El lento idilio local por los vinos canarios

La sumiller grancanaria Patricia González, «entusiasmada» ante el éxito vinícola de las Islas

Patricia González en la vinoteca de La Cava de Piñero.  | | JOSÉ CARLOS GUERRA

Patricia González en la vinoteca de La Cava de Piñero. | | JOSÉ CARLOS GUERRA / M. Ayala

Miguel Ayala

Miguel Ayala

«En Canarias se están elaborando vinos de calidad y muy gastronómicos, importante para formar maridajes que impacten y emocionen el paladar del consumidor», dice González Socorro.

«Cada vez hay más respeto, estima e importancia» por los vinos canarios, explica Patricia González Socorro, sumiller grancanaria en la vinoteca de la Cava de Piñero. «Sin embargo», añade esta profesional de 42 años, «parece en ocasiones que son las personas de fuera quienes más valoran la idiosincrasia del vino que se produce en nuestra tierra. Entre el público local todavía encuentro mucha gente que parece no entender el vino canario y optan por vinos más ‘industrializados’, sin tipicidad, pero afortunadamente estos cada vez son menos».

«Tanto en el ámbito profesional como personal he vivido con entusiasmo» este resurgir de los vinos canarios, prosigue González Socorro. «Esa nueva situación supone una gran oportunidad de conocer y disfrutar de las elaboraciones que realizan los enólogos canarios. Esto por su puesto exige estar al día, actualizarse o reciclarse, lo cual también es un placer poder hacerlo».

Por influencia familiar, comenta González Socorro, «comencé a estudiar la carrera de Administración y Dirección de Empresa que alternaba trabajando en Bodegas 7 Islas, empresa donde las personas que más admiro por su fuerza, persistencia y motivación, con mucha ilusión y trabajo duro han mantenido por más de 40 años. Claramente hablo de mis padres», dice orgullosa. «Allí he estado la mayor parte de mi carrera profesional», añade.

Sobre los vinos canarios destaca «el origen volcánico de las Islas, que aporta al vino una mineralidad propia y característica. Son vinos expresivos, con carácter y sello de identidad», afirma.

«La influencia de los vientos alisios, los microclimas, la inclinación del terreno, las distintas altitudes que encontramos en las islas, la composición del suelo, la variedad de uva elegida en la elaboración y por supuesto el tipo de vinificación elegida por el enólogo determinan las características finales del vino», cuenta González Socorro, quien afirma que «a día de hoy las posibilidades de que la mujer sumiller se incorpore y se haga un hueco en el sector son amplias, pero considero que nuestro trabajo se mira con un lente diferente y se nos exige demostrar mucho más para tener la misma consideración profesional que un hombre», argumenta la mamá de Elián, su hijo de siete años.

Su currículum profesional lo fue construyendo poco a poco hasta acabar formando parte del stage del restaurante La Acuarela —una estrella Michelín— junto a su amigo y mentor Nikola Ivicic. «Me he especializado en la elaboración y sumillería de cerveza por la Universidad de Alicante y la academia alemana Doemens respectivamente. Por otro lado», dice Patricia González Socorro, «continué reciclándome y aprendiendo sobre vino, y sacando tiempo para terminar mi especialización con el WSET3. Actualmente me encuentro en el último año, realizando las prácticas de Dirección de Alimentación y Bebidas», concluye.

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