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Emma Colao Jurista y activista LGTBIQ+

«El activismo de las minorías se ha plantado: ni un paso atrás»

La jurista Emma Colao.

Emma Colao, jurista y activista LGTBIQ+, estudió un grado en Derecho en la Complutense de Madrid. Preside Equal LGTBI+. Es portavoz y secretaria general de Acción Social en Canarias, además de responsable del Departamento Jurídico de la Asociación de Cuidadoras Acudafe.

¿Definiría esta década como la del activismo social de las grandes minorías?

Sí. Creo que vivimos un momento histórico en el que el caldo de cultivo social se encuentra en la «tormenta perfecta». Ese momento en el que quienes llevamos reivindicando nuestro derecho a ser , decimos basta y ni un paso atrás. 

¿En qué situación estamos en derechos e igualdad en Canarias? Se lo digo porque esas son las reivindicaciones que demandan los movimientos del 15-M, el #MeToo, el feminismo del 8-M o los colectivos LGTBIQ+. 

Queda mucho por recorrer aunque es cierto que Canarias ha sido siempre foco en los movimientos sociales y a la hora de querer dar un paso más allá, prueba de ello la Ley Trans que veremos aprobada antes del verano. También lo es el hecho de que falta bastante concienciación y sensibilización. El derecho se conquista cuando conquistamos el sentir de la gente, ahí se encuentra el duro trabajo. 

¿La sociedad es hoy más tolerante con el colectivo LGTBIQ+?

Hoy en día existe mayor conocimiento sobre nuestras realidades, sin embargo, depende de la realidad sobre la que estemos hablando. Aún se sigue rechazando todo aquello que no sea normativo, ejemplo de ello las realidades transgénero como la mía, que son objeto de discusión diariamente. Necesitamos que la sociedad entienda que somos parte natural de ella. No obstante, insisto, queda mucho por recorrer para conseguir nuestro objetivo.

¿Sabe que cuando anunció que emprendía una huelga de hambre por la situación que sufrían los inmigrantes hacinados en el puerto de Arguineguín hubo quien se emocionó por ser usted activista LGTBIQ+?

Al final todos y todas buscamos respeto. Si hay algo que con total seguridad recordaré toda mi vida, será la huelga de hambre. Nunca un acción me había hecho tomar tierra sobre las circunstancias como lo hizo esa decisión mía.

¿Cómo llega usted a presidir Equal y por qué se implica? 

Lo recuerdo con mucho cariño. Hace cuatro años tras entender que el sur de nuestra isla de Gran Canaria necesitaba de alguna entidad que pudiera acompañar y atender al colectivo, surge un grupo de personas comprometidas y con ganas de hacer, que consideró que yo era una buena opción: espero estar haciendo honor a esa confianza. Así surgimos en el municipio de Ingenio y pronto nos vimos en el resto de municipios. Ahora que lo pienso, puede que el motivo por el que me escogen para presidir fue por la lata que doy. 

¿Cree que la sociedad del futuro será más tolerante?

Pues por ello trabajamos, así que quiero pensar que sí. Creo que la sociedad del futuro debe integrar. Somos personas y eso es lo que realmente importa. Aprender a amar las diferencias y no las desigualdades. Esa es la materia pendiente de esta sociedad. No obstante, ya aviso, vienen nuevas generaciones cargadas de activismo y ganas de romper con los moldes a los que llaman «tradición». Nos toca sujetar la puerta para elles. 

¿Se siente usted una mujer orgullosa? ¿Nos cuenta cuál ha sido su tránsito? 

Soy una mujer feminista y trans, es imposible no sentirse orgullosa. Si hay algo de lo que me pueda sentir orgullosa es justamente de romper con las violencias que ataban mi capacidad de ser, pues ha sido algo extraordinario para mí. 

Mi transición no ha sido física, eso es evidente, pero sí ha sido personal e integral. Vivo siendo una mujer en un mundo que decidió leerme como un hombre. Vivo en una sociedad que sentenció sin posibilidad de apelar que fui, soy y seré un hombre. Insisto en el «vivo», porque mientras nosotras vivamos, este sistema se debilita. No tengo ninguna intención de modificar mi cuerpo, ni violentarlo, para que esta sociedad logre entender o aceptar que soy una mujer. Lo soy ya y no discuto sobre ello. 

¿Ha vivido en sus carnes esa doble discriminación a la que las arrastra a veces la sociedad por ser trans y por ser mujer?

Sí, aunque debo decir que no esperaba vivir el ser discriminada dada mi realidad y que lucho continuamente porque se me lee socialmente por mi físico, como hombre. He vivido muchas circunstancias en las que por reivindicar mi identidad el trato se degrada, me restan credibilidad y me cosifican sexualmente. De hecho, y aquí explico una vivencia, he podido presenciar cómo amigos que siempre mantuvieron la línea del respeto, comenzaron a comportarse como si fuera un trozo de carne. Como si fuera alguien cuya libertad sexual o placer y deseo sexual se encontrara a disposición de las apetencias del resto y cuya decisión o voluntad sobre mí misma no fuera algo a tener en cuenta. Pasé a sus ojos de ser sujeto a objeto. Ser mujer va más allá de la genitalidad, va mucho más allá de los límites biomédicos que tratan de vendernos. Para la sociedad, soy lo insuficientemente mujer como para ser tratada como tal, y lo insuficientemente hombre como para que pueda ser tratada con ese privilegio que tienen los hombres por el mero hecho de serlo. Soy consciente de qué representa que yo diga «soy una mujer» pero no voy a esperar a que me concedan mis derechos con los brazos cerrados. 

¿Qué siente hoy una mujer cuando se ve señalada por su género o su condición sexual?

Puedo responder a lo que creo que siente y lo que yo siento. Siente rabia por haber sido condenada a la violencia diaria; siente ira por no poder vivir sin ser juzgada, sin ser cuestionada, violentada o intimidada; siente culpabilidad porque nos hacen sentir que somos algo de lo que avergonzarnos y que está mal y siente cansancio por tener que luchar diariamente sin descanso para seguir siendo quienes somos... Pero también debo decir que nos sentimos fuertes porque nos hemos forjado a nosotras mismas; nos sentimos orgullosas porque somos únicas en nuestra identidad personal; nos sentimos capaces de todo porque hemos tenido que apoyar bien nuestro peso en cada paso que hemos dado. 

¿Se siente representada por los movimientos urbanos de los cuales surge Podemos? Se lo digo porque hay quienes ni echando mano al factor de la edad se sienten próximos a los postulados del partido.

Es una pregunta complicada. Unidas Podemos ha sido y es un partido que defiende muchos intereses comunes por los que lucho y surgió del reclamo social y de unificar a diferentes movimientos sociales que alzaban la voz. No sigo postulados partidistas. Soy una mujer trans, joven, canaria que ama su tierra y a las personas y que representa una entidad que lucha por los derechos humanos, por lo que no puedo inclinar mi rodilla a postulados partidistas. Lo que con certeza se conoce de mí es que si mañana tuviera que aporrear la puerta del Gobierno de Canarias o de algún Cabildo para exigir algo, no tendría ninguna contemplación con el partido al que le toque responder. 

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