Canarias exporta la arquitectura del siglo XXI

Una generación de jóvenes arquitectos canarios formados en las Islas desarrollan ambiciosos proyectos en Europa, África, Oriente Medio, América y Asia que han despertado el interés internacional por estos profesionales del Archipiélago

Canarias exporta la arquitectura del siglo XXI

Canarias exporta la arquitectura del siglo XXI / LP/DLP

Miguel Ayala

Miguel Ayala

Acción, reacción. Hubo una época en la cual Canarias entendió la arquitectura a través, únicamente, de la mirada de quienes por entonces se denominaban arquitectos estrella. Nombres como Calatrava, Tusquets, Pelli, Herzog, Ferrater o De Meuron, por sólo mencionar a algunos de aquellos profesionales que dejaron su impronta en las Islas en forma de auditorios y museos o desarrollando proyectos finalmente desechados, fueron el referente del desarrollo urbanístico elegido por políticos de diferentes colores para modernizar la imagen del Archipiélago. Sin embargo, mientras esto sucedía en la década de los 2000, un puñado de jóvenes canarios se esforzaba en concluir en nuestra región sus estudios de Arquitectura o iniciaba un ilusionante periplo profesional del que desconocían los vericuetos por los cuales iba a transcurrir el futuro.

Varios lustros después, la situación ha cambiado radicalmente y aquellos hombres y mujeres de las Islas formados principalmente en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, centro de referencia y uno de los más antiguos de España, se han convertido en exitosos profesionales dentro del panorama internacional construyendo ambiciosos proyectos en Asia, Europa, Oriente Medio, África y América. El último ejemplo de la proyección lograda por esa generación de canarios y canarias es la arquitecta Cristina Vega Iglesias, del estudio francés Burlat & Vega Architectes, quien fue reconocida en París el pasado 15 de noviembre con el premio nacional a la mejor joven arquitecta menor de 40 años, con obra construida en Francia en 2022, que otorga la ARVHA, siglas en francés de la Asociación para la Investigación sobre la Ciudad y el Hábitat -ver entrevista en páginas 4 y 5-.

El jurado de estos prestigiosos galardones ha tenido en cuenta la aportación de Cristina Vega para dotar de instalaciones modernas a localidades alejadas de las grandes urbes francesas que durante el siglo XX fueron ignoradas por el desarrollo arquitectónico.

También acumula premios internacionales el arquitecto grancanario Alejandro Morán, quien funda en 2019 junto a Caco Cabrera el estudio CGMH arquitectos en Las Palmas de Gran Canaria. Dos proyectos suyos -el hotel Alila Seminyak, en Bali (Indonesia) y el edificio residencial Serenity Sky Villas, en Ho Chi Minh (Vietnam)- realizados con el despacho URBNarc, con sede en Singapur, recibieron tres galardones en los Asia Pacific Property Awards. Morán fue, asimismo, finalista en los WAF Awards, celebrados en Berlín en 2018.

La experiencia de haber trabajado durante varios años en Singapur abordando desde complejos turísticos a proyectos residenciales sitúa al también arquitecto canario Javier Pérez, con obra edificada en Hawai (EEUU), Nairobi, Tanzania e India, entre otros países, como uno de los referentes de las Islas en materia arquitectónica cuyo discurso sobre cómo debe afrontar Canarias en el futuro inminente la gestión de su limitado y delicado territorio debería tenerse en cuenta.

«La arquitectura en nuestras Islas se tiene que definir a sí misma», dice Pérez. «Debemos buscar un lenguaje propio, auténtico y genuino que nos defina a través de los espacios. Eso no significa que trabajemos en una sola dirección pero no podemos quedarnos en la interpretación que del renacimiento o el racionalismo ha caracterizado a la arquitectura tradicional canaria porque sería un error apostar por eso eternamente» tanto en dotaciones turísticas como residenciales.

Insiste este profesional en que no se trata de infravalorar la aportación que en esta Comunidad Autónoma han desarrollado nombres como, por ejemplo, César Manrique, «cuyo trabajo es maravilloso», reconoce, «pero cada generación y cada arquitecto, en cada momento, ha de seguir buscando soluciones para definir con carácter los espacios».

«Canarias, como está sucediendo en otros territorios, debe abrir el debate de la demolición», plantea Javier Pérez, que acaba de abrir estudio en Gran Canaria. «Habría que plantearse demoler los complejos y espacios no solo obsoletos, sino aquellos que con nuevas intervenciones pueden responder a problemáticas actuales» como la del crecimiento en una región finita, caso de las Islas, una idea que argumenta sobre la base de que es injusto e incluso torpe «pretender que todas las construcciones hechas hace setenta u ochenta años» puedan remediar los contratiempos que plantea el escenario contemporáneo. «Mientras antes abordemos ese debate, antes empezaremos a actuar porque no podemos estar eternamente echando capas de pintura a construcciones viejas», añade.

Tan cerca, tan lejos

El tinerfeño Leonardo Omar, director del estudio Leonardo Omar Arquitectos, S.L.U., es otra voz autorizada dentro del sector del diseño arquitectónico en el Archipiélago gracias a sus proyectos residenciales y hoteleros -suyo es el internacionalmente alabado edificio del Royal Hideaway Corales Suites, en Costa Adeje-. El papel que las propuestas de este profesional juega en el panorama internacional se debe, entre otras razones, a que sus trabajos se localizan exclusivamente en Tenerife, un detalle que refleja, asimismo, la conectividad de un planeta donde hoy lo local toma dimensión global.

«En Canarias se estaba haciendo una arquitectura en materia turística que bajo mi opinión carecía de referentes que lo vincularán con una inserción propia de nuestro paisaje, materiales, clima, océano, paleta de colores… Se carecía», dice, «de una forma de hacer arquitectura que se identificara con el entorno y en cierta manera se convirtiera en seña de identidad del lugar y de las Islas. Era una arquitectura globalizada que puede encontrarse en múltiples destinos turísticos lejos del nuestro, por lo que no contribuía para hacer una experiencia diferenciada e identificativa del destino Canarias», argumenta este profesional que añade: «Poseemos referentes muy marcados que deben ser siempre inspiración en nuestros proyectos».

Las reflexiones que desde su experiencia internacional en la arquitectura puede aportar a las Islas el grancanario Luis M. García-Santillán Rubistein en lo concerniente a la construcción de centros comerciales, otro tipo de proyectos que, sin rumbo fijo, proliferan en el Archipiélago y que cada vez tendrán más relevancia debido a la necesidad de reformar aquellas instalaciones similares ya obsoletas, resultan también interesantes. «Comencé los estudios en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y después me trasladé a la Politécnica de Madrid para finalmente terminar en 2006 la carrera en Alemania, en la Universität Karlsruhe», recuerda.

García-Santillán trabajó entre 2006 y 2007 en Italia, en el estudio One Works de Milán, principalmente formando parte del equipo que diseñó la ampliación del centro comercial Carosello en Carugate y liderando un equipo, junto al estudio Cino Zucchi, en el proyecto vencedor del concurso internacional Andermatt Tourismus Resort, en Suiza, al que también presentaron sus propuestas despachos como Jean Nouvell o Steven Holl. Argentina fue su siguiente destino hasta que en 2011 se instala en Asia, trabajando en el estudio de arquitectura Unitown Design Inc., en Shanghai, «donde realizamos proyectos de gran escala, principalmente comerciales, prácticamente en todas las provincias de China, ejecutando incluso dos proyectos de pequeñas ciudades. Allí conocí a Xuhua, que es diseñadora de interiores y, tras regresar a Las Palmas de Gran Canaria, juntos abrimos en 2016 SMLXL Design, nuestro estudio de arquitectura e interiorismo», explica.

«En China», prosigue el canario, «los clientes interesados en desarrollar espacios comerciales buscan, por supuesto, la rentabilidad pero al tener tanta competencia tratan de diferenciarse a través del diseño, ofreciendo a los usuarios algo innovador. Lo principal es encontrar una buena localización. Cuando el proyecto incluye un centro comercial, se crea una Commercial Street, una vía peatonal por la que se accede al edificio en la que nos encontramos comercios de pequeña escala que conectan las nuevas instalaciones con el entorno inmediato. Se trata de un espacio de transición entre la trama de la ciudad y el shopping center, conectando la escala urbana con la del edificio comercial», dice.

«En los centros comerciales construidos en Canarias encontramos que los locales son clones a los del resto de centros comerciales: mismos restaurantes, mismas tiendas y mismas actividades. En las zonas turísticas de Canarias abundan los espacios comerciales que no han variado en los últimos 40 años. Por ejemplo, en Playa del Inglés, tras el espacio asfaltado de más de 20.000 metros cuadrados² situado frente a la playa, se continúa con una línea de locales con terrazas dando la espalda a la mejor vista del sur de la isla: las dunas de Maspalomas. Justo al lado, un pequeño centro comercial con galerías estrechas y oscuras. Todo ello a pesar de que la localización de este espacio es inmejorable para crear actividad comercial de calidad. Este tipo de espacios se deberían de repensar completamente para dar un salto de calidad al turismo», añade Luis M. García-Santillán Rubistein antes de concluir aportando «como soluciones trasladar el concepto de espacios comerciales que proyectábamos en China fomentando la integración en el entorno, creando edificios que puedan abrirse al espacio que lo rodea y permitiendo que se cosan a la trama urbana inmediata, en lugar de romper con ella».

Por último cabe destacar en esta lista de Canarios que exportan al mundo la arquitectura del siglo XXI el trabajo del arquitecto y urbanista tinerfeño Alberto González, otro ejemplo del éxito internacional de profesionales canarios. Suyo es el proyecto para la sede que albergó en Congo Brazaaville los Juegos Africanos de 2015. Con amplia experiencia en Asia, Oriente Medio y África, desde 2006 combina la práctica profesional con la docencia viviendo en ciudades complejas y distintas como Beijing, Shanghai, Seúl o El Cairo.

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