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Elecciones 28M

Nuevas elecciones, viejos conocidos

Sólo el PP cambia de aspirante a la Presidencia de Canarias respecto a las elecciones de 2019 entre los principales partidos de las Islas

Fernando Clavijo, Noemí Santana, Ángel Víctor Torres, Manuel Domínguez y Román Rodríguez. José Carlos Guerra

Las nuevas elecciones autonómicas reviven viejas sensaciones y vivencias políticas en Canarias. La cita del 28-M para renovar los 70 escaños del Parlamento regional y consecuentemente elegir un nuevo gobierno para la Comunidad Autónoma cita otra vez a la mayoría de los líderes y candidatos que ya se enfrentaron en la anterior consulta de 2019. Todos y cada uno de los aspirantes de los partidos más importantes y con posibilidades de formar gobierno, salvo el del PP, ya se enfrentaron hace cuatro años, y todos ellos viven esta nueva batalla política y electoral condicionados en gran parte por lo que pasó entonces. 

De entrada, se trata de dos bloques que no responden con exactitud a los parámetros de división ideológica que impera en el conjunto del Estado y en muchas otras comunidades autónomas, dándose la circunstancia de que los posibles apareamientos y cruces posteriores para formar gobierno son muy variados. Lo que realmente determina los bloques es la variable gobierno/oposición, es decir, si se ha formado parte del pacto de la flores que ha regido los designios del Archipiélago durante los accidentados cuatro años transcurridos, o si se ha ejercido la labor de fiscalización del Ejecutivo y se ha trabajado para llegar a ser una alternativa de gobierno.

Torres, Rodríguez y Santana aspiran a reeditar el ‘pacto de las flores’, con Curbelo mirando de reojo las posibilidades que le ofrecería un posible pacto de centro-derecha

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El 28-M llega por tanto con esta dicotomía política básica pero que a un tiempo abre un amplio abanico de opciones de gobierno por más que algunos de los candidatos partan con evidentes mejores posiciones que otros. No se trata por tanto de unas elecciones en las que se tenga la sensación de que se vaya a abrir una nueva etapa política, o se entre en un ciclo político, económico y social muy distinto al anterior independientemente de que la próxima legislatura afronte retos cruciales para el futuro del Archipiélago. Pero el hecho de que los cuatro candidatos que ya han gobernado los últimos cuatro años, Ángel Víctor Torres (PSOE), Román Rodríguez (NC), Noemí Santana (Podemos Canarias), y Casimiro Curbelo (ASG), así como uno de los que dos grandes partidos de la oposición, Fernando Clavijo (CC), repitan en estas elecciones, da la idea de que se trata de una segunda ronda de los comicios de 2019.

Solo el candidato del PP, Manuel Domínguez, se estrena en la pugna en el contexto de un partido que no sólo ha cambiado de liderazgo en las Islas, asumiendo él mismo la presidencia en enero de 2022, sino que sufrió pocos meses después, en abril de ese año, una grave crisis en el ámbito nacional que se llevó por delante a toda la anterior cúpula liderada por Pablo Casado, y se resolvió poniendo al frente de la formación al gallego Alberto Núñez Feijóo. Domínguez toma pues el relevo como candidato a la Presidencia de Canarias de Asier Antona, ahora candidato al Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma, y cuenta, con una lista en la que combina renovación y veteranía, con al menos las mismas posibilidades de poder estar en las negociaciones para formar gobierno tras el 28-M. Nunca, en todo caso, según aseguran los nuevos responsables del partido en Canarias y en Madrid, cometiendo los errores estratégicos de hace cuatro años.

Ángel Víctor Torres, Fernando Clavijo, Manuel Domíngez, Román Rodríguez y Noemí Santana. José Carlos Guerra

Todos los actuales candidatos, incluido el propio Domínguez como debutante, tienen en mente aquella controvertida y confusa negociación de 2019 que dio paso al gobierno progresista del pacto de las flores tras frustrarse la operación de centro derecha entre CC, PP, Cs y ASG por los líos internos entre los populares sobre la persona del partido que iba a ocupar la Presidencia, Australia Navarro, en detrimento de Antona como aspirante natural, así como por la negativa de Cs a apoyar a Clavijo por estar inmerso en un proceso judicial, el caso Reparos, que casi un año más tarde ha sido archivado por el Tribunal Supremo.

Con todo, la casi segura desaparición de la formación naranja, con Isabel Bello como nueva candidata a la Presidencia, de la vida política e institucional canaria, y la incógnita sobre la presencia de Vox, cuya candidatura asume otra vez Nicasio Galván, en el próximo Parlamento regional, abre un nuevo escenario en este espectro político. Además, queda por ver el efecto que tendrá la división en la llamada izquierda alternativa por su incapacidad de lanzar una candidatura única entre Podemos Canarias y el novedoso Proyecto Drago de Alberto Rodríguez, ex diputado nacional y de la formación morada.

Torres, para la reelección

En todo el espectro político canario, el candidato socialista parte como el gran favorito y como el líder político de mayor peso, en tanto que presidente, cuya gestión personal cuenta con el favor de las encuestas.

Torres será el primer candidato del PSOE que repite dos veces consecutivas como aspirante a la Presidencia desde el año 1991, tras un carrusel de siete nominaciones distintas para las elecciones de 1995 (Augusto Brito); 1999 (Jerónimo Saavedra); 2003 (Juan Carlos Alemán); 2007 (Juan Fernando López Aguilar); 2011 (José Miguel Pérez); 2015 (Patricia Hernández), y 2019 ya con el propio Torres. Ha lidiado con numerosas crisis y circunstancias adversas, especialmente el gran incendio de Gran Canaria nada más tomar posesión en 2019, la pandemia sanitaria por el covid 19 y el ‘cero turístico’ de 2020, y el volcán de La Palma de 2021, de las que ha salido airoso y que le ha granjeado una imagen de presidente correoso que siempre ha dado la cara y que se ha puesto al frente de los problemas, aunque sus adversarios creen que su actitud ya ronda el «victimismo» y que se está escudando demasiado en esas crisis para justificar los déficits que arroja su gestión. Y es que más allá de la valoración que esta merezca, y la de su Gobierno, Torres no puede descartar en absoluto que pueda quedarse con la miel en los labios, como le pasó a López Aguilar en 2007, si CC y PP, a dúo o en compañía de ASG, están en condiciones de hacer inservible su previsible victoria y pactan un Ejecutivo de centro-derecha.

Clavijo podría tener varias opciones de devolver a CC al Gobierno, pero menos de recuperar la Presidencia

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Él valora especialmente la «estabilidad» que le ha dado a una alianza ‘a cuatro’ a la que muchos no le daban excesivo tiempo de vida, y el cumplimiento de los objetivos básicos de su programa de investidura teniendo en cuenta la excepcionalidad de la legislatura, que únicamente le ha permitido aprobar nueve de los 50 proyectos legislativos que anunció. Torres, superado el efecto inicial del caso Mediador que implicaba en presunta corrupción dos cargos socialistas, expulsados del partido de inmediato, es considerado por todo ello como mejor candidato ahora que lo fue hace cuatro años, y que podrá contrarrestar la bajada que se augura para los socialistas en el conjunto del Estado respecto a las elecciones de 2019.

Es un hecho que no siempre ha podido arrancar al Gobierno central presidido por Pedro Sánchez algunas de las exigencias de sus socios políticos o del propio Parlamento regional, pero también lo es que no ha escondido tensiones con el Estado por ello, mientras que por otro lado ha logrado mantener la imagen de líder indiscutible de un Ejecutivo en el que la vicepresidencia de Román Rodríguez, como líder de NC, se veía al principio como una presidencia bis que le podría hacer sombra.

Rodríguez, séptima candidatura

El propio Rodríguez cree tener en su gestión al frente de la consejería de Hacienda, además de su labor política como vicepresidente, el principal aval para presentarse a estas elecciones con las mismas opciones de, al menos, repetir resultados (cinco escaños), así como de negociar cualquiera de las posibilidades de articular una mayoría de gobierno, tanto en el ámbito de la izquierda con la reedición del pacto de las flores, como en el que pudiera darse abriendo el abanico al centro con la participación de CC.

Tras superar la crisis interna de hace un año por la sanción del Tribunal de Cuentas por no presentar sus cuentas durante tres ejercicios, y la que le supuso su eliminación del registro de partidos en el Ministerio del Interior por no actualizar sus estatutos, que se archivó finalmente por un defecto de forma en el trámite administrativo del proceso, NC y Rodríguez buscan, con su nuevo concepto de progresismo canarista, un espacio en la izquierda que le distinga tanto del PSOE y de la izquierda alternativa de Podemos y sus ‘satélites’, como del nacionalismo de CC. Y sin embargo, tiene claro que jugará cualquier carta que le permita seguir en el Gobierno.

Rodríguez es con diferencia en este 28-M el candidato más veterano, con seis candidaturas consecutivas desde aquella que en 1999 le llevó a la Presidencia con CC antes de la escisión de NC, y puede que, pese a las dificultades de renovación que hay en su partido, estas sean sus últimas elecciones. En este contexto, se ve a sí mismo como el único aspirante con capacidad de aunar en un gobierno el perfil progresista que mantenga las líneas básicas de la legislatura acabada, con el canarista que dará la batalla en Madrid en defensa de los intereses de las Islas ante cualquier gobierno que se constituya en el Estado tras las próximas generales.

Clavijo se la juega

Esta circunstancia de una legislatura autonómica que sólo convivirá medio año con la actualmente en vigor en el Estado es un elemento central de la visión y del análisis de los candidatos respecto del 28-M, sobre todo para aquellos partidos y aspirantes que se consideran bisagra y que pueden jugar a varias bandas, CC y ASG en especial. El candidato de la formación nacionalista, Fernando Clavijo, aspira a que el pacto de progreso no sume y poder estar en la doble quiniela de pactar con el PSOE o con el PP, con la vista puesta, precisamente, en las elecciones de diciembre. Clavijo afronta su segunda candidatura, la primera estando en la oposición, con el objetivo fundamental de recobrar el poder para su formación política, incluso asegurando que sacrificaría su presencia en el Gobierno. Todo ello pasaría por al menos ser la segunda fuerza en escaños, porque si no es así prácticamente vería imposibilitada su aspiración de recuperar la Presidencia. Sabe, en definitiva, que tiene distintas opciones de entrar en el Gobierno, pero menos de liderarlo otra vez.

Su candidatura tiene por todo ello un perfil totalmente contrario al de 2019 y está jugando al baza de la doble confrontación ante Torres como presidente de Canarias, y ante Pedro Sánchez como jefe del Ejecutivo central. Es una estrategia de fondo que lleva cuatro años practicando desde su escaño en el Senado, y que ahora está amplificando. Su exculpación por el Supremo de la acusación que pesaba sobre él en el llamado caso Reparos, que se suma a la ya producida en 2020 en el caso Grúas, le ha impulsado a una campaña mucho más agresiva e intensa.

El debutante Domínguez

El caso del popular Manuel Domínguez es el contrario, cuyo debut le da margen para trabajar a largo plazo independientemente de los resultados electorales y de si su partido entra o no en el próximo Gobierno. Domínguez es el tercer candidato consecutivo a la presidencia en las tres últimas elecciones, es decir, desde la de José Manuel Soria en 2011, tras las de Australia Navarro en 2015 y Asier Antona en 2019. El handicap que le supone ser un aspirante poco conocido, especialmente fuera de Tenerife, su isla de procedencia donde ya ha desempeñado el cargo de alcalde de Los Realejos, lo compensará seguramente con la marea que, en principio, favorece a su partido en el ámbito del estatal.

Los otros dos aspirantes que repiten en la batalla del 28-M son la candidata de Podemos, Noemí Santana, y el presidente de ASG, Casimiro Curbelo, que afrontan desde muy distintas posiciones y expectativas el reto de volver a estar en el Gobierno.

Santana, ya sin ocupar el liderazgo de su formación que sí ostentaba en 2019, asume que con una izquierda alternativa dividida en Canarias hasta casi la auto extirpación, tiene muy malas expectativas electorales y escasas posibilidades de volver a estar en el Ejecutivo, a lo que no es ajeno las críticas de gestión al frente de la consejería de Derechos Sociales que ha tenido que afrontar a lo largo de toda la legislatura.

Las miradas de Ángel Víctor Torres, Fernando Clavijo, Manuel Domínguez, Román Rodríguez y Noemí Santana. José Carlos Guerra

Por su lado, Curbelo parece tener asegurados los tres escaños en juego por su isla de referencia, La Gomera, y un papel protagonista en los pactos en juego partir del 29 de mayo. Aunque da a entender que apostaría por reeditar un gobierno lo más parecido posible al de los últimos cuatro año, sabe que si sigue siendo determinante tendrá sobre la mesa ofertas de otro signo político que les será muy difícil rechazar. El papel comodín que el sistema electoral canario le está otorgando al veterano político gomero es una de las claves de estas elecciones y parte central de las estrategias del resto de partidos y candidatos.

En el polo opuesto, la candidata de Cs, Isabel Bello, da por hecho que su partido desaparecerá del Parlamento, constatando qué lejos quedan aquellas elecciones en que lograron dos escaños, los primeros de la historia del partido en las Islas, y que su predecesora en la candidatura, Vidina Espino, aspira a un escaño precisamente por la formación política (Coalición Canaria) a la que los naranjas pretendieron desterrar de la vida política e institucional de Canarias en las anteriores campañas electorales.

La cartas electorales están repartidas y los candidatos solo tienen una certeza: en Canarias siempre hay una segunda vuelta que es la de los pactos y esa partida se aventura nuevamente de alta tensión.

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