La salud mental, el nuevo negocio de la sanidad privada
Canarias, al igual que el resto de España y como consecuencia de las carencias del sistema público, vive un ‘boom’ de consultas psicológicas y centros especializados en el bienestar emocional

Ansiedad, depresión, tristeza, salud mental. / INTERNATIONAL SOS - Archivo
Los problemas relacionados con la salud mental golpean con especial fuerza al Archipiélago. En el contexto nacional, un 20% de los españoles ha necesitado atención médica por esta razón, una cifra que se eleva de manera notable en Canarias, donde uno de cada tres isleños (33,3%) ha visitado la atención primaria por algún motivo relacionado con el bienestar emocional. Con una sanidad pública donde los recursos son mucho más inaccesibles y el tiempo de espera para, por ejemplo, una primera visita al psicólogo se eterniza, la sanidad privada ya hace tiempo que ha encontrado un nuevo nicho de negocio en este terreno. Sanitas y Bupa Europe & LatinAmerica (ELA) ya habían anunciado la creación de una red de 76 clínicas de cuidado de la salud mental y el bienestar emocional en los próximos tres años en Europa y América Latina. Solo en España, serán un total de 25 centros. Dos ya han abierto sus puertas en Madrid y en Murcia.
Aunque quizás a un ritmo más lento, en el territorio insular también se está produciendo este boom de centros especializados, sobre todo en el ámbito psicológico que, a diferencia del psiquiátrico -más consolidado en la pública-, ha comenzado a tener una mayor visibilidad en los últimos años. Las multiconsultas, en las que varios profesionales se asocian para ofrecer distintos tipos de asistencia, han sido el negocio que se ha incrementado de la manera más significativa. Más de la mitad (52%) de la población canaria ha tenido problemas relacionados con la salud mental. Es más, ocho de cada diez isleños confiesan haber padecido en el último año síntomas de ansiedad y depresión.
A este aumento de la prevalencia se suma un mayor interés social en cuidar la mente, dos factores que han propiciado la creación y expansión de numerosas clínicas. La portavoz del Colegio de Psicólogos de Santa Cruz de Tenerife, Tamara Cabrera, señala que al existir una carencia en la parte pública, se ha comenzado a comercializar. Según explica, el número de gabinetes privados se mantiene en la línea de los últimos años, pero las aseguradoras y otras empresas sanitarias sí que están empezando a explorar esta rama con mayor determinación.
Asimismo, Cabrera subraya que no solo se ha crecido en cantidad, sino que también ha aumentado la cartera de servicios ofrecidos, cada vez más especializados. La empresa de servicios funerarios Mémora es un ejemplo de ello en las Islas.
Sobre el papel, el sistema público ha planteado mejoras, pero en la práctica no se ha producido un incremento de recursos ni de infraestructuras
En los últimos años han incorporado un soporte emocional dirigido a personas que afrontan un duelo y en el que se ofrecen varios servicios: apoyo telefónico, sesiones presenciales de atención psicológica, grupos de duelo e, incluso, un programa de apoyo a profesionales de la salud y de los servicios sociales. Algunos de ellos, como la terapia en grupo, se ofrecen de manera gratuita en enclaves como La Orotava a través de su fundación y otros, como las consultas privadas, pueden ser contratadas. «La idea surge de la propia necesidad de las familias, lo observábamos mucho dentro de los tanatorios, algunos incluso comenzaban el duelo antes del fallecimiento porque la persona tenía una enfermedad terminal», detalla el director territorial de Mémora en Canarias, Alexis Bazaga.
En Gran Canaria, Hospiten Roca también ha ampliado su Servicio de Psicología -con terapias individuales, de pareja y en familia, entre otras- para poder dar respuesta a la creciente demanda. «En consulta vemos que cada vez llegan más personas, sobre todo, con trastornos de ansiedad y del sueño, depresión, crisis existenciales, estrés laboral y problemas con la familia o la pareja», destaca la psicóloga Silvia Morales.
La juventud, la más afectada
En esta línea, también ha observado que el grupo de edad en el que más se nota este aumento es entre la juventud. «Sobre todo a partir de la pandemia, que funcionó como catalizador de una situación que ya era preocupante, en especial, en la etapa infantil y adolescente», añadió. Muchos otros pacientes llegan al servicio tras haberlo intentado sin éxito en la sanidad pública. Según argumenta, al no tratar problemas como la ansiedad o la depresión, terminan cronificándose, por lo que estas consultas son una respuesta «más ágil».
La sanidad privada no es ajena a esta realidad ya la cada vez mayor demanda de atención en este campo. Sanitas avanza que ha puesto en marcha su plan de expansión de las clínicas Mindplace (así se denominan los centros) que pretenden «dar respuesta a la creciente demanda de cuidado de la salud mental y bienestar emocional». Madrid y Murcia han sido las primeras ciudades en abrir esos centros (lo hicieron el 1 de septiembre).
Cada uno cuenta con gabinetes donde ofrecer servicios de psicología, psiquiatría y logopedia tanto a adultos como a niños. La compañía de salud aclara: quien acuda a sus centros no necesita tener un seguro médico para acceder a las sesiones. «Hemos querido crear unos espacios únicos con la esencia de Sanitas y la singularidad de Mindplace. Además, acercan la atención a las personas en entornos privados y sostenibles, con el objetivo de ofrecer la mejor atención especializada para que el bienestar emocional tenga el mismo nivel de cuidado que la salud física», explica Iñaki Peralta, CEO de Sanitas.
El Colegio de Psicología advierte que la privatización podría provocar que el bienestar emocional se convierta en un artículo de lujo
«En nuestro país cada vez se habla más de salud mental, pero sigue siendo necesario disponer de espacios especializados a pie de calle donde poder acceder a todos estos recursos», añade Jesús Bonilla, director general de Sanitas Nuevos Negocios. Los espacios de Sanitas, relata la compañía, cuentan con servicios de psicología, psiquiatría y logopedia, junto a terapias individuales, familiares y grupales dirigidas a personas de todas las edades. Estas dos clínicas abiertas en España, son las primeras de una red internacional que Bupa, matriz de Sanitas, ha puesto en marcha. Buscan llegar a más de 200 centros abiertos en todo el mundo para 2027.
En España, donde ya hay 12,6 millones de personas con un seguro de salud -más de 484.700 en el territorio insular-, el sector privado concentra el 70% de los hospitales especializados en salud mental y tratamiento de adicciones, y el 51% de centros sin internamiento. Así consta en el Observatorio del sector sanitario privado 2025 del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (Fundación IDIS), presentado el pasado abril. Además, más del 50% de las unidades de psicología clínica y psiquiatría integradas en hospitales se localizan en centros privados.
La portavoz del Colegio de Psicología advierte que esta expansión del negocio, si no se hace con cautela, podría derivar en una mercantilización de la terapia. «Se convertiría en un yo pago y tú me atiendes, pero claro, el proceso terapéutico no se debe entender en esos términos, la intervención tiene que ser mucho más profunda», resalta.
Las entidades del Tercer Sector subrayan que el servicio público debe aumentar la financiación específica, así como su personal especializado
Otro aspecto que, a su juicio, hay que vigilar es la privatización del bienestar, para evitar que la salud mental se convierta en un artículo de lujo. En el Archipiélago, en concreto, se da la tormenta perfecta: a la alta prevalencia de trastornos de salud mental observada en las Islas se suma un nivel de pobreza bastante superior a la media nacional. Aquí, argumenta Cabrera, es donde deben incidir las políticas públicas y sociales, para que la atención no dependa del poder adquisitivo y para que la población más vulnerable no se vuelva todavía más indefensa.
Sobre el papel, el sistema público contempla mejoras como aumentar la presencia de especialistas en atención primaria y en los centros de salud, pero apenas se han incrementado los recursos humanos ni las infraestructuras. Por este motivo, las demandas de los ciudadanos, en especial después de la pandemia, han crecido mucho más rápido que los servicios prestados por la sanidad isleña, que no ha podido sostener el ritmo.
El 37,5 % de los pacientes que, durante el último año, acudieron a la sanidad pública por un problema de salud mental o por un malestar emocional no fueron tratados por un psicólogo o psiquiatra, sino por un médico de familia. Son porcentajes de la primera oleada del Barómetro Sanitario 2025 elaborado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) en colaboración con el Ministerio de Sanidad y publicada en julio. Revelan los mismos datos, también, que solo el 52 % fue atendido en la sanidad pública, y de ellos, el 25 % logró cita en un plazo menor de un mes. El 22,5% tuvo que esperar hasta 60 días; el 21,3%, tres meses; y el 16,7%, entre cuatro y seis meses.
La gerente de Salud Mental Atelsam, Ana Concepción Cáceres, sostiene que esta insuficiencia de recursos en la sanidad pública ha desencadenado que muchos isleños recurran a la atención privada, favoreciendo el crecimiento de estas clínicas. «El bienestar emocional ha dejado de ser un tema tabú para convertirse en una prioridad social y personal, aunque todavía persiste el reto de garantizar un acceso equitativo para toda la población», destaca.
El tipo de negocio que más crece son las multiconsultas, en las que varios profesionales se asocian para ofrecer distintos tipos de asistencia
Esta asociación tinerfeña ha detectado que «una gran parte de la población» no logra acceder a atención psicológica a través del sistema público debido a la falta de recursos y a las largas listas de espera. Aquellos que pueden pagárselo acuden a centros privados y quienes no pueden asumir ese coste se quedan sin terapias ni tratamientos. Por ello, reclaman una mayor financiación específica para esta área, así como un aumento del personal especializado (psicólogos clínicos, psiquiatras, enfermeros de salud mental, terapeutas ocupacionales y trabajadores sociales).
«Yo tuve suerte»
Celia Herrera es una de esas canarias que, como ella misma reconoce, tiene «la suerte» de ser atendida por un psiquiatra del Servicio Canario de Salud (SCS). Aunque lo cierto es que su primer contacto con el ámbito del cuidado de la salud mental fue en una consulta privada, hace más de 20 años y por una depresión. «Dejé de ir porque en ese entonces mi madre no pudo afrontar el pago mensual de las sesiones», relata.
Años más tarde, desde la Unidad de Psiquiatría del Hospital Universitario de Canarias (HUC) la derivan a Atelsam en 2014 para compaginar el tratamiento médico con una atención más integral. En ese momento comienza para ella un viaje que incluye viviendas tuteladas, centros ocupacionales, un programa de autonomía personal y muchos otros recursos que le han ayudado a ser independiente, a ganar autonomía e incluso a conseguir un trabajo en la entidad donde una vez fue usuaria. «Yo he tenido mucha suerte, me ha ido muy bien en la parte pública y también he estado dispuesta a recibir ayuda. Desde la primera consulta con mi médico de cabecera tuve acceso a un especialista, pero eso fue hace veinte años, no había tanto problema como ahora con las listas de espera», reflexiona.
A Celia Herrera, por ejemplo, los recursos de la asociación le han ayudado «muchísimo» a sobrellevar la situación; sigue en tratamiento farmacológico, pero solo acude a consulta para revisiones rutinarias. Aunque también es consciente de que otros pacientes que no lleven una vida tan activa necesitarán más atención. Precisamente, el Tercer Sector para muchas personas sirve de complemento a esa atención médica y también actúa como puente entre el sistema sanitario y la comunidad. «A veces, en las zonas rurales, por ejemplo, somos el único recurso de proximidad y también ofrecemos talleres que ayuden a la recuperación funcional y de la autoestima», apunta Cáceres.
Sanitas planea abrir 25 clínicas ‘Mindplace’ por todo el país; por el momento, ya ha inaugurado dos, una en Madrid y otra en Murcia
Asimismo, resalta que las entidades también tienen un fuerte carácter reivindicativo. Una de las cuestiones que más exigen desde su entidad es la presencia de médicos especializados en Atención Primaria para, entre otras cosas, evitar la sobremedicación. En este sentido, las especialistas coinciden en que si ciertos trastornos no se tratan, se cronifican. Entonces, aparece otro problema: el abuso de fármacos. Canarias, solo superada por la Comunidad Valenciana, es la segunda región con mayor prevalencia de trastornos relacionados con la salud mental y la séptima con mayor consumo de antidepresivos, con 104 por cada 1.000 personas, según recoge el último informe del Observatorio de Derechos Sociales de Canarias (Odesocan).
Abuso de fármacos
El uso de estos medicamentos se ha disparado en todo el país desde 2010, pero en Canarias el incremento ha sido especialmente pronunciado, alcanzando un 83,9%. Esta tendencia coincide con el aumento de la proporción de trastornos ligados a la salud mental en la región, que evolucionó del 15,9% en 2013 al 33,3% en 2025. Para dimensionar estas cifras en el tiempo y aclarar su alcance, en el Archipiélago, cada minuto se consumen 160 dosis de antidepresivos, mientras que en el año 2013 apenas llegaban a 90 dosis.
En el Archipiélago, más de 484.700 personas han decidido contratar un seguro médico, 7.000 más que el año anterior
Una realidad similar se produce con los hipnóticos y sedantes. Las Islas ocupan el cuarto puesto entre las comunidades que más dosis diarias consumen, con 40,1 por cada 1.000 habitantes, un dato bastante por encima de la media española (30,6). Además, al replicar la misma media que para los antidepresivos, se encuentra que en el Archipiélago se consumen 72 hipnosedantes cada minuto.
Las mujeres de mediana edad son el perfil que más abusa de medicamentos psicotrópicos, es decir, de aquellos que se utilizan para combatir problemas como la ansiedad o el insomnio. En general, ellas consumen el doble que los hombres. Un hecho que el informe atribuye al rol que las mujeres tienen en la sociedad, más vinculadas al cuidado del hogar, de niños y de personas dependientes.
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