¿Es el Senado una cámara inservible?

Para nada. El Senado es la Cámara territorial por excelencia, una Cámara de doble lectura que no solo aporta otro punto de vista a cuestiones que se dirimen en el Congreso de los Diputados, sino que saca adelante otras, como los Presupuestos Generales del Estado. Entiendo que la ciudadanía, por culpa del proceder bipartidista que primó en anteriores legislaturas y las promesas venideras de la presente, crea que la Cámara alta no sirve; que es un 'cementerio de elefantes', como he llegado a escuchar. Pero lo que realmente ha sido inútil es la mala gestión que se ha hecho de sus posibilidades. Lo único que el Senado necesita es una reforma desde dentro, un lavado de cara con personas que aporten nuevas ideas y hagan de él un verdadero instrumento al servicio de los desequilibrios territoriales.

¿Cómo se hace?

Pues para ello, no creo que sean de ayuda declaraciones como la del líder del PP exigiendo que los senadores electos de su formación deban apoyen la aplicación del 155. Al final usan esa Cámara de forma inadecuada. Por supuesto que me importa todo lo que pasa en mi país, pero, si Fuerteventura me escoge como su adalid en el Senado, ¿no es mi deber centrar mis esfuerzos en que sus intereses resuenen alto y claro en la Cámara?

¿Qué lo ha animado a presentarse al Senado?

Tengo la magnífica referencia de dos grandes compañeros como son María José López Santana y Pedro Quevedo. Ella porque ha luchado más por Fuerteventura, por ejemplo, con la cuestión de Las kellys o cierre del CIE del Matorral, siendo senadora por Gran Canaria que los que en Madrid debían representarnos. Y él porque es indiscutiblemente la voz canaria en Madrid y el mejor diputado que ha dado esta tierra en la historia de la democracia. Si ellos dos, con los pocos recursos que han tenido, han conseguido tanto por esta tierra, está claro que con el apoyo de la ciudadanía podemos seguir haciendo nuestro trabajo. Esa es mi mayor inspiración y nuestro mejor aval.

¿Qué puede aportar David Perdomo al Senado?

Quizá lo que yo me preguntaría es qué puedo aportar, qué puedo, como senador, hacer por Fuerteventura. Y tengo claro lo que no debo ni quiero hacer. La paupérrima labor del que puede ser mi predecesor ha sido un buen reflejo de ello. Una labor parlamentaria de ocho años se resume en once preguntas, una mediática denuncia de la problemática con la Riu en Las Dunas de Corralejo, allá por 2007 y sin resolver a día de hoy, y el alardeo de su formación por conseguir "los mejores PGE para Canarias", unos beneficios que, en realidad, fueron aprobados por el Ejecutivo de Rajoy para contar con el voto favorable de nuestro Diputado Pedro Quevedo para aprobar los Presupuestos. Quizá sea porque ellos, como parte de un partido de índole estatal, están ahí para apretar el botón si se lo ordenan desde arriba y no por convicción o por compromiso con esta tierra. Esta convulsa legislatura es una prueba de ello: mientras gobernaron todo era camino de rosas en Fuerteventura y cuando salió adelante la moción de censura todo se hizo espinas.