Cuando pensamos en el modelo energético de Canarias, cuesta creer que a estas alturas, las energías renovables no sean una realidad y tengamos una escasa generación de este tipo de energía en nuestro sistema eléctrico. (En el mix energético de Gran Canaria, en un día ronda entre el 6% y el 12% la eólica, y la fotovoltaica de día entre 0,7 y un 4%)

Canarias tiene todas las condiciones naturales para poder producir energías limpias. Tenemos sol, viento, mar... Pero la realidad es que las políticas desarrolladas hasta ahora no solo no han propiciado su desarrollo sino que lo han dinamitado.

En Canarias tenemos un sistema energético basado en las energías fósiles en más de un 90 %, una energía que no solo contamina sino que nos hace dependientes y que es la más cara de toda España, se calcula el sobre coste en unos 1400 millones de euros. Las energías fósiles tienen mayores subvenciones que las renovables, en el caso del gas el doble que la eólica.

Tenemos un sistema que cuenta con seis subsistemas eléctricamente aislados (Fuerteventura y Lanzarote están interconectados), somos islas y estamos lejos del continente, pero aún así se nos dice que para la seguridad del suministro debemos interconectarnos, lo que conlleva una red inmensa de transporte a través de todas las islas.

Conociendo todo esto ¿cómo es posible que no se impulse el desarrollo de las renovables?

En estas semanas este gobierno ha sacado pecho indicando que se ha desbloqueado la instalación de parques eólicos que supondrán un 20 % de energía renovable instalada. Pero la realidad es que apenas un 8% como media de esta energía instalada se convierte en generación de energía eléctrica. Tenemos sistemas térmicos de generación eléctrica, centralizados, poco flexibles. Mantenemos grupos de generación para contingencias, que en algún caso no han arrancado cuando ha hecho falta. Por lo tanto, tenemos un sistema eléctrico sobredimensionado, las renovables que tenemos, son las que deben parar cuando hay sobreproducción, frente al consumo. Entonces ¿suponen una mejora real en el sistema?, ¿en nuestro medio ambiente?, ¿en nuestro bolsillo?, ¿en el impacto de nuestro paisaje?

El discurso es el de la necesidad de crear grandes redes de transporte para llevar más energía a través de la red eléctrica de canarias y estaciones transformadoras para volcar más electricidad renovable en la red.

Una de las más cuestionados es la red que atravesará toda la isla de Fuerteventura donde las torretas serán el punto más alto de la isla y surge la pregunta, ¿es realmente necesaria toda esta infraestructura para canarias?. Existe un proyecto, "INTERMARCAN", impulsado por el gobierno de Canarias en la anterior legislatura que pretende interconectar eléctricamente Canarias y Marruecos. ¿tendrá alguna relación con esta red de transporte en Fuerteventura?

Las pérdidas en generación y en transporte se calculan que son en torno a un 15%. Por tanto la generación centralizada es menos eficiente que la descentralizada. Así necesitamos un cambio que es imprescindible para Canarias.

No necesitamos impulsar un modelo que incorpore todos las líneas necesarias para cambiar de modelo: investigación, fabricación, instalación y generación de energías limpias. Un diseño en cada isla que la optimice energéticamente, unida al transporte y al agua.

No se hace política en la dimensión social de lo que supone la energía, como un derecho y una necesidad básica, pensando en el consumidor. No se ponen medidas efectivas a la pobreza energética. No se trabaja para que la energía esté en manos de las pequeñas empresas, de los consumidores, de los ayuntamientos, fomentando el auto consumo. (78 kilometros cuadrados de tejados que podrían estar produciendo energía).

Los intereses en materia de energía están claros, en las grandes empresas eléctricas multinacionales, que encuentran en los gobiernos a sus mejores aliados, donde casualmente terminan trabajando alguno de los altos cargos responsables de las políticas que les favorecen. Y ahora el del gas.

Toca defender otro modelo para Canarias, democratizar nuestros sitemas, producir de forma descentralizada, con equipos flexibles, redefinir nuestro sistema eléctrico. Este es el momento, defendamos un modelo que sea respetuoso con nuestro medio ambiente, nuestro territorio y que nos lleve a la soberanía energética, trabajemos para mitigar los efectos del cambio climático y no dejemos la energía en manos de unos pocos. Porque es posible.

Conchi Monzón es diputada de Podemos en el Parlamento de Canarias.