Canarias vive fundamentalmente del turismo. Sin embargo, existen otros motores económicos que aportan riqueza a las islas. CEISA es uno de estos ejemplos. La cementera no ha cesado su actividad desde que comenzó la pandemia.

Cuando a finales de los años 50 del siglo pasado se planteó la construcción de la fábrica de cemento en el sur de Gran Canaria, en el municipio de San Bartolomé de Tirajana, el objetivo era abastecer de material la infraestructura más importante de aquel momento, la presa de Soria. Hoy, más de 60 años después, la cementera de El Pajar, como se la conoce familiarmente, continúa siendo imprescindible para dotar de cemento a las infraestructuras más relevantes del archipiélago; también a las viviendas, centros sanitarios, educativos, deportivos o comerciales y complejos hoteleros. 

Las nuevas construcciones y la rehabilitación de edificios y hoteles, en estos momentos de tanta sensibilidad medioambiental, requieren de unos materiales igualmente sostenibles. Cementos Especiales de las Islas, CEISA es una fábrica kilómetro 0, ya que puede aportar a los proyectos en los que trabaja cementos altamente eficientes y ecológicos –con una reducida huella de carbono- gracias a las peculiaridades de sus instalaciones. 

Por un lado, se encuentra la cantera de San Jose que, a escasos kilómetros de la fábrica, es la responsable de abastecer de materia prima a la factoría. Por otro, y al pie de la fábrica, se sitúa el puerto de Santa Águeda, el único puerto industrial considerado de carácter estratégico en Gran Canaria, gestionado por Puertos Canarios y concesionado a CEISA para su operativa.

Todo el proceso de abastecimiento de materias primas desde el puerto y traslado del producto terminado a las diferentes islas del Archipiélago se realiza con una sistemática precisa, eficiente y automatizada lo que supone un importante ahorro de emisiones globales de CO2. Si no existiera ese puerto al lado de la fábrica y de la cantera, los diferentes traslados de materiales y producto acabado deberían realizarse por carretera, lo que implicaría el movimiento de 100 camiones diarios y la emisión de unas 3.000 toneladas de CO2 al año. 

Debido a esa necesidad y al convencimiento de seguir siendo eficiente y sostenible, Cementos Especiales de las Islas acaba de solicitar una nueva concesión del puerto que le permita seguir trabajando en las condiciones actuales. Así lleva haciéndolo cada día desde su puesta en marcha, sin parar ni recurrir a expedientes de regulación temporal de empleo (ERTEs) ni despidos, incluidos los tiempos más complicados como la crisis de 2008 y, por supuesto, la actual pandemia del Covid 19.