Enfoques

Cicatrices de hormigón degradan Canarias

Más allá de los eslóganes turísticos y las imágenes de ensueño, Canarias también tiene una cara menos amable, marcada por años de urbanismo desmesurado y construcciones que han desgarrado partes de sus paisajes y su patrimonio natural

Adefesios arquitectónicos de Gran Canaria

Soraya Déniz

Iván Alejandro Hernández

Iván Alejandro Hernández

Un clima benigno casi todo el año y unos enclaves naturales únicos y espectaculares le han valido al Canarias los apodos de "Islas Afortunadas" o "la eterna primavera". Vinculado al concepto de paraíso como reclamo turístico, el Archipiélago ha sido vendido publicitariamente con eslóganes como Latitud de vida o Islas Excepcionales, acompañado de imágenes idílicas de unas manos acariciando el mar o la arena, un mar de nubes que se posa sobre monumentos naturales o atardeceres anaranjados en charcos que parecen piscinas.

Sin embargo, más allá de los eslóganes turísticos y las imágenes de ensueño, Canarias también alberga una cara menos amable, marcada por años de urbanismo desmesurado y construcciones que han desgarrado partes de sus paisajes y su patrimonio natural. El periodista Andrés Rubio, quien dirigió durante casi dos décadas el suplemento El Viajero en El País, muestra en su libro España fea. El caos urbano. El mayor fracaso de la democracia numerosos ejemplos de esas cicatrices de hormigón en las Islas, especialmente vinculadas al turismo y en la costa, después de tres años de investigación y de su amplia experiencia recorriendo rincones nacionales. Aquí hay más información sobre la degradación costera de Canarias.

Los ejemplos, ilustrados con fotografías, son numerosos: la "incontrolada industria aceleradora del turismo en Mogán" (Gran Canaria); la costa de Adeje (Tenerife) como paradigma de "espacio bizarro" en el litoral; el "área tensionada de desarrollo expansivo alrededor de las dunas de Maspalomas", la "arquitectura y planificación sin pensamiento en la playa de Las Américas" (Tenerife) o los numerosos esqueletos de hoteles abandonados que no se han demolido, desde el que se erige ante Los Charcones (Lanzarote), al de Añaza (Tenerife). Pero también incluye como entornos urbanísticamente feos a capitales como Arrecife (Lanzarote), a la que califica como "ciudad maltratada", o San Sebastián de La Gomera por su "torre invasiva de diez pisos" en una de sus plazas principales.

Desde Canarias, profesionales de la arquitectura y el urbanismo coinciden en señalar que esa parte fea de Canarias no solo se circunscribe a las áreas turísticas, sino también a otros entornos urbanos como las periferias y los polígonos de las ciudades más pobladas, cada una con sus particularidades, fruto de la falta de planificación.

Las raíces históricas que explican el origen de esas dinámicas constructivas se remontan al periodo de la conquista de Canarias por la Corona de Castilla y la colonización del territorio por parte de quienes había dirigido, participado o apoyado la empresa. Ese germen urbanizador, en el que las familias más pudientes se reparten la tierra y se establecen en las zonas bajas o llanas mientras que las clases populares cubren las laderas y barrancos con autoconstrucciones, se acelera a partir de la década de 1950 del siglo XX durante el régimen franquista.

Arrecife Gran Hotel, la torre de Arrecife.

Arrecife Gran Hotel, la torre de Arrecife. / iStock

Autoconstrucciones

Faustino García Márquez, arquitecto en la especialidad de Urbanismo que durante más de una década fue jefe de servicio de Ordenación Territorial en el Gobierno de Canarias, explica que la propia orografía de las islas choca con la necesidad de vivienda por parte de la población y no se tiene muy presente el cuidado del paisaje.

Márquez añade "la moda constructiva" de la época de las décadas de los cincuenta, sesenta o setenta, "cuando llegan los polígonos de viviendas sociales"; se repite "un modelo hasta el infinito" que da "una sensación de homogeneidad" y genera escasas diferencias "entre calles o entre un edificio y otro".

Adefesios arquitectónicos de Tenerife

Soraya Déniz

Vicente Mirallave, doctor arquitecto y profesor de Urbanística y Ordenación del Territorio en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), agrega que Canarias padece "de un mal endémico que viene desde los orígenes". También haciendo referencia a las autoconstrucciones en las ahora grandes ciudades del Archipiélago, pone como ejemplo a los Riscos de Las Palmas de Gran Canaria. "Los barrios marginales son sin duda alguna un reflejo importante de esa carencia", indica, al que añade el problema de la falta de vivienda social, que perdura hasta nuestros días.

Si bien, la arquitecta y urbanista María Tomé, cofundadora de la cooperativa Oficina de Innovación Cívica S. Coop., matiza que "se relacionan mucho las dinámicas de autoconstrucción de Canarias con arquitectura fea, cuando probablemente tengan mucha belleza porque tiene que ver con la arquitectura vernácula o comunitaria". A su juicio, uno de los acontecimientos históricos que cambian por completo la fisonomía de las islas es cuando Canarias se abre al turismo y llegan las construcciones extranjeras.

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