El gran debate de la campaña electoral entre los candidatos socialista y popular, Alfredo Pérez Rubacalba y Mariano Rajoy, respectivamente, de una duración de 90 minutos, fue el escaparate de lujo que usaron ambos contendientes para explicar sus programas para un futuro gobierno en un acto retransmitido en directo por 20 de cadenas de televisión en España, una italiana y una portuguesa, además de emisoras de radio e Internet.

Sentados uno frente al otro, Rubalcaba a la izquierda y Rajoy a la derecha, con Manuel Campo Vidal, el moderador, en el centro, los dos aspirantes a presidir el Ejecutivo central debatieron en torno a una mesa cuadrada, un suelo antideslizante en el plató y una temperatura de 21 grados sus propuestas. Éstas se habían acordado dividir en tres grandes bloques: Economía y Empleo; Políticas Sociales y una especie de cajón de sastre denominada Calidad Democrática, donde se hablaba desde los pueblos pequeños a la política exterior o el terrorismo.

Economía y Empleo

En este bloque los dos candidatos tuvieron una intervención de 20 minutos cada uno. Pérez Rubalcaba fue el primero en iniciar su parlamento y desde el primer momento basó su estrategia en dos ejes: el contar sus propuestas y en criticar la ambigüedad calculada del programa electoral del Partido Popular para decidir las grandes cuestiones. Rubalcaba, tras explicar que España había sufrido los embates de la situación internacional, recordando la crisis bancaria en Estados Unidos en 2006 y la actual crisis griega, apuntó cuatro medidas para salir de la crisis: pedir a Europa que retrase dos años el ajuste económico que pretende emprender; que el Banco Central Europeo baje más los tipos de interés; que se diseñe una especie de Plan Marshall para la economía europea y transformar el ICO (Instituto de Crédito Oficial) en un organismo con más capacidad para conceder créditos. También desmintió que el Gobierno les haya dado dinero a los bancos, "es una falsedad" le dijo a Rajoy, ni se han comprado activos tóxicos, y apuntó medidas contra el paro: pagar el 100% de la Seguridad Social a las empresas que contraten trabajadores y también a las que hagan contratos de prácticas en el periodo 2012-2013, así como crear un impuesto de grandes fortunas y de bancos como han hecho en Inglaterra, Francia o Alemania.

Mariano Rajoy, que erró inicialmente en el apellido de Rubalcaba y lo llamó Zapatero, aseguró que el candidato socialista se escudaba en la crisis internacional para no asumir la responsabilidad del Gobierno, que se enteró dos años más tarde de la crisis cuando toda la población ya lo sabía. "Han hablado de brotes verdes, pero han dejado el país con cinco millones de parados y la tasa de desempleo más alta de Europa", arguyó el líder popular. También insistió en acusar a los socialistas de darles dinero a los bancos y que "nunca han sabido dónde estaban, haciendo una mala gestión económica que nos ha abocado a esta situación; negaron la realidad y se equivocaron en el diagnóstico".

Políticas sociales

En este segundo bloque, más corto que el anterior, fue Rajoy quien comenzó su intervención. Con un discurso didáctico, que exasperó a su oponente, el candidato popular señaló que la clave para salir de la crisis es la generación de empleo porque mientras más trabajadores coticen y paguen impuestos más dinero recibirá el Estado, al igual que se consume más y las empresas podrán contratar más trabajadores y arremetió contra el PSOE al asegurar que con su gobierno se han ampliado las desigualdades sociales. También apeló al sentido común para recuperar la afiliación a la Seguridad Social, potenciar la sanidad y la educación, al tiempo que defendió con energía que nunca bajaría las pensiones a los pensionistas. "Nunca engañaré a los pensionistas como lo han hecho ustedes en esta legislatura, incumpliendo las leyes".

Rubalcaba, que intentaba por todos los medios con menciones continuas a párrafos del programa electoral del PP de que Rajoy se mojase en varias cuestiones, aseguró que para los ciudadanos los más importante es la sanidad y la educación. De la primera dijo que era fantástica, pero que necesitaba más financiación, que pensaba lograr con el impuesto al tabaco y al alcohol, el ahorro y un pacto con las autonomías para que destinaran más dinero a este servicio. Sobre educación acusó al PP de estropearla: "Lo que está pasando en la Comunidad de Madrid es la avanzadilla de lo que harán si gobiernan".

Calidad democrática

En este último bloque, fue Rubalcaba el primero en intervenir para torpedear a Rajoy. "Ustedes nunca han estado con las leyes sociales como las del aborto, el divorcio, la igualdad o el matrimonio homosexual, al que han presentado un recurso en el Tribunal Constitucional y debería aclarar qué piensa hacer". Más conciliador fue con su propuesta de colaboración, ganara o perdiera, para luchar contra el terrorismo.

Rajoy se sumó a ese espíritu de colaboración antiterrorista, dijo también que será el Constitucional el que decida sobre el matrimonio homosexual e insistió en que llamará a todos los partidos para lograr el objetivo común de generar empleo.