El salto es entendido como algo bueno casi siempre. Un "salto de calidad", sabemos, es un cambio para mejor. Y así será con la recuperación de la central hidroeléctrica del Salto del Mulato, que puede constituir la piedra de toque de la transición energética en La Palma. La caducidad de la concesión administrativa por 99 años que tenía la compañía eléctrica Endesa, que expiró en 2012, y la convocatoria de un nuevo concurso son la base para la puesta en marcha de esta infraestructura que recupera lo mejor de la tradición de soberanía energética de la isla bonita.

A través del agua se conoció la electricidad en La Palma, con la histórica Nochevieja a finales del siglo XIX donde fue el tercer lugar de España y el sexto del mundo en encender una bombilla, gracias a aquellas 27 personas que crearon la sociedad mercantil El Electrón y lograron el flujo energético con la hidráulica de Barranco del Río. Décadas más tarde se sumarían la de Argual y Tazacorte (1933) y la del Salto del Mulato, en San Andrés y Sauces, que estuvo funcionando desde 1955 hasta el año 2002.

Esta central hidroeléctrica comenzó a utilizar el impuso del agua de los manantiales de Marcos y Cordero para generar kilovatios, "no turbina". Con otras palabras, aprovecha un salto de caudal de 535 metros de altura para producir, con la fuerza que origina el citado chorro al precipitarse, una corriente de amperios destinada al consumo eléctrico. Como parte de una forma limpia de generar electricidad que distinguió a la isla de manera histórica, la central de El Mulato, ubicada en el barranco de Los Tilos, en pleno corazón de la Reserva Mundial de la Biosfera situado en el espeso bosque de laurisilva del municipio de San Andrés y Sauces, se encuentra en "off" desde hace una década. Su puesta en marcha significa para La Palma la transición hacia un nuevo modelo energético, que pasa necesariamente por la independencia del petróleo y de monopolios para poder alcanzar el 100x100 renovable con una combinación de renovables de generación distribuida, cuya principal tecnología es la fotovoltaica de ámbito doméstico, la más disruptiva, porque su dispersión territorial permite que la electricidad se genere allí donde se necesita, para que los usuarios sean dueños de la energía.

La hidráulica fluyente, como la del Salto de El Mulato, ha sido la tecnología que mayor protagonismo ha tenido en la electricidad de La Palma, donde como en ninguna otra isla el agua tiene un potencial energético que se puede aprovechar en toda su dimensión, tanto las hidráulicas fluyentes como las reversibles, teniendo en cuenta buena parte de lo embalses ya construidos y localizados en el Plan Hidrológico Insular.

El aprovechamiento eléctrico de los nacientes de Marcos y Cordero puede revertir en la isla a través del Consejo Insular de Aguas, en coordinación con la Comunidad de Regantes y el Ayuntamiento de San Andrés y Sauces, a la manera de la Cuenca Hidrográfica del Ebro, que ya está gestionando pequeñas centrales hidráulicas en varios municipios del Alto Aragón, una vez finalizadas las concesiones. A través de la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético se ha generado un proceso participativo insular a través de la Ruta por la soberanía energética de La Palma, recorriendo todos los municipios en encuentros con los alcaldes, presidente y vicepresidente del Cabildo y mesas redondas comarcales como cauce de participación ciudadana. Como consecuencia de ello se ha elaborado el Manifiesto del Electrón en reconocimiento a aquella iniciativa de 27 vecinos de Santa Cruz de La Palma que, a finales del siglo XIX, pusieron en funcionamiento la mini central hidroeléctrica del Electrón, en el Barranco del Río. Por tanto, se trata de un documento de elaboración colectiva, de consenso insular, que ha de marcar el rumbo energético de La Palma, fijando criterios de transición hacia una isla 100x100 renovable.