Son las nueve de la mañana y el debate electoral de la noche anterior está dando de qué hablar en la sede de Nueva Canarias (NC). Pedro Quevedo, candidato a la Alcaldía de Las Palmas de Gran Canaria, llega exultante. Veterano frente a una mayoría de candidatos novatos, resalta la presencia del aspirante a la Alcaldía de Santa Cruz de Tenerife por parte de Ciudadanos: «nos ha hecho la mejor promoción de la ciudad que se podría hacer». «En estas cosas ganar, no gana nadie, pero otros sí perdieron», matiza.

Entre anécdota y anécdota toca programar la agenda en compañía de José Eduardo Ramírez, Mari Carmen Reyes, número 2 y 3 de la candidatura respectivamente, y de Manolo Romero, coordinador del grupo municipal. «Me han pedido que les pase unas palabras, ¡pero si nunca he escrito un discurso en mi vida! Con esto de hablar no he tenido problema», resalta en referencia a una de las reuniones que tiene pendientes. «Y a las nueve cena con mi señora», apostilla, «que si no me echa».

Curtido ya en diferentes administraciones, incluido el Congreso de los Diputados, recibe a la Asociación de Personas Sordas de Gran Canaria. Llevan seis años esperando por un local, afirma su presidente, Javier Pérez. Tras asegurarle que habrá «una implicación mayor» con el colectivo, Quevedo intenta recordar cómo era su nombre en lengua de signos; «el del 75%», le señala Pérez.

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Un día con Pedro Quevedo, candidato a la Alcaldía de Las Palmas de Gran Canaria por Nueva Canarias José Carlos Guerra, Andrés Cruz, Juan Castro

Tras unos minutos de respiro toca preparar la rueda de prensa del día. Aspira a fortalecer los servicios públicos dentro de sus «10 líneas para una gran ciudad». Resaltó la urgencia de renovar los contratos municipales vencidos, «las políticas de reducir el sector público de la crisis anterior todavía nos está pasando factura».

Bocadillo de pata

Breve parada para comer un bocadillo de pata junto a la sede. Con la barriga llena, ponen rumbo al Puerto para ver a los estibadores. La sala, a rebosar. «Hoy han venido todos», indica Maximiliano Díaz, presidente del colectivo; «ya son como de la casa», le señala al candidato y su equipo. «Son un ejemplo de lucha y unión», apunta Quevedo y pide el voto, «vamos a crecer con ayuda de gente como ustedes». Alguien entre el público le sugiere «si arregla Julio Luengo». La movilidad es uno de los temas sobre la mesa; «ni haciendo carreteras de dos pisos», menciona el candidato, que aboga por los modos de transporte sostenibles.

A primera hora de la tarde asiste a la Junta de Distrito Centro -Quevedo compatibiliza su cargo municipal con la campaña- y pone rumbo junto a Ramírez, Reyes y otros de la plancha a Lomo Apolinario. Las señoras del centro de mayores no paran de enseñarle lo que han hecho en los cursos de calado o pintura. Cuesta sorprender al candidato de NC, pero alguien lo consigue, «Doctor Quevedo, mire». El edil mira extrañado, hace años que no ejerce la medicina; «cuando estaba en el Pino venía al bazar de mi padre a sacar fotocopias», señala Clara. Los abrazos suceden a las caras de sorpresa.

Los vecinos llevan al equipo de un lado para otro, hasta que estos deciden poner rumbo a la sede. Allí toca embuchar votos y volver a comentar el debate de TVE. Quevedo, Ramírez, Reyes y Nauzet Pérez, cuarto de la plancha, cierran la jornada en la plaza de España en el concierto folk de Miguel Afonso.