A la altura de las costas de Hawái o de las majestuosas fincas de La Toscana, las Islas Canarias se han convertido en un escenario de reconocimiento internacional para celebrar una boda de ensueño.

Una atmósfera llena de magia, impresionantes espacios naturales y nuestra orgullosa media de 24ºC, son tres de los factores clave que atraen a personas de todo el mundo para darse el 'Sí, quiero' entre mares y volcanes.

Y faltaría más. No todos los días se encuentra un archipiélago volcánico en medio del Océano Atlántico que nos ofrezca un hábitat puro y salvaje, donde las carreteras se funden con montañas, se respira aire puro y caminamos sobre la arena, descalzos y sonrientes, en cualquier momento del día. Y del año, ¡también!

Sí. Las Islas Canarias tienen un magnetismo único. Una especie de magia que baña las bodas de cientos de viajeros que visitan el archipiélago exclusivamente para casarse, y, por supuesto: las de miles y miles de canarios a los que no se les pasa por la cabeza que exista un lugar mejor.

Lanzarote y La Graciosa: favoritas para el amor

Entre tierras rojizas, arenas doradas y rofe volcánico, Lanzarote y La Graciosa se están posicionado como los espacios más exclusivos para celebrar una boda diferente.

Lanzarote no sólo se desmarca por su inherente magnetismo, sino por la oportunidad de celebrar un día tan especial en algunos de los espacios más emblemáticos de la isla, creaciones de César Manrique llenas de riqueza cultural.

Los Jameos del Agua son, sin duda, la opción más espectacular. Un ideario armónico entre la creación artística y la naturaleza en el interior de un tubo volcánico que César Manrique convirtió en un poema visual. El Castillo de San José, sede del Museo Internacional de Arte Contemporáneo, es otro de los espacios más deseados, con una elegante identidad lanzaroteña y vistas a la bahía de Arrecife, de íntima atmósfera y renombre gastronómico.

La Casa-Museo del Campesino, por su parte, se ha convertido en la opción favorita de quienes sueñan con una boda tradicional, enriquecida con el encanto de las raíces de Lanzarote, pues entre paredes blancas, madera verde y piedra volcánica, el contraste de tonalidades y texturas parece ir más allá de lo real. Las bodegas La Florida cierran la lista de los más demandados en la isla conejera: con una estratégica situación, estas bodegas a pie de volcán preparan con mimo cada detalle para vivir una celebración llena de un encanto peculiar.

La Graciosa, por su parte, presume de haber reunido conocidas personalidades en varias celebraciones de ensueño. Y es que, celebrar el amor bajo la magia de una isla sin asfaltar, salpicada de tonos dorados, negros y ocres, y con una atmósfera tan propia, va mucho más allá de cualquier cuento de hadas.

Seguirá habiendo quien prefiera Las Vegas. Sin embargo, cuando lo pensamos un poco, es inevitable llegar a la conclusión de que en las Islas Canarias lo tenemos todo. El entorno más hermoso para celebrar el amor, también. Y, a veces, lo único que hace falta es un vuelo interislas o un ferry de veinte minutos para recordarlo.