Entrevista | Juan José Rodríguez Director de la UNED en Gran Canaria

Juan José Rodríguez: «La ola neoconservadora también pasará; veo una sociedad mejor armada y formada»

«La inmigración puede convertirse en un factor de radicalización de la sociedad canaria», asegura el director de la UNED en Gran Canaria

Juan José Rodríguez, director de la UNED en Gran Canaria.

Juan José Rodríguez, director de la UNED en Gran Canaria. / Juan Carlos Castro

Joaquín Anastasio

Joaquín Anastasio

Juan José Rodríguez, director de la Uned en Gran Canaria desde 2015, valora en esta entrevista algunos datos del Sociobarómetro canario del pasado mes de noviembre, y considera por otro lado que el ruido mediático amplifica la polarización política, que ésta no es apreciable en Canarias, y que los partidos tradicionales siguen siendo los dominantes en la política española y canaria, considerando que los ciudadanos están hoy mejor formados e informados pese al efecto de las redes sociales y el fenómeno de los bulos.

¿Cuáles son las conclusiones más importantes del sociobarómetro de noviembre?

Canarias tiene una sociedad bastante homogénea y da una cierta estabilidad. El sociobarómetro refleja esta situación. En cuanto a la situación económica, observamos que los ciudadanos se expresan de forma diferente respecto a la situación económica de Canarias y de España que a la personal o familiar. Hay pequeñas diferencias. La percepción de los canarios es de mejoría en cuanto a la situación canaria y española. Y es más positiva aún respecto a la situación personal y familiar, que la consideran buena. Se abre un apartado importante que a futuro puedes ser fuente de conflicto mayor, como es la brecha económica que se abre entre los que consideran su situación económica muy buena y los que la definen como muy mala, una diferencia que ha aumentado considerablemente. A juicio del 37,5% de la población que fue encuestada (1.500 personas) el problema de Canarias que necesita una solución más urgente es la inmigración, le siguen los problemas de índole social y la pobreza con un 26,1%; el sistema sanitario, con 23,7%; el paro, con el 23,6%; la vivienda, con el 20,2%; y la inseguridad ciudadana, con el 20,1%.

¿En qué otros ámbitos se aprecia discriminación por parte de los canarios?

Muchos de los ciudadanos se han sentido discriminados o minusvalorados por sus ideas políticas (21,7%); por su edad (20%); por su sexo (17,4%); por su nivel de estudios o por su clase social (16,3%); por su país de origen o por su raza (13,7%). Pero básicamente en que Canarias es una de las comunidades autónomas peor tratada. Hay una percepción muy clara de que Canarias está siendo discriminada por el Estado con respecto a la mayoría del resto de comunidades autónomas. El resultado es apabullante, considerando a Cataluña. Madrid y País Vasco, por este orden, como las mejor tratadas en cuanto a recursos económicos estatales y ventajas de otro tipo.

¿Cabe alguna proyección político-sociológica de fondo sobre los datos de este estudio que dé pie a lo que se llama polarización?

El sociobarómetro no entra en esto. Tenemos un bloque institucional y un estudio sobre cómo se ve la actuación de las administraciones. Vuelve a marcar una mejor percepción del ciudadano de las instituciones más cercanas, positiva de los ayuntamientos y cabildos, menos positiva la del Gobierno regional, y negativa la del Gobierno central y la de la UE. Esto tiene que ver con el arraigo a la tierra y, obviamente, la cercanía o lejanía de cada administración condiciona la valoración.

«Los ciudadanos tienen una percepción muy clara de que Canarias es discriminada por el Estado»

¿Hay cambios apreciables en los últimos tiempos en el posicionamiento ideológico de los canarios?

La población canaria se posiciona en el centro de la tabla. No hay cambios radicales en las propuestas políticas de los partidos. Todas las formaciones que se mueven en el centro o en sus entornos de derecha e izquierda, tanto las de ámbito regional, insular o estatal, son las que dominan el espacio. Las ofertas de los partidos en ese espacio son las que los ciudadanos valoran. La polarización la estamos viendo más a otro nivel, y no es apreciable en Canarias. Hay mucho ruido mediático a ese respecto, que amplifica esa sensación de polarización política, pero no se traduce en el ámbito de las opiniones, aunque empieza a haber algún elemento de distorsión, como es ese sentimiento de discriminación por distintas razones, mencionado anteriormente, que expresan algunos ciudadanos. Por otro lado, el fenómeno migratorio está empezando a notarse en la percepción sobre la situación social y esto podría ser un giro en cuanto al posicionamiento futuro de los canarios. Puede haber riesgo de radicalización de las posiciones y eso dependerá de cómo se gestione a partir de aquí.

¿Hay una desafección real de la política por parte de los canarios?

Yo no observo un distanciamiento perceptible, no lo hemos visto en las distintas oleadas del sociobarómetro. El desapego político en Canarias lo vemos con la participación electoral, en función del interés que tenga cada consulta con las urnas, pero eso es algo que se lleva dando desde el principio de la democracia. En democracia hay dos pilares, la participación política y la rendición de cuentas, uno afecta a los ciudadanos y el otro a los partidos y las instituciones. En este caso tenemos las características propias de la sociedad postindustrial en la que nos enmarcamos. Hay un avance del individualismo y un retroceso de lo colectivo, un interés porque se atiendan las circunstancias personales y del grupo al que perteneces. No hay otras expresiones de participación, hoy los partidos son formaciones electorales, no son partidos de masas y lo que propician es que la participación ciudadana se enfoque en procesos electorales. Los ciudadanos entran en ese juego, es un modelo concreto de democracia.

«El desapego político en el Archipiélago lo vemos sobre todo con la participación electoral»

¿Entonces a qué obedecen los fenómenos de radicalización política que aparecen en España y en general en el mundo occidental democrático?

En España surgió Podemos tras el 15M y todo el descontento que se generó con la crisis de 2008/2010, pero Podemos trasvasa su voto a Vox y en medio surgió un partido de carácter liberal que fue Cs, que competía con el PP y algo con el PSOE y que al final ha desaparecido. Todo eso ha quedado en nada, salvo el caso de Vox. Siguen siendo los dos grandes partidos sobre los que pivota la política española. En Canarias no ha habido grandes cambios ni movimientos políticos. Ni Vox ni Podemos tienen presencia política importante. No hay partidos de tipo radical que condicionen la vida política. Tampoco hay expectativas de cambios a corto o medio plazo. A nivel nacional, la famosa polarización está permitiendo que haya un gobierno de coalición, la primera desde la Transición, de momento durante seis años, y creo que cuando llegue el PP al Gobierno lo hará de mano de partidos de su órbita ideológica. La gran fragmentación del Parlamento es producto de una fragmentación social, pero eso no lo vemos en el Parlamento de Canarias, donde hay menos partidos que en anteriores legislaturas.

¿Cómo se acerca y vive la sociedad canaria al debate político y a la información sobre la cuestión pública?

Lo que se observa es que la gente se informa de política, como ocurre en nuestro entorno político, económico y cultural, y se aprecia que los medios tradicionales tienen menos incidencia y los digitales ganan presencia e influencia. La comunicación informal como las redes sociales, los blogs, los espacios de los propios partidos políticos, están más presentes. No tiene la misma credibilidad entre quienes no son sus consumidores, pero sirven de soporte para determinados mensajes y sostener un amplio frente comunicativo. Pero la credibilidad de este frente va de hecho en descenso tal como se ha visto en algunos acontecimientos de los últimos tiempos. Los ciudadanos están cada vez más informados porque tienen cada vez mayor diversidad de fuentes. Es una sociedad que te ofrece más oportunidades que en el capitalismo industrial, se viaja más, se tiene acceso a mas información, más posibilidades de formación... Es una sociedad mucho más abierta y con ello está más capacitada para discernir lo que es puro disfraz de lo que tiene veracidad.

Parece una percepción más optimista de la que domina hoy el debate público.

Estamos en una ola neoconservadora, con fenómenos como Trump, Milei, la ultraderecha en Europa, pero esto también pasará y la realidad actual es que frente a toda la desinformación y los bulos, frente a esta realidad, veo una sociedad desde el punto de vista intelectual y educativo mucho más armada para poder discernir entre lo verdadero y lo falso, entre lo que es junto o no por percepción de valores y sabiendo dónde están algunas de las grandes fuentes de conflicto político.

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