El presidente en funciones del Gobierno y secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, ha abogado hoy por un congreso federal para elegir una nueva dirección tras el descalabro de ayer y ha dicho que el Comité Federal del próximo sábado decidirá la fecha, posiblemente para la primera semana de febrero.

Zapatero ha comparecido en rueda de prensa, acompañado por el secretario de Organización, Marcelino Iglesias, después de presidir la reunión de la Ejecutiva Federal del PSOE, en la que se han analizado los malos resultados de las elecciones de ayer y en la que han tomado la palabra sus 37 miembros, entre ellos el candidato, Alfredo Pérez Rubalcaba.

Precisamente con Rubalcaba ha dejado claro Zapatero que mantiene una relación "estupenda" y "excelente".

La Ejecutiva Federal ha convocado para el próximo sábado al Comité Federal, al que se propondrá la celebración de un congreso ordinario del PSOE en la primera semana de febrero.

Tras asegurar que nadie en esta reunión le ha pedido la dimisión como secretario general, Zapatero ha hecho hincapié en que el congreso será ordinario, porque está dentro de los plazos, y ha considerado que sería "un sinsentido" convocar uno extraordinario.

Uno extraordinario sería sólo para renovar la dirección y en este caso los socialistas quieren debatir el proyecto político.

A su juicio, las decisiones sobre el congreso se han tomado "rápidamente", al día siguiente de la derrota en las urnas.

Según ha sostenido, en la Ejecutiva no se han abordado las cuestiones institucionales derivadas de las elecciones, como por ejemplo si será Rubalcaba quien suba a la tribuna por el PSOE en el debate de investidura de Mariano Rajoy.

No ha querido Zapatero pronunciarse sobre posibles candidatos a ocupar su puesto en ese congreso y ha incidido en que esa tarea corresponderá a los militantes. "Ya llegará al momento de los candidatos", ha zanjado.

"Mi tarea -ha explicado- es que se celebre como todo el mundo espera, con la máxima libertad, con un partido que genere el proyecto que necesitamos para este nuevo tiempo".

Para Zapatero, "lo que procede" ahora es que el PSOE afronte "una nueva etapa, que la democracia y los compañeros diseñen el proyecto para el futuro de los próximos años y que lo hagan como siempre con toda la libertad y con todo el sentido de la responsabilidad".

En este punto, se ha mostrado convencido de que ante las situaciones de dificultades el PSOE dará muestras de su sentido pleno de la responsabilidad y cumplirá con sus obligaciones.

Su opinión es que el próximo congreso ordinario servirá para relanzar la tarea del PSOE, su proyecto, su diálogo con la sociedad y seguir manteniendo "la coherencia de la responsabilidad con España, que se demuestra en los momentos realmente difíciles" como los vividos.

El PSOE "ha sufrido un fuerte deterioro"

La Ejecutiva, según Zapatero, ha coincidido de manera unánime con el análisis efectuado anoche por Rubalcaba en el sentido de que los resultados electorales son malos y que el PSOE ha sufrido "un fuerte deterioro en su respaldo popular".

Ahora bien, ha precisado que estos resultados se producen en unas circunstancias "muy especiales", en plena crisis económica y las "muy preocupantes tensiones" en los mercados financieros.

"Teníamos todo el viento en contra", ha apostillado Zapatero, que ha agradecido el esfuerzo realizado por Rubalcaba y por todo el partido, y "de manera singular" el apoyo de los siete millones de españoles que han respaldado a los socialistas.

El líder del PSOE ha recalcado que "hay momentos en la vida política" donde un gobierno "procura poner los intereses generales por encima de los que puedan ser los de partido". "Así lo hemos hecho en esta legislatura", ha rematado.

Zapatero ha recordado que en mayo de 2010, cuando presentó el plan de ajuste en el pleno del Congreso, ya prometió que iba a tomar las decisiones necesarias, costara lo que le costara, porque eran "imprescindibles para España, para su estabilidad y para su solvencia".

"Nos hemos enfrentado a circunstancias a las que ningún gobierno se ha enfrentado desde la transición democrática", ha matizado, y ha reconocido que puede haber "opiniones para todos los gustos" y que respeta a aquellos que piensan que algunas cosas podrían haberlas hecho de otra forma. "Es más fácil decirlo cuando no se está en el papel de quien las tiene que tomar", ha apuntado.

"Siempre he asumido toda la responsabilidad", ha agregado, y ha respondido: "No, en absoluto", al ser preguntado sobre si se sentía injustamente tratado por su partido por su forma de gestionar la crisis.

A renglón seguido ha garantizado que no tiene "más que palabras de agradecimiento" hacia sus compañeros, que le dieron su confianza "de manera muy generosa" para dirigir el partido en tres ocasiones y en dos para presidir el Gobierno, con un "apoyo incondicional en las etapas fáciles y en las muy difíciles".

El presidente en funciones ha afirmado que lo que más le preocupa al PSOE es que España mantenga su solvencia, que garantice su capacidad financiera y de financiación, y que se abra un horizonte de recuperación económica.