Ser presidente o miembro de una mesa electoral no es tan duro, sobre todo ahora en tiempo de crisis, y por eso algunos "afortunados", la mayoría estudiantes y parados, eso sí, se consuelan pensando en los 62 euros que percibirán por trabajar este domingo.

Este es el caso de Carlos, un economista en paro de 27 años que será presidente de mesa mañana y que admite incluso que le apetece serlo, no ya solo por el dinero que percibirá, que también, sino porque cree que valdrá la pena ser testigo directo del proceso electoral. "No deja de ser una experiencia interesante", comenta.

Hay otros jóvenes como Álvaro, quien a sus 20 años, a pesar de no haberle tocado participar, reconoce que no le hubiera importado, es más que "le hubiera venido bien" el dinero.

Sin embargo, la mayoría de los españoles sigue siendo reticente a dedicar toda una jornada a ese menester si lo puede evitar, especialmente aquellos que tienen trabajo, los cuales prefieren descansar y estar con la familia antes que "perder el tiempo" todo el día en un colegio electoral.

"¡Con la cantidad de gente parada que hay que podría ir...!", señala Javier, un abogado madrileño, para el que "el tiempo es oro" porque ni lo tiene para ver a sus hijos, que ya duermen cuando llega a casa del trabajo.

Por este motivo, plantea, al igual que otros que están en su misma situación, la posibilidad de que se sortee únicamente entre los estudiantes y las personas que están en las listas del paro.

El que tampoco quiere ni oír hablar del tema es Ángel, un veterano fotógrafo de prensa, a quien la diosa fortuna ha bendecido nada menos que en cuatro ocasiones con el "deber cívico ineludible" de personarse "obligatoriamente" en su mesa electoral del distrito madrileño de Aravaca.

Excusas razonadas, aunque no siempre razonables

El caso es que los llamados están obligados por ley a asistir, porque, de lo contrario, se enfrentan a un "delito electoral grave" y a la consiguiente sanción económica.

Se acabaron las medias excusas para escaquearse... y es que cada vez es más difícil evadirse si uno ha sido elegido, según explican a Efe fuentes de la Junta Electoral Central.

No obstante, "todo es posible" si se alega una razón justificada basada en causas personales, familiares o profesionales.

Ante la confusión que se produjo en otros comicios, la Junta Electoral emitió en los últimos comicios una instrucción para unificar los criterios por los que se puede excusar la presencia en las mesas electorales.

Un embarazo avanzado o un evento familiar relevante como un boda o un viaje de novios son algunos motivos por los que uno se puede librar con toda probabilidad, aunque siempre dependiendo de la Junta Electoral de zona, que es la que tiene la última palabra.

Entre las excusas consideradas surrealistas que se han presentado y que todavía se recuerdan en la Junta Electoral está la de una mujer que presentó un recurso alegando estrés desde que la notificaron que había sido designada como vocal en unas elecciones.

Otros apelan a cuestiones "de conciencia", como el joven alicantino que ha denunciado ante un juzgado que le obliguen a participar en un proceso del que quiere "objetar".

Medio millón de 'agraciados'

En esta ocasión, más de medio millón de personas han sido designadas miembros de mesas -entre titulares, 179.628, y suplentes, 359.256- para los comicios del domingo, lo que les obligará a estar en los colegios electorales desde las ocho de la mañana hasta como mínimo las diez de la noche.

Una intensa jornada por la que recibirán, además de los parabienes de los vecinos, un tentempié y 62,61 euros, independientemente del cargo que desempeñen los "agraciados", elegidos por sus ayuntamientos entre la totalidad de las personas censadas que tienen menos de 70 años y saben leer y escribir.

Los presidentes de mesa, máxima autoridad en caso que haya problemas, deben poseer para asumir este puesto el título de Bachiller o de Formación Profesional de Segundo Grado o, subsidiariamente, tener el Graduado Escolar o equivalente.

En el caso de que, pese a todo, no se haya podido constituir la mesa por incomparecencia de los miembros designados, será el primer ciudadano que acuda a votar el que quede obligado a ocupar la vacante. Y es que al que madruga "no siempre Dios le ayuda" en esto de las votaciones.