríguez en su finca con una de las cajas que oferta en su página web.

Sergio Rodríguez en su finca con una de las cajas que oferta en su página web. / LP/DLP

Las Palmas de Gran Canaria

Nito utiliza las redes sociales para vender sus productos, pero también para dar a conocer las bondades del sector primario y de la gastronomía isleña. ¿Su sueño? Lograr que los jóvenes que consumen su contenido acaben en una finca. 

Su tienda de frutas y verduras se ha viralizado en redes. ¿Desde cuándo se dedica a esto?

Mi padre vendía al por mayor y yo empecé en este mundo cuando tenía cuatro años. Me marcó el hecho de que cuando llegaba la hora de recoger, siempre llegaba alguno que, por cuatro perras, nos compraba lo que tanto sudor nos había costado producir. Me traumatizó. Quería ser agricultor porque me encanta, pero tenía claro que el producto tenía que venderse directamente al consumidor final. Cuando cumplí 18 años, cogí un puesto en el mercadillo y luego una finca. Y cuando llegó la pandemia se me ocurrió hacer vídeos mostrando los productos que tenía, metiéndonos en cajas y ofreciendo el servicio de reparto a domicilio. Y fue un boom. Cuando empezaron a permitir que la gente saliera, la cosa cambió, ya no podía llegar a tantas casas y se me ocurrió montar con cuatro planchas un punto de venta directo en uno de mis invernaderos. Se fue corriendo la voz hasta el punto de que se formaba un colapso en la zona. Y la solución a eso fue montar la frutería. Fuimos la primera con servicio a domicilio a toda Canarias.

¿Solo vende producto local?

Intento tenerlo todo de cosecha propia, pero no se puede. Entonces, apuesto por los agricultores cercanos. Y si no hay, buscamos en Canarias o España. Muy rara vez tenemos productos de otro país.

¿Cuál es la clave del éxito?

La sinceridad y la confianza que uno transmite. Intento tener la mejor calidad siempre. Y no hablo de productos bonitos, sino los que te comes y te dan ganas de seguir comiendo y que sanitariamente tienen todo en orden.

Utiliza las redes sociales para vender, pero también para informar sobre el sector primario. ¿Qué le motivó a dar ese paso?

El hecho de tener a la sociedad educada. El producto que se produce aquí en Canarias es mejor por cercanía, por el sabor. Informar te beneficia directamente al negocio. Vender papas del país significa que das trabajo a gente de aquí, que se cultiva la tierra para que haya un buen paisaje, que ayudas a la ecología, etc. Hay que concienciar a la gente de lo importante que es producir y consumir producto local. Es un propósito que tengo. Ojalá algún día cuatro chiquillos se dediquen a esto por mi culpa. Es mi sueño.

Mezclar agricultura y redes sociales suena a reto...

Es un reto. Lo que le gusta a la gente es ver vídeos cortos de programas de televisión o boberías de fútbol. Hay poca gente que agradece vídeos en los que te sale un tipo agachado arrancando hierbas. Yo tengo dos tipos de público. En Facebook son 250.000 seguidores y es un público más mayor. Personas que se criaron en el campo y se trasladaron a las ciudades y les recuerdo un poco a su niñez. Y después los más jóvenes, a los que les pica un poco la curiosidad y el gusanillo de ver cómo se hace.

¿Pueden las redes sociales ayudar a valorizar el trabajo en el sector primario?

Claro. Ahora es más fácil que a un niño le guste el fútbol que la agricultura. Porque de la agricultura solo ve un 1% de lo que realmente es. A una persona no le puede gustar algo que no conoce. Ahí está un poco mi labor de dar a conocer lo que hago para que eso cambie. He tenido la oportunidad de ser esa cara visible del sector, pero hay muchas familias que se dedican a esto.

¿Qué tipo de vídeos tienen más éxito?

Yo siempre lo oriento al buen rollo, a tener esa broma, esa manera de transmitir directa. Y por eso a la gente le gusta el contenido. En mi canal de Instagram subo todo tipo de cuestiones que tienen que ver con agricultura, trucos, consejos. Suelo variar, hago uno de las fincas, otro de las fruterías y otro enseñando algún producto de la tienda online. Y si voy de visita a algún lado, muestro lo que veo.

¿Cree que los canarios valoran el producto de kilómetro cero?

El 90% de la gente es consciente de que hay que consumir el producto local. ¿Qué pasa? Que en los supermercados, donde la gente compra todo, no se les da esa opción. Muchos supermercados se llenan la boca diciendo que venden producto local y después solo es un 15% de su mercancía. Si la gente lo tuviera a mano, por supuesto elegirían el producto canario, frente a otros de fuera. Los canarios somos muy de lo nuestro. Y es más barato consumir producto local que consumir producto de fuera. Los mercadillos son más baratos, pero mucha gente no tiene ese rato los fines de semana y tira de supermercado. Ese es el fallo que estamos cometiendo.

¿Sigue creyendo que los intermediarios se enriquecen y los agricultores no ganan lo que deberían?

Sí. Los agricultores llevamos unos cinco o seis meses cobrando a precios muy bajos. Y no solo es que seguimos cobrando esos productos al precio de antes, sino que nos cuesta producir el doble. Por la subida de los insumos, los abonos, el agua, etc. Y también lo que nos cuesta tener a una persona trabajando en la finca y toda la burocracia que se necesita para tener todo legal. En mi caso, por ejemplo, tengo que tener a una persona exclusivamente para poder llevar el control de todos los productos que recomiendo. Eso es otro sueldo, que después hay que repercutir en los precios para los consumidores.

Desde muy pequeño supo que quería dedicarse a esto, pero lo cierto es que el sector tiene un problema con el relevo generacional. ¿Qué cree que es lo que los frena?

Es un problema social. Los padres dicen: o estudias o vas a la finca. Desde chiquititos nos inculcan que la finca es una cosa mala. Y es un trabajo igual de lindo que el resto o incluso más porque todos los días hace falta un agricultor. Más del 40% de los agricultores canarios tienen 65 años. Es un problema, pero yo intento que los jóvenes lo vean como una oportunidad. Cuando en un sector faltan trabajadores, se paga mejor. Tengo la esperanza de que en algún momento se nos valore.

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