La incorrecta posición de los maxilares, cuando no existe encaje de la mandíbula superior y la inferior y la dentadura no está bien alineada es, en ocasiones, el origen de otras patologías que ni siquiera imaginamos. Lo que a simple vista parece un problema únicamente estético puede, sin embargo, ser la fuente de otros muchos procesos que pueden afectar a habla, ingesta de alimentos y masticación e incluso a nuestra respiración.

Cuando la ortodoncia no es suficiente o se precisa una modificación de las estructuras óseas para corregir estos desequilibrios maxilofaciales, no está todo perdido. Se puede recurrir a intervenciones quirúrgicas cada vez menos invasivas y cuyo nivel de precisión garantiza buenos resultados: la cirugía ortognática. 

La estética es, según los especialistas, la razón principal por la que muchas personas acuden a esta cirugía, ya que sin duda contribuye a superar problemas de autoestima causados por estas malformaciones de mandíbula. La cirugía ortognática permite llevar los huesos maxilares a la posición correcta, fijándolos para obtener resultados estables y corregir así alteraciones del maxilar, de la mandíbula, de la barbilla y de los pómulos que pueden ser congénitas o bien adquiridas tras traumatismos o como consecuencia de alguna enfermedad. A través de esta intervención se logra alcanzar el equilibrio en las estructuras faciales y, en definitiva, esa armonía en el contorno facial que favorece nuestra imagen personal y nuestra sonrisa. 

El cirujano de HPS Jesús Manuel Basco explica hasta qué punto la cirugía correctiva ortognática puede mejorar la calidad de vida del paciente

Al frente de la Unidad de Cirugía Maxilofacial, Cirugía de Cara, Cabeza y Cuello del Hospital Perpetuo Socorro de Las Palmas, el doctor Jesús Manuel Basco explica hasta qué punto una intervención para corregir una malformación maxilofacial nos puede cambiar la vida: “Supone una mejora en todos los sentidos, desde la corrección de la oclusión dental - la relación que existe en el sistema masticatorio de cada uno de nosotros-, y que influye en muchos aspectos de la calidad de vida del paciente, hasta el importante aumento de la autoestima, clave para el bienestar personal”. 

Sus más de dos décadas de trabajo en esta área y el número de casos tratados, alrededor de 300, le permiten acreditar una alta experiencia en este tipo de procedimientos complejos, como la cirugía correctiva ortognática. 

Si bien esta cirugía en concreto es una intervención a la que muchos pacientes temen enfrentarse por su aparatosidad, el doctor Basco señala, sin embargo, que “la aplicación de nuevas tecnologías ha permitido simplificar muchísimo tanto el procedimiento como la recuperación”. En este sentido, el especialista reconoce que efectivamente es una cirugía compleja, ya que su zona de aplicación es la estructura ósea facial, pero “gracias al alto nivel de planificación con el que hoy día se llega al quirófano, mediante programas específicos de planificación 3D, impresión de férulas quirúrgicas y la precisión en el uso de osteosíntesis (fijación de fracturas óseas), el paciente puede, por ejemplo, abrir la boca desde el momento en el que finaliza la operación”. El doctor Basco explica que la idea que aún persiste de este tipo de operaciones es que los pacientes debían de permanecer las primeras cuatro o seis semanas con la boca cerrada para no poner en riesgo la fijación. 

Otro de los grandes avances logrados gracias al alto grado de precisión que permite el uso de tecnología sanitaria de última generación es la notable reducción de los tiempos de recuperación. Según señala el especialista, la intervención en sí tiene una duración aproximada de 3 o 4 horas y requiere únicamente de uno o dos días de ingreso hospitalario. “Al cabo de 15 días el paciente puede incorporarse a su actividad normal siempre y cuando ésta no se desarrolle de cara al público; si es el caso lo podrá hacer en un mes o mes y medio, como mucho”, detalla. A todo ello hay que sumar la garantía de resultados satisfactorios. “Por ejemplo en aquellos pacientes que sufren síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS), esta puede desaparecer hasta en un 90% de los casos después de una intervención de cirugía ortognática”, añade. 

Los problemas de autoestima causados por las malformaciones de mandíbula tienen solución en esta cirugía que armoniza el conjunto facial

Y es que además de los satisfactorios resultados estéticos, esta cirugía es clave también para solventar problemas respiratorios como la apnea del sueño, trastorno potencialmente grave en el que la respiración se detiene y se retoma repetidas veces mientras dormimos, lo que causa un déficit de descanso en la noche que se traduce en malestar durante el día. Ante la existencia de una mandíbula pequeña o cualquier otra deficiencia en la barbilla o mentón es posible utilizar la cirugía ortognática para corregir la estructura ósea y, entre otras cosas, resolver los problemas respiratorios que a muchos pacientes con apnea les implica tener que dormir conectados a una máquina que produce un flujo de aire continuo.

 

Sin duda, este tipo de cirugía maxilofacial permite a los pacientes que deciden pasar por el quirófano resolver trastornos tanto funcionales como estéticos, recuperar una actividad normal en tiempo reducido, planificar gracias a la última tecnología el resultado de la intervención y, ante todo, mejorar su bienestar y calidad de vida.

Programas de planificación 3D como el Nemotec ®  o Dolphin ® utilizados en HPS permiten realizar intervenciones con un alto grado de precisión.