El próximo presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, hizo incluso labores de limpieza durante el servicio militar obligatorio que realizó en Valencia. Rajoy llegó a la capital del Túria en abril de 1979 y estuvo destinado, primero en el campamento de Marines y, después, en la compañía de servicios de Capitanía General, donde hizo el curso de caporal y fue nombrado encargado de almacén.

Cuando tenía permiso, cogía su Seat 127 y enfilaba la N-III, camino de Madrid, según recurda la revista 'El Temps'. Rajoy, cuya plaza de registrador está en Santa Pola, era, según sus compañeros de mili, un amante de de la playas de Valencia y de las fiestas nocturnas. Aquellos que coincidieron con él, lo recuerdan como una persona generosa -dejaba dinero a los amigos y les invitaba a restaurantes caros- y con fama de seductor, "gracias a su facilidad de palabra y su buena planta".