Jimena Delgado: «Voy como una moto pero tomo nota y hago los deberes para ser alcaldesa»

Jimena Delgado deja huella. Por su cercanía y entusiasmo, pero también por perder la suela del zapato en plena campaña electoral. Le ocurrió en la Cope, en una entrevista con el periodista Javier Benítez el pasado día 16, pero lejos de sonrojarse le sacó punta y dijo que era la prueba fehaciente de que se estaba «pateando la ciudad». Y lo está haciendo. 

Jimena no es nueva en el Ayuntamiento de la capital grancanaria, fue edil de 2015 al 2018 antes de ser nombrada presidenta de la ZEC (Zona Especial Canarias).

 Jimena no es nueva en el Ayuntamiento de la capital, fue edil de 2015 al 2018 antes de ser nombrada presidenta de la ZEC (Zona Especial Canarias). El listón, sin embargo, es ahora más alto: lograr la Alcaldía. Y el mensaje lo ha interiorizado como un mantra tras el desliz en la Ser en un debate y mandar a su máxima contrincante a gobernar antes del 28-M.  

Un día con Jimena Delgado (Partido Popular)

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Jimena, casada y con 51 años, aprende rápido. y en su primera reunión de la mañana con emprendedores en el Palet Express junto a su compañero de partido Ignacio Guerra declaró: «Voy a ser la próxima alcaldesa de Las Palmas de Gran Canaria, eso ténganlo seguro». La aspirante del PP a la Alcaldía tomó nota de las necesidades del colectivo en su ‘libreta roja’ y les prometió volver a reunirse con ellos tras ponerse al tanto de la ciudad cuando gobierne. «Voy ahora como una moto pero tomo nota y hago los deberes para cuando sea alcaldesa. Me voy a dejar la piel y el alma», les dijo.

En el mercado Central repartió papeletas con sus compañeros de lista y volvió a repetir el mantra: «Soy Jimena, la futura alcaldesa de Las Palmas de Gran Canaria» a puesteros y clientes. Y entre besos, abrazos y estrechar manos confesó que le gustan las especias y el queso de Bolaños hasta que se topó con Ana, la pollera: «Solo vienen cada cuatro años». Jimena lo encajó con una sonrisa, mientras la edil del PP María Amador intercedía diciéndole que sería la próxima alcaldesa: «Entonces vendrá menos», dijo la mujer, que al final se hizo la foto con Jimena, antes de que esta conversara con la gerente del mercado de abastos Carmen González en un pasillo.   

La candidata del PP hizo un hueco en la agenda y acompañó al adolescente de la familia -tiene dos hijos más universitarios- al tanatorio San Miguel, donde una amiga había perdido a su abuelo. Amor de madre antes de perder la suela y que un perro intentara colarse en el coche del responsable de prensa. La anécdota permitió a Jimena presentarse a la dueña, turbada aún por tanta cartelería y que desconocía quién era Jimena. Ese es el hándicap de la candidata.

En Zárate se quedó perpleja de la suciedad y dejadez del barrio

En El Sebadal, tomó un café con leche y una pulga de jamón para coger fuerzas antes de hablar en Radio Las Palmas con Dulce María y para evitar que su bomba de insulina le pitara. Diabética desde el último parto, lejos de ocultar su enfermedad habló con sinceridad de ella porque cree que la empatiza con muchos ciudadanos. Un detalle que la honra.  

En Siete Palmas, almorzó con la asociación de empresarios de la zona en el restaurante Timagada, donde el menú sale a 10 euros, antes de toparse con la cruda realidad del barrio de Zárate con un jersey con agujerito incluido. Allí vio a indigentes durmiendo en la calle y jardines y aceras llenos de cagadas de perros y basura por doquier. Se quedó perpleja y tomó nota. Su última cita sería en a la terraza Kopa, en el Puerto, con un grupo de mujeres.

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