Está usted al frente de uno de los departamentos más transversales del gobierno regional y ya vamos por el último año de gobierno, ¿le ha valido la pena a Pedro Ortega

Yo estoy satisfecho con el trabajo que hemos hecho y con los resultados que estamos teniendo. Hoy hay un REF económico que dentro de poco va a estar aprobado y que empezamos a negociar desde el comienzo de la legislatura, después de más de veinte años sin modificarlo. Era la gran prioridad y lo hemos logrado, incluyendo la subvención al transporte de pasajeros y de mercancías.

¿Y en materia energética?

Sin duda, el impulso a las renovables, salvando un bloqueo que llevaba diez años. Cuando llegamos había un 8 por ciento de renovables; este año llegamos a 20. Estamos, además, negociando una nueva subasta; si conseguimos que el Gobierno de España avance con las dos que habíamos negociado, será un auténtico éxito en cuanto a instalación de energías renovables en Canarias. Eso incluye la instalación del primer aerogenerador marino de toda España, un enorme logro en esta materia. En el plano legislativo, el REF incluye a las renovables como parte de la estrategia de futuro, el no pago del impuesto al sol, que hemos conseguido para las Islas. En el plano europeo, hemos conseguido que en el borrador más allá de 2020 Canarias tenga un reconocimiento especial que permita adoptar políticas especiales, y junto a ello el liderazgo de esta tierra en la red RUP de energía. Hemos, además, creado una línea de 2,5 millones de euros de instrumentos financieros para acometer proyectos en empresas privadas para mejorar su eficiencia energética y otra en el sector residencial, que esperamos sirva para que llegue también a las casas.

A usted, en lo personal, ¿le ha valido la pena meterse en este mundo donde todo tarda más en hacerse?

Mire, si le digo que pasamos del 8 al 20 por ciento en renovables, me ha valido la pena. Si además en Europa nos felicitan por el salto dado en tres años de cosas que estaban dormidas durante diez años... estoy plenamente satisfecho.

¿Cuáles son sus primeras sensaciones con el nuevo Gobierno?

Desde que se produjo la moción de censura, a mí me preocupó lo de la subasta. Yo lo explico con una imagen: era un plato que estaba para llevar a la mesa y, en ese momento, se cierra la puerta de la cocina. Por eso nos hemos puesto a trabajar, nos hemos reunido con la ministra y con el secretario de Estado de Energía, porque la idea es que a comienzos de octubre podamos tener un calendario con la primera subasta. Y la segunda, que quedaría para marzo, con lo que lograríamos aumentar otro 10 por ciento la penetración de las renovables.

En una de las últimas reuniones en Europa se insistía en el papel de la economía azul en Canarias, ¿cómo se explica en qué consiste eso al gran público?

Es fundamental para nuestras islas. Pensemos en el turismo, el avistamiento de cetáceos, es economía azul. La instalación de ese aerogenerador marino en Gran Canaria también lo es. El estudio de bioalgas, la reparación naval, también. Es economía asociada a nuestro mar y nuestra costa. En este sentido, más del 7 por ciento es azul y ocupa más de 45.000 personas. Hemos creado un grupo de trabajo sobre economía azul con las universidades, el Plocan, el ITC y el sector privado para saber cómo podemos explotar más nuestras potencialidades en esto.

¿El gran proyecto de su gestión?

Queremos conseguir que la eólica marina sea muy importante en el Archipiélago y aspiramos a que en 2025 tengamos 300 megavatios que provengan de esa fuete, pretendemos que se utilice el sector de reparación naval canario para dar este gran paso. Que sea proveedor de mano de obra, tecnología y know how para desarrollar una eólica marina en las Islas. Y que sea exportable.

Dadas las limitaciones de territorio, ¿es por allí que se puede crecer?

La orografía y el espacio nos limitan, junto con los aeropuertos y el impacto a la ciudadanía. Por eso estamos tratando de desarrollar esta zona eólica marina. A la vez, creemos que podemos ser un laboratorio de este tipo de instalaciones para que se estudie en toda Europa.

¿Cuenta con esos 300 megavatios de eólica marina para llegar al objetivo del 45 % de renovables en 2025?

Por supuesto. Contamos con diferentes fuentes, sería un mix con gran presencia de eólica, fotovoltaica en una cantidad respetable y la geotermia en pequeñas cantidades, todavía. Será importante que ya esté en funcionamiento Chira-Soria, creemos que se puede llegar porque estamos en fase final de proyecto. Es necesario que exista almacenamiento para conseguir mejorar la penetración de renovables, si no, va a ser muy complicado. Pienso entonces en el mes de julio, con El Hierro en el 96 por ciento de energías de fuentes renovables; Gran Canaria, un 21 por ciento; y Tenerife, un 15. Tengamos en cuenta que solo hemos instalado un 20 por ciento de lo que hay que instalar pendiente. De aquí a fin de año podrán instalarse casi 300 megavatios, lo que nos permitirá superar los 600 de fuentes renovables, y así para julio de 2019 se podrá superar otra marca. Y es lo que dijimos en septiembre de 2015, aunque nadie nos creía, pero demostramos que es posible.

Mencionaba la geotermia y recordamos ahora que la oposición lo acusaba de cierto desinterés en este desarrollo.

Creo que no es así. Los hechos son estos: la geotermia requiere otro tipo de acciones y por eso creamos un grupo de trabajo. Era necesario tener un inventario de las potencialidades que tenemos, y en consecuencia publicamos una guía a principios de año. Ahora sabemos que hay que seguir invirtiendo, pero que hay que dar un gran salto. Es verdad que para la geotermia de alta entalpía, que es la que genera energía eléctrica, que nos permite tener una fuente renovable gestionable, que es la clave para avanzar, pues, estamos estudiando cómo abordarlo. Hemos estado con el cluster de la geotermia europea para estudiar cómo hacerlo bien.

Lo caro es el pinchazo.

Eso es lo caro. Podemos ir acercándonos para que el pinchazo sea lo más eficaz, estar preparados para ese momento. Cuando me dicen que no hemos hecho nada, les respondo que hay que buscar el apoyo financiero para esto, porque si no es muy difícil que las empresas lo hagan por su propia cuenta. La directiva europea de renovables permite políticas específicas en Canarias así lo dice, por otra parte. Las cosas no hay que hacerlas a lo loco, sino bien. Sin prisa, pero sin pausa. Acometer ese proyecto puede costar unos 20 millones y puede ser que tras el pinchazo no se encuentre las condiciones.

Los molinos del sureste de Gran Canaria están obsoletos en muchos casos, ¿qué se tiene pensado?

Poco a poco podrán ser sustituidos. Son inversiones que han llegado al final de su vida útil y lo lógico es que quien ha obtenido rendimiento ya por esas inversiones, reinvierta para seguir avanzando. En el caso de la subasta, la repotenciación el Estado no la contempla, pero es verdad que en origen sí han tenido apoyos. Estoy seguro de que en muchos de los casos está en marcha su renovación.

¿Adónde apuntan los proyectos en materia de sostenibilidad en La Graciosa?

Así como Gorona del Viento es un referente en el mundo, en La Graciosa tenemos otro proyecto para hacerla autosuficiente energéticamente, con un proyecto de gestión automática por demanda y por generación, en el que a través de placas fotovoltaicas y baterías se está experimentando para que los habitantes se abastezcan y a la vez sean un modelo para núcleos aislados.

Pero el transporte sigue siendo un problema, antes había pocos coches y ahora no es así, y los barcos que llegan son grandes emisores de CO2...

Hay mucho por hacer. Estamos haciendo un estudio, porque hay un problema de movilidad al que hay que buscar soluciones a esto, porque es necesario si queremos tener una Graciosa sostenible.

¿Cómo ve el asunto del gas canalizado, meses después de que se frenase?

Llegamos al gobierno y nos encontramos con que había peticiones de diferentes operadores que querían instalar gas canalizado. Había un decreto que se estaba tramitando y que el Consejo Consultivo nos lo devuelve. Venía caminando después de años de trabajo y lo retomamos. Estamos ahora a la espera del Tribunal Supremo, acerca del recurso contra la sentencia de ámbito autonómico sobre esta adjudicación.

¿Le parece que es el símbolo de muchas cosas en Canarias, que no se sabe en qué quedan las cosas de tan judicializadas que acaban?

Todo debería tramitarse más rápido. Piense, como le dije, que llevábamos diez años sin nada de energía eólica y afortunadamente hemos podido resolver cosas en diálogo con el Estado. Pero si la Justicia dicta sentencia, hay que acatar.

Granadilla está a la espera.

Hay un informe negativo de la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia). El operador le ha entregado al ministerio la documentación adicional, que ha sido remitida a la CNMC, de la que esperamos respuesta. El sistema funciona con unas reglas y hay que respetarlo.