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Energía

Óliver Fernández (Repsol): "La movilidad eléctrica no es una carrera de 100 metros"

El director de Movilidad Eléctrica de Repsol explica el crecimiento constante de la red de recarga, los retos de tramitación que frenan su despliegue, la apuesta de Repsol por la innovación y el futuro multienergético que marcará el avance de la movilidad eléctrica

Óliver Fernández, en la plaza de María Pita. |

Óliver Fernández, en la plaza de María Pita. | / Carlos Pardellas

Manolo Rodríguez

A Coruña

El director de Movilidad Eléctrica de Repsol, Óliver Fernández, está en A Coruña con motivo del Repsol Eco Rallye, quinta cita del Campeonato de España de Energías Alternativas. En la penúltima prueba del certamen, más de 50 equipos recorrerán 600 kilómetros por Galicia.

Repsol ha apostado fuerte por la movilidad eléctrica. ¿Cómo encaja en la estrategia de descarbonización de la empresa?

Encaja perfectamente. Repsol es una empresa multienergética, con vocación de ofrecer la energía que necesitan los clientes: combustibles, renovables, gas, electricidad o movilidad eléctrica. Empezamos en este ámbito en 2009, cuando apenas había 45 o 50 coches eléctricos en España. Desde entonces hemos dado pasos de gigante.

¿Por ejemplo?

Hoy tenemos en funcionamiento unos 2.700 puntos de recarga en la península. Además, gracias a acuerdos con otras compañías y nuestra app Waylet, los usuarios disponen de más de 7.000 puntos. Una de cada tres estaciones de Repsol ya cuenta con cargador. También estamos presentes en aparcamientos y vías públicas.

¿Qué impacto tiene esta expansión en Galicia?

En Galicia contamos con unas 260 estaciones y más de 100 puntos de recarga, con otros 30 en construcción. Inditex en Arteixo o Correos ya trabajan con cargadores de Repsol, y pronto estarán disponibles en estaciones de tren de Adif. Todo esto facilita que empresas gallegas adopten la movilidad eléctrica. Además, ofrecemos soluciones combinadas como paneles fotovoltaicos y almacenamiento en baterías. Y no olvidemos la refinería de A Coruña, donde también se producen combustibles renovables.

¿Son suficientes los puntos actuales de recarga o se necesitan más?

En los últimos 12 meses hemos duplicado puntos de recarga, usuarios y transacciones. Pero no nos quedamos ahí. Queremos acompañar al mercado y crecer con las necesidades de los clientes. Hay que tener en cuenta que el 70% de la energía vendida en movilidad eléctrica no va para el ámbito público, sino para el privado: viviendas y empresas de logística, paquetería, alquiler o transporte. Trabajamos con empresas como Inditex, Correos o Seur.

La venta de combustibles fósiles ha sido históricamente el núcleo del negocio de Repsol, ¿cómo afronta la compañía este giro hacia la electricidad?

Es una oportunidad fantástica. Son momentos únicos en los que vives una revolución energética en primera persona. En Repsol no solo ocurre en movilidad eléctrica, también en combustibles renovables. El reto exige apertura a nuevas ideas, colaboración y equipos diversos. El sector cambia rápido y eso te obliga a estar muy encima, pero también es un aliciente.

¿Es rentable la movilidad eléctrica hoy para Repsol?

Todavía no. Es un negocio incipiente, muy intensivo en inversión. Pero es una apuesta a futuro, una carrera de largo plazo, no de 100 metros.

¿Qué obstáculos encuentran para ampliar la red?

El principal reto es la tramitación. Tardamos de media quince meses en abrir un punto de recarga de media potencia. Cada ubicación implica diferentes administraciones y procesos. A veces invertimos y el expediente queda congelado meses. Esto frena el despliegue y afecta al usuario. El gran reto de la movilidad eléctrica es el acceso rápido y garantizado a potencia en la red.

La innovación avanza rápido. ¿Qué novedades impulsa Repsol?

Un ejemplo es AutoCharge, lanzado hace tres meses. Permite que, tras una primera recarga, el vehículo quede vinculado al usuario: a partir de ahí basta con enchufar. La acogida es fantástica: ya representa el 14% de la energía recargada. Es una revolución en simplicidad y experiencia de cliente.

¿Llegaremos a recargar un coche en el mismo tiempo que se tarda en llenar un depósito de gasolina?

Depende. No siempre es necesario cargar en pocos minutos. En muchos casos una recarga lenta y barata, como en viviendas o empresas con vehículos estacionados horas, es más adecuada. Pero sí, habrá recargas ultrarrápidas de 10-15 minutos, siempre que coincidan cargadores potentes y coches preparados para admitir esa potencia.

Miremos, por ejemplo, a diez años, ¿cómo imagina que puede ser la movilidad eléctrica?

Nadie puede preverlo con exactitud. Lo que sí sabemos es que será un escenario multienergético. La demanda mundial de energía crece y seguirá creciendo. Por eso no hay una única solución: eléctricos, combustión más eficiente y renovables deberán convivir.

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