La tecnología está irrumpiendo en todos los sectores, aunque en algunos más tradicionales lo está haciendo de una forma más tardía. Este es el caso de la industria agroalimentaria, un sector que abarca tantas actividades (producción, transformación y distribución) que en algunas la tecnología lleva presente bastante tiempo pero en otras está irrumpiendo ahora tímidamente.

“La introducción de la tecnología en esta industria empezó por la parte final de la cadena de valor, es decir, por la restauración y los supermercados a través de la irrupción de las plataformas de delivery y de mercados online”, explica en una entrevista Mila Valcárcel, managing partner de Eatable Adventures, quien añade que en los últimos años está permeando en toda la cadena y prueba de ello es que “el año pasado vimos que se invirtió más en startups que estaban trabajando en la parte de transformación y agricultura”.

Este cambio de paradigma se debe a varios factores, entre los que está la sostenibilidad. Según un informe publicado por el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), la agricultura, ganadería y silvicultura (explotación de los bosques) producen la cuarta parte del total de las emisiones de gases de efecto invernadero, además de ser el sector que más emisiones de metano y oxido nitroso genera.

“Para que nos podamos comer un filete, previamente hay que cebar a la vaca que no está pastando por el campo. Está en una granja donde le dan piensos que proceden de una soja que para plantarla ha habido que deforestar”, narra Valcárcel. Este impacto se puede reducir con la tecnología. En este ejemplo la experta destaca dos tipos de soluciones innovadoras que evitarían este daño medioambiental. Por un lado, están las que ayudan a reducir el impacto que generan las granjas y por otro, la de eliminar de la ecuación a los animales a través de la generación de proteínas de origen vegetal. “De aquí viene el movimiento que estamos viendo ahora tan grande de productos fabricados con plantas. Estos movimientos que todavía son incipientes generarán un gran cambio en la forma de comer”, opina la experta.

Dentro de esta revolución de la proteína destacan tres tecnologías que están surgiendo. Una de ellas es la fermentación, que consiste en que una biomasa se convierte en proteína a través de unos microorganismos, “como ocurre en el caso de la cerveza”; así como el cultivo celular, que es la réplica de las celular para generar, por ejemplo, músculo de carne (aunque esta solución está todavía alejada en el tiempo debido a sus costes en Singapur ya está permitido su consumo). “Con la tercera tecnología vamos a ver que experimenta un búmeran en los próximos años para la generación de proteína”. Se trata del micelio, el conjunto de filamentos pluricelulares que forman la parte vegetativa del hongo. “Hay bastantes startups que están sustituyendo generando hamburguesas o carnes con el micelio”, asegura Valcárcel.

Para la experta otra tecnología que tendrá un gran impacto será el ‘vertical farming’, una solución que permite el cultivo de plantas dentro de edificios de varios pisos o rascacielos, lo que permitirá que países con climas extremos puedan producir sus propios alimentos vegetales.

En cuanto a la parte final de la cadena están surgiendo modelos tiendas automatizadas donde no hay apenas intervención humana o nuevos modelos de delivery más allá de las cocinas ciegas. En este aspecto la experta recuerda que ya hay varias startups trabajando en cocinas totalmente robotizadas, “por un lado entra la materia prima y por el otro sale el plato elaborado y perfecto”.

Como hemos visto, las startups son las protagonistas de esta revolución tecnológica en el sector y las empresas se están dando cuenta de que invertir y colaborar con este tipo de compañías innovadoras es la mejor opción de actualizarse en este sector.

En el caso de España, Valcárcel advierte que si no se actualiza esta industria en nuestro país el impacto va a ser muy grande. “El sector agroalimentario supone cerca del 10% del PIB y si los países a los que exportamos fruta y verdura comienzan a producir, ¿qué vamos a hacer?”. En este aspecto, la experta recomienda desarrollar empresas tecnológicas sólidas para que España se convierta en exportador, “pero no de materias primas, sino de tecnología” y este es uno de los objetivos que tiene el programa Spain FoodTech, impulsado por Eatable Adventures.