La alianza electoral establecida por Nueva Canarias (NC) y Coalición Canaria (CC) para afrontar los comicios del pasado domingo no funcionó, aunque reportó un representante en el Congreso de los Diputados por la provincia oriental. En buena parte de Gran Canaria generó rechazo entre la militancia de NC; mientras que en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, fue la resurrección del Partido Popular (PP) el factor más determinante. Tan solo en el municipio grancanario de Mogán, el frente nacionalista sumó más votos que cuando los partidos concurrieron por separado en abril.

Hay que buscar en La Palma para encontrar otra localidad en la que los resultados mejoren los del 28A. En Fuencaliente obtuvieron 37 votos más (11,49%) para un total de 359. En el caso moganero, la mejoría fue más intensa, del 16,59% y 162 papeletas más hasta llegar a las 1.138 totales.

Los líderes de NC explicaron la reedición del acuerdo que ya pusieron en práctica en 2011, comicios que se saldaron con mayoría absoluta para el PP en España, como una necesidad para tener presencia en el Congreso de los Diputados. El presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, que provee buena parte de los votos que la formación obtiene en el sureste de la Isla, se opuso públicamente.

La senadora que lo fue desde 2016, María José López, también mostró su rechazo y abandonó la Ejecutiva de la formación, mientras que Faneque Hernández, miembro del Consejo Político de NC y candidato en las últimas europeas, rompió el carné acusando a los líderes de haber negociado, con Más País, primero, y CC, después, a espaldas de los órganos internos.

La ola de desmovilización se veía venir. Restaba por conocer su tamaño. El resultado es el conocido: solo en Mogán lograron recabar más apoyos juntos que cuando comparecieron por separado. En la provincia occidental, también existió una caída generalizada, si bien hace siete meses no había candidatura de NC, por lo que no es posible establecer la comparación.

En la de Las Palmas, fue precisamente Gran Canaria, principal nicho de votos de NC, la que más acusó el golpe. La incomparecencia de buena parte del electorado del Sureste propició la pérdida de un tercio de los votos (33,82%) que los dos partidos sumaron en abril por separado. La sangría en sufragios alcanzó los 18.147.

Sobre esa media (32,15%) se situó el retroceso en la capital de la Isla, donde se esfumaron 5.298 de los apoyos conseguidos el 28A. Y contra lo que se entendió en un principio, el golpe se acusó con mayor fuerza aún en Gáldar (35,67%). Teodoro Sosa, alcalde de la localidad, hombre fuerte de NC en ella y uno de los grandes triunfadores en las pasadas elecciones municipales de mayo, tampoco fue capaz de contener el desencanto y restó otros 1.447 votos. NC-CC se mantuvo como segunda fuerza en la Ciudad de los Caballeros, pero con menos de cien votos de ventaja sobre el PP.

La fórmula tampoco sirvió en Lanzarote y Fuerteventura, donde Coalición asume el rol protagonista y NC, el secundario. No obstante, ambas plazas mostraron mayor resistencia, con una caída del 28,9% en la primera (2.724 sufragios menos) y del 26,97%, en la segunda (1.868).

Aunque la alianza fue el ingrediente más importante para la pérdida de fuelle, también es cierto que existieron otros factores que la apuntalaron. No toda la abstención puede atribuirse al rechazo que mostraron al acuerdo pesos pesados de NC. También la nutrió el hastío de una ciudadanía que ha visto cómo han pasado siete meses sin atisbar siquiera la capacidad de los líderes políticos para evitar un nuevo paso por las urnas. A eso debe añadirse el incremento de la tensión entre los bloques de izquierda y derecha, que condujo a no pocos ciudadanos a desmarcarse de opciones minoritarias como la nacionalista y alinearse en uno de los dos bandos con opción de gobernar.

Es en ese contexto en el que encaja el retroceso en la provincia de Santa Cruz de Tenerife. La alianza con NC no lastró a CC en su bastión. Sí lo hicieron la polarización del voto y la pérdida de dos puntos en la participación de los ciudadanos. El primero de esos factores se tradujo en la notable recuperación de los apoyos que el PP perdió en la anterior cita con las urnas. Los populares consiguieron incluso recuperar el senador por La Palma.

Una diputada menos

El retroceso en la provincia occidental (26,05%) se tradujo en la pérdida de una de las dos diputadas obtenidas en abril. Además, si bien la caída fue menor en términos porcentuales que la experimentada en la oriental, en número de sufragios fue mayor incluso (26.789). Solo en Tenerife se perdieron 24.049 apoyos.

Bastiones tradicionalmente nacionalistas de esta isla reportaron retrocesos cercanos al 20% con respecto a lo ocurrido siete meses antes. En la capital fue del 19,59% (3.560 apoyos menos) y en La Orotava, del 19,11% (1.721). Peor resultado se anotó CC-NC en La Laguna, donde el batacazo superó algunos de los cosechados en la provincia oriental. Se esfumaron el 29% de los votos, lo que restó 4.883 en el recuento final.

La Palma y El Hierro fueron las islas que mejor soportaron el empeoramiento. No obstante, ninguna de ellas se escapó a los dos dígitos: 15,71% la primera, el menor de todo el Archipiélago, y 16,26% la segunda, en la que al menos queda el consuelo de haber recortado la distancia con el PSOE en la pelea por el Senado.

En términos relativos, La Gomera fue donde peor parada salió CC-NC. La caída, del 36,51%, está afectada, sin embargo, por el escaso tamaño del censo.