Entrevista | José Pellejero Psicólogo, especialista en Psicología Clínica y profesor del Departamento de Psicología, Sociología y Trabajo Social de la ULPGC

José Pellejero: «Si nos casamos a los 37 y los matrimonios duran 16 años de media, las cuentas cuadran»

El grancanario José Rodríguez Pellejero es especialista en psicología clínica y en esta entrevista habla sobre las características de las y los canarios en sus relaciones y de cómo diferentes circunstancias se encuentran detrás del aumento de los divorcios después de los 50 años

José Pellejero esta semana en la calle comercial de Triana, en Las Palmas de Gran Canaria.

José Pellejero esta semana en la calle comercial de Triana, en Las Palmas de Gran Canaria. / Andrés Cruz

Miguel Ayala

Miguel Ayala

¿Qué hay detrás de que el número de divorcios entre personas mayores de 50 años haya aumentado hasta casi el 40% del total de las separaciones en España?

Antes de responder a su pregunta me gustaría aclarar que no deberíamos hablar del divorcio como el problema, sino como la solución. Aprender a relacionarse de forma efectiva implica también aprender a poner fin a las relaciones, cuando ya no se comparten objetivos, cuando se está faltando al respeto personal o cuando la relación se ha deteriorado de forma insalvable, entonces, el divorcio es una bendición. Dicho esto, lo más interesante de su pregunta es el enfoque evolutivo que le da: resulta sorprendente que el 40% de las separaciones en España se produzcan entre personas que pasan de los 50. Y me interesa especialmente porque entronca con una línea de investigación en la que ando ahora mismo haciendo algunos análisis, que es la Teoría de la Adultez Incipiente de Arnett, que sostiene que hay una nueva etapa de transición entre la adolescencia y la adultez que ha surgido en las últimas décadas en las sociedades postindustriales y tecnológicas. Se trataría de una etapa de la vida separada y única, una fase de desarrollo que abarca desde finales de la adolescencia hasta los veintiuno o veinticinco años aproximadamente.

Jeffrey Arnett es un psicólogo del desarrollo que escribió un

libro titulado Emerging Adulthood: The Winding Road from the Late Teens through the Twenties (2004), que sería algo así como «Edad adulta emergente, el camino sinuoso desde finales de la adolescencia hasta los treinta años». De existir este periodo evolutivo, y todas las investigaciones apuntan que es así, la adolescencia en las sociedades postindustriales estaría ensanchándose hasta casi los 30 años, con todo lo que esto conlleva, incluida esa toma de decisiones más inmaduras. Esa frase que dicen algunos de que «los 40 son los nuevos 30» esta dejando de ser una broma entre amigos y amigas para ser una realidad científicamente constatada. Si observamos las estadísticas, la edad media a la que se casa la gente en Canarias ha ido en aumento de forma ascendente desde el año 1976, años del que encontramos los primeros datos en el INE. Si en 1976 se casaban a los 24 años, en 2015 a los 35, y en 2021 se casan a los 37, es lógico suponer que la edad de divorcio también se retrase. Considerando que lo que duran de media los matrimonios es 16 años, las cuentas cuadran: se separan a los 50 años. Según esta teoría de la adultez incipiente, la transición a la adultez se ha vuelto más prolongada y compleja debido a cambios sociales, culturales y económicos. Esta etapa se caracteriza por: una identidad exploratoria, de experimentación, inestabilidad y enfoque hacia uno mismo. Las decisiones que se toman en esta etapa evolutiva suelen ser más inmadura, lo que deciden casarse a edades tempranas, en la sociedad de hoy, tienen mayor probabilidad de separarse antes. Pero no

debemos considerar factores psicológicos o evolutivos, Canarias es una sociedad progresista, que históricamente y por influencia del turismo, ha propiciado importantes cambios en las normas sociales, la disminución del estigma asociado al divorcio ha influido sin duda en estas tendencias. Y en igual medida el estrés financiero, no cabe duda que cuando la pobreza entra por la puerta…

«El matrimonio sigue gozando de buena salud, a pesar de que se haya acortado sus años de vida»

¿Ha sucedido con anterioridad en algún periodo o en otros países?

Parece un fenómeno común en las sociedades democráticas, capitalistas y tecnológicas. Un análisis que también sería interesante es cómo ha influido la irrupción de las mal llamadas redes sociales y la posibilidad de acceso instantáneo a la pornografía. Ya hay datos que asocian el aumento de consumo de pornografía con las disfunciones sexuales, por ejemplo. Es innegable que existe un cambio en la vida sexual de la gente de hoy, de todas las edades, el acceso al sexo virtual o real es más fácil, y no digo que este cambio sea necesariamente negativo para las relaciones sólidas, pero tampoco podemos obviar los problemas que trae asociado.

¿Y tendrá algo que ver con el Covid o los confinamientos?

Bueno, el COVID-19 es un virus, no diría yo que la causa de las separaciones es un virus. ¡El virus del divorcio! Suena demasiado reaccionario. Pero tiene sentido pensar que el confinamiento, la convivencia forzosa, pueda ser un desencadenante del divorcio, aunque tampoco la causa. Si la relación de pareja está ya muy desgastada la convivencia precipita la solución.

Durante los primeros meses de la pandemia, los medios de comunicación informaron de un aumento en las solicitudes de divorcio, debido a tensiones familiares y al confinamiento, esto se debe a que la convivencia constante y las dificultades económicas y emocionales asociadas a la pandemia pusieron a prueba a muchas parejas. Pero hagamos un ejercicio de comparación de datos: el número de

atrimonios en Canarias para el año 2020 superó el número de divorcios. El año pasado se casó más gente de la que se separó, siendo así tendríamos que dar la razón a Groucho Marx que afirmó que «la primera causa de divorcio es el matrimonio». En perspectiva el matrimonio como institución sigue gozando de buena salud, a pesar de que haya acortado sus años de vida. En la actualidad, y en Canarias, hay más matrimonios que antes, pero se rompen mucho más pronto.

«Canarias es una sociedad progresista que ha propiciado importantes cambios en las normas sociales»

¿Nos hemos convertido en una sociedad inaguantable en nuestras relaciones?

Yo pienso que no. Nos hemos convertido en una sociedad más abierta, menos represiva, la gente ha aprendido a poner fin a las relaciones que traen sufrimiento. No olvidemos que el matrimonio y la familia son instituciones que cuentan con elevados índices

de violencia, me refiero a la violencia intrafamiliar. Y es en este sentido por lo que le decía que el divorcio no es el problema, sino la solución.

Por otro lado, y esto ya no es tan buena noticia, estamos en una sociedad cada vez más posmoderna, y en consecuencia cada vez más narcisista, hedonista e individualista, ahora vivimos como si no hubiera un mañana, en la posmodernidad el futuro no existe y el pasado no importa, el compromiso con el otro no tiene categoría

porque la verdad ya no existe, es relativa. Los canarios y canarias de hoy buscan cada vez más la autorealización individual, lo que ha debilitado las relaciones duraderas y comprometidas. Todo esto nos lleva a la obra del gran Zygmunt Bauman, que por cierto anduvo por estas islas algunos años antes de su muerte.

Bauman nos advirtió de que vivimos en una época caracterizada por la liquidez de las relaciones humanas, especialmente en el ámbito del amor y las relaciones de pareja. Señaló con mucho acierto que, en la sociedad posmoderna, las conexiones humanas se han vuelto cada vez más efímeras, inestables y desechables. En el pasado, las relaciones humanas estaban basadas en estructuras sólidas y duraderas, el matrimonio y la familia tenían un sentido distinto. Sin embargo, en la sociedad líquida moderna, y por influencia del mercado y la revolución tecnológica, existe una forma de relacionarse basada en el deseo, y en una forma de amor frágil, poco sólida, que se te escapa entre los dedos.

El amor líquido de la posmodernidad es transitorio y provisional. Es como si todo el mundo pensaras que «si no hay satisfacción inmediata y gratificaciones instantáneas mejor buscar otra pareja».

Canarias ha estado en la cabeza después de la pandemia en el número de divorcios en nuestro país. ¿A qué cree que se puede deber?

«La frase de ‘los 40 son los nuevos 30’ está dejando de ser una broma para ser una realidad científica»

Seguro que no es debido a una única causa.

El caso es que Canarias, igual que Cataluña por ejemplo, son comunidades progresistas, muy abiertas y desinhibidas, ambas comunidades cuentan con elevado número de divorcios en comparación a otras comunidades. Por otro lado, aquí también tenemos un índice socioeconómico y cultural (ISEC) muy alejado de la media de España y, aunque ya no encabezamos el ranquin, el número de embarazo adolescente sigue siendo elevado. También tenemos unas de las edades más

del país en primeras relaciones sexuales, en los círculos de pobreza el tiempo parece ir más rápido, y la cercanía de la muerte acelera las ganas de vivir.

Además de lo anterior seguro que también hay factores demográficos que influyen, la población en canarias ha aumentado considerablemente en los últimos años. En el 2020 Canarias fue la quinta provincia española que más nuevos residentes registró.

Cada vez se estila lo de acudir a un consejero matrimonial, sobre todo en las parejas que superan los 40 años de edad. ¿Estas terapias son efectivas?

Si lo son, pero depende de lo que consideremos efectividad. Recuerde que cuando la relación es insalvable la ruptura es lo más efectivo. En algunas ocasiones la separación surge a iniciativa de uno de los miembros, si la aspiración de este, o de esta, es mantener el matrimonio a toda costa, probablemente dirá que la terapia de pareja no fue efectiva. Pero si no confundimos efectividad con alcanzar el objetivo de cada cual, sin duda, son efectivas. Y eso es lo que dice un metaanálisis publicado en el Journal of Marital and Family Therapy en 2016, que concluyó que la terapia de pareja fue eficaz para aproximadamente el 70% de las parejas. También es cierto que la efectividad de la terapia de pareja para evitar el divorcio puede variar según diferentes factores.

«La edad a la que se casan en Canarias ha aumentado desde 1976 pasando de los 24 años a los 37 de 2021»

¿Cuánta relación piensa que tiene la cada vez menor presión de la religión en la sociedad? ¿El qué dirán o la ‘seguridad’ de los matrimonios ya no calan?

En mi opinión, el matrimonio clásico, como institución religiosa, hace muchos años que entró en crisis y desapareció. Pero el matrimonio se sigue produciendo, y va en aumento, incluso después de los 50 años. Esto se debe a que el capitalismo posmoderno ha sabido reinventar el matrimonio como producto comercial, y muy instagrameable. Es un producto más de consumo. Incluso el divorcio lo es;

n la posmodernidad todas las relaciones son de consumo y desechables.

Hace poco vi un anuncio en internet que decía: «la vida es corta, necesitas un divorcio». Parece que lo que está mal visto ahora es seguir toda la vida con la misma persona, incluso hay expresiones populares que lo ponen en evidencia. Mucha gente que se separa me dice que «vuelve a estar en el mercado», ¡En el mercado! Y se refieren al de la carne, ni siquiera al de la ideología o el alma. Sin duda esta idea de volver al mercado es muy seductora para las personas que aún estando casadas han sucumbido previamente a todo el márquetin del cuidado del cuerpo y la imagen. Parece que el siguiente paso es exponerse, cotizarse, todo en términos económicos.

¿Afecta igual a los hijos adultos como a los menores afrontar divorcios en el seno familiar cuando sus progenitores son mayores de 50 o 60 años?

Por supuesto que no, cada momento evolutivo tiene sus particularidades, es cierto que antes de los 7 años y después de los 18 las separaciones se superan mejor, siempre que hablemos de separaciones traumáticas. Cuando lo traumático es el matrimonio lo mejor es separase cuanto antes, por el bien de los hijos.

Teniendo en cuenta a las nuevas generaciones, ¿cree que esto es una moda o una tendencia que ha llegado para quedarse?

Ha llegado para quedarse, pero lo preocupante para mí no es casarse o divorciarse, sino si volveremos a construir relaciones basadas en el amor-sólido, como un bloque, y no hablo solo de amor de pareja, sino entre amigos, vecinos, compañeros… Hay gente que se está divorciando del mundo real para casarse con el mundo virtual, eso si es preocupante.

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