El preacuerdo entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias para formar un Gobierno de coalición recibió ayer un rechazo frontal por parte de las tres derechas (PP, Vox y Cs) y de respaldo con matices, y sujeto a una posterior negociación, de todas las fuerzas con que PSOE y Unidas Podemos deberían contar para ir a la investidura con alguna garantía de éxito, en espera de una abstención de ERC o un acuerdo con Cs. El fuego lo abrió el líder del PP, Pablo Casado, a quien la noticia cogió en medio de la reunión del comité ejecutivo de su partido. Sánchez, advirtió el presidente de los populares, "cierra la puerta con estruendo a cualquier colaboración" con su formación.

El preacuerdo es "lo contrario de lo que necesita España", dijo Casado, que después recriminó a Sánchez y a Iglesias por no haber llegado a esta misma entente hace seis meses. "Para este viaje no hacían falta alforjas", sentenció.

Sin embargo, después de cuestionar la necesidad de repetir las elecciones, avisó de que el PP no facilitará la investidura de Sánchez porque los programas de ambos partidos "son incompatibles". Y se quejó: "Ni nos ha llamado". Para Casado, el problema es que Sánchez ha "querido radicalizar su propuesta de Gobierno", haciendo un Ejecutivo que aunque se llama progresista, es "de izquierda radical". Después dejó entrever que no había descartado del todo que PP y PSOE pudiesen llegar a algún tipo de entendimiento. Y lo razonó: lo que España necesita "es que la derecha y la izquierda caminen en paralelo en la misma dirección".

Ciudadanos anunció por medio de un comunicado que no apoyará el preacuerdo de coalición porque lo ve "nefasto", y apeló a la responsabilidad de PSOE y PP para llegar a un acuerdo "moderado" con Cs. "Hace dos días no podían dormir con Podemos y ahora van a vivir juntos", ironizaron los naranjas.

En el mismo sentido, la portavoz en el Congreso, Inés Arrimadas, llamó a la responsabilidad de socialistas y populares, en la creencia de que hay tiempo para que "Sánchez rectifique por el bien de España". Todavía más claro fue quien hasta ahora era el secretario general, José Manuel Villegas: "Ciudadanos no puede apoyar que Podemos lleve las riendas del Gobierno".

El presidente de Vox, Santiago Abascal, despreció el pacto entre Sánchez e Iglesias, con el que "el PSOE se abraza al comunismo bolivariano, a los aliados de un golpe de Estado en mitad de un golpe de Estado". Después amenazó: Vox hará al presidente del Gobierno en funciones "responsable de cada daño que produzcan a la convivencia y al orden constitucional".

La portavoz de ERC, Marta Vilalta, avanzó que Esquerra no respaldará con sus votos la investidura de Sánchez si antes no se abre un diálogo político con Cataluña y se admite que no hay un problema de convivencia, sino de la relación con el Estado. "Ahora mismo nuestra respuesta es un no". Además criticó a los firmantes por acordar "en 24 horas lo que no fueron capaces de acordar en seis meses", lo que demuestra "que las elecciones eran del todo innecesarias y que, con su oportunismo electoral, han beneficiando a la derecha y la extrema derecha".

La cabeza de lista de JxC al Congreso, Laura Borràs, certificó el "no" de sus ocho diputados. En cambio, el PNV se abrió a respaldar el acuerdo, lamentando "la evidente falta de responsabilidad" de haber esperado seis meses para alcanzarlo, con una repetición electoral de por medio. Pero recordó que hay una "agenda vasca".

"Nunca es tarde si la dicha es buena", escribió en Twitter el cabeza de cartel de Más País, Íñigo Errejón. "Los españoles dieron una segunda oportunidad a un gobierno progresista. Saludamos el preacuerdo y trabajaremos para que sume mayoría". Otras formaciones minoritarias, como el BNG, CC-NC, el PRC y Teruel Existe también se abrieron a respaldar a Sánchez, siempre y cuando se atiendan sus las peticiones de sus "agendas".