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Reserva Federal de EEUU

Powell abre la puerta a la rebaja de tipos en septiembre

Los mercados dan la bienvenida a las palabras en Jackson Hole del presidente de la Fed, que sutilmente ha dejado un mensaje frente a las presiones de Trump para defender la independencia del banco central

El Dow Jones de Industriales sube 715 puntos tras apuntar Powell a una bajada de tipos

El Dow Jones de Industriales sube 715 puntos tras apuntar Powell a una bajada de tipos

Nueva York

Jerome Powell, el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, acostumbra a dar noticias cada año cuando habla en la reunión en Jackson Hole (Wyoming) y este viernes no ha sido diferente. Powell ha dejado la puerta abierta a una rebaja de los tipos de interés y, aunque no ha especificado un calendario, el consenso es que podría ser en la próxima reunión del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) el 16 y 17 de septiembre. Su sugerencia ha llegado, además, con más claridad de lo que se anticipaba, y ese mensaje ha sido bien recibido en los mercados tanto estadounidenses como internacionales, donde distintos índices han respondido con subidas.

Las palabras y el tono de Powell sugieren que se aleja la posibilidad de un recorte de tipos de 0,5 puntos porcentuales por el que han clamado figuras como el secretario del Tesoro de Trump, Scott Bessent, pero sí acercan la bajada de 0,25 puntos respecto a la horquilla actual, que en la reunión de julio los mantuvo situados entre el 4,25 y el 4,5%.

Powell no ha llegado a comprometer que esa política de recortes vaya a ser mantenida en el tiempo, en parte porque ha identificado la compleja situación que enfrenta la economía, una complejidad que plantea a la Fed retos para mantener el equilibrio en su mandato: buscar el pleno empleo y una inflación del 2%. 

Concretamente, a la hora de explicar esa complejidad, Powell ha señalado a la estabilidad actual del mercado laboral, que se debe a lo que ha identificado como un “curioso equilibrio” en la desaceleración tanto de oferta como de demanda de empleo. Por otra parte, ha mencionado los riesgos de aumento de inflación, en parte por el impacto de los aranceles de Donald Trump, aunque ha sugerido por primera vez más confianza en que el impacto de esos precios más altos podría ser temporalmente limitado.

La presión política

La expectación ante este discurso de Powell era inmensa, y no solo por el contenido económico sino por el momento político en que llega. El presidente Trump mantiene desde que ha regresado a la Casa Blanca una feroz e incesante campaña de presión y crítica dirigida al banco central y, especialmente, hacia Powell. El mandatario exige un recorte de tipos que ayude a una economía impactada por sus aranceles y se muestra impasible ante el daño descomunal que provoca en la credibilidad de EEUU su asalto a la independencia de la Fed.

Powell hasta ahora ha mostrado un talante de hielo para resistir, como pocos, esas embestidas de Trump. Lo demostró el mes pasado, cuando se atrevió a enmendar al presidente ante los periodistas cuando este trató de tenderle una emboscada en una visita a las obras de renovación de la sede central de la Fed, donde Trump ha tratado de agitar fantasmas de excesos innecesarios de gasto que han elevado el presupuesto de la obra.

Este viernes en Jackson Hole el economista también ha dejado un mensaje de independencia con sutil elegancia. Y lo ha hecho al recordar que los miembros del FOMC toman sus decisiones “basados solo en su valoración de los datos y sus implicaciones para las perspectivas económicas y el balance de riesgos. Nunca nos alejaremos de ese enfoque”, ha dicho.

Para Trump, no obstante, la campaña de acoso no cesa. Este mismo viernes, mientras Powell hablaba a los pies de las Rocosas, el mandatario renovaba la presión sobre Lisa Cook, una de las gobernadoras de la Fed, a la que el republicano y su Administración llevan varios días acusando, sin pruebas, de haber cometido un fraude hipotecario. "La despediré si no dimite", decía Trump.

Cambio de marco

El discurso de Jackson Hole también ha servido a Powell para presentar un anunciado cambio del llamado "marco de la política" de la Fed, una revisión de la estrategia de política monetaria que se realiza cada cinco años.

El último marco se fijó durante la pandemia y se presentó en una edición de Jackson Hole que se celebró en remoto. Entonces la estrategia se concentró en los riesgos que conllevaban los tipos cercanos a cero y la baja inflación, y la Fed adoptó la idea de permitir que los precios subieran un poco respecto al objetivo del 2% para equilibrar periodos en que la inflación estaba más baja. Igualmente en 2020 se decidió que solo se concentrarían en el índice de paro cuando fuera muy alto.

La economía pronto superó ese planteamiento, especialmente con una subida de los precios que se ha mostrado persistente, y ahora el problema es justo el contrario: una inflación más alta y volátil.

Este viernes Powell ha recordado que aquella estrategia nunca tuvo la intención de "renunciar de manera permanente" a la posibilidad de subir tipos cuando el mercado laboral es fuerte anticipando la alta inflación. Ha indicado que se vuelve a un enfoque más tradicional y se hacen ajustes que sugieren menos tolerancia a un mercado laboral "caliente" pero manteniendo opciones abiertas de cómo responder.

"No podemos decir con certeza en qué punto se asentarán los tipos pero su nivel neutral (el que se considera que ni estimula ni reduce la actividad) puede ser más alto que en la década de 2010".

Es una clara señal de que, para la Fed, ha acabado la era de tipos de interés ultrabajos. El cambio en el marco, en cualquier caso, no afecta a decisiones a corto plazo y no tendrá impacto en lo inmediato.

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