La Provincia - Diario de Las Palmas

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Sergio Millares Cantero Historiador y profesor

«Canarias durante la guerra fue retaguardia de las tropas»

«Entre enero

y abril de 1937 Gran Canaria vive la época más intensa de las desapariciones»

El profesor e historiador Sergio Millares Cantero en su despacho de Las Palmas de Gran Canaria. José C. Guerra

El historiador y profesor Sergio Millares Cantero, gran conocedor de la historia contemporánea de Canarias, especialmente del periodo de la Guerra Civil y sus consecuencias en las Islas, es un referente internacional en la figura del presidente del Gobierno de la República Juan Negrín.

¿Qué papel tuvo Canarias en el alzamiento militar y posterior arranque de la Guerra Civil española?

No podemos olvidar que el general Franco, uno de los principales generales golpistas, había sido relegado del centro de decisiones políticas del Estado republicano a raíz de la victoria del Frente Popular en febrero de 1936 y nombrado Gobernador general militar de Canarias. El viaje de Franco desde Las Palmas a Tetuán la misma mañana del 18 de julio, aprovechando la más que sospechosa muerte del Gobernador de la isla Amado Balmes, constituye uno de los peldaños más importantes para asaltar la Península con las muy bien entrenadas tropas de Regulares y la Legión ante el fracaso del golpe militar en las principales urbes españolas. Canarias a lo largo de la guerra jugará el papel de retaguardia de las tropas, aportando hombres y aprovisionándolas, aunque no hay que minimizar los episodios de resistencia, como el de los republicanos palmeros que resisten en los montes de la isla durante meses, o los gomeros de Vallehermoso, o los grancanarios del norte de la isla que resistieron con dinamita y algunas armas durante varios días el empuje de los insurrectos, o la resistencia de los gobiernos civiles de las dos provincias. 

¿Con respecto a la represión, hubo alguna peculiaridad o diferencia con lo que estaba sucediendo en la Península?

Llama poderosamente la atención el contraste que existe entre la conflictividad social habida en el Archipiélago durante los años republicanos y la brutal represión que se ejerce a partir del 18 de julio de 1936. El movimiento obrero canario vive un despertar muy importante en esos años, en cuanto a la afiliación sindical y política y en cuanto a los conflictos habidos, aunque en ningún momento podríamos caracterizarlo como situación revolucionaria, y ni siquiera pre-revolucionaria, ya que las reivindicaciones obreras se centran en algo tan elemental como el tener unos salarios con los que poder sobrevivir. Hay algo forzado, artificioso o fuera de lugar en los asesinatos-fusilamientos, asesinatos-desapariciones, consejos de guerra, detenciones judiciales y gubernativas, depuraciones, multas, incautaciones de propiedades, palizas y torturas, aunque si lo vemos desde una óptica más amplia podemos contextualizarlo: la necesidad de asegurarse las Islas como retaguardia del frente de guerra; el planteamiento de Mola y Franco de acabar con lo que ellos creían la anti-España mediante una «acción en extremo violenta», tal y como se dijo expresamente unos meses antes del golpe, de ahí la limpieza social, entendida como exterminio y/o neutralización que se va haciendo a medida que los rebeldes avanzan en su conquista para liquidar/anular a los «enemigos». 

¿Hubo algún periodo que considere especialmente duro?

Bueno, depende de las islas, aunque entre el 18 de julio de 1936 y mediados de 1937 se produce el mayor número de «desapariciones» y fusilamientos, y el terror es el denominador común en muchos rincones del Archipiélago sobre todo por la incertidumbre y el miedo a que una noche asalten tu casa y se lleven a la gente a donde nadie va a encontrarlos. Entre enero y abril de 1937 en Gran Canaria ocurre la época más intensa de las desapariciones, justo en un momento en que la orientación de la guerra varía notablemente con el fracaso de la toma de Madrid y las derrotas en las batallas del Jarama y Guadalajara. Parece que la República está salvada y es cuando los rebeldes reorientan la guerra para asegurarse las zonas ya conquistadas mediante una brutal represión. A mi juicio, los republicanos de las Islas sufren en propia carne esta reorientación. 

¿Cuántas víctimas se estima que dejó la contienda y la dictadura en el Archipiélago?

Todavía no estamos en condiciones de ofrecer unas cifras que se acerquen a lo ocurrido, pero no exagero al afirmar que nunca antes en su historia el Archipiélago había estado sometido a un periodo represivo tan intenso. En cuanto a los fusilamientos, derivados de consejos de guerra sumarísimos, hay 121 víctimas, incluyendo a los ultimados de las colonias de África (Cabo Juby e Ifni). 

Hay unos 1.000 desaparecidos, entendidos estos como asesinados cuyo crimen permaneció oculto por las nuevas autoridades. Todos estos no pasaron por un procedimiento «legal» de castigo, incluso para los estándares militares, que no eran muy exigentes ni mucho menos. Con respecto a la cifra de «desaparecidos» hay polémica, algunos historiadores piensan que fueron muchos más. Estamos contándolos uno a uno para acercarnos a la verdad histórica.  Pero la represión es mucho más. Los detenidos fueron miles, quizá decenas de miles si tenemos en cuenta el continuo trasiego de personas que entraban y salían de cualquiera de los cuartelillos, centros de internamiento, campos de concentración y prisiones civiles y militares existentes en el Archipiélago. Lo mismo podemos decir de los miles de depurados y separados de su trabajo en las administraciones públicas, en las empresas, en la enseñanza, en la sanidad, etc., donde la presencia de los republicanos era muy importante. Fueron cientos los consejos de guerra. Y sin olvidar a todos aquellos multados, inhabilitados e incautados por el Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas, cuya actividad fue frenética entre 1939 y 1942. Estamos cerca de completar una cuantificación aproximada de toda la represión en las Islas. 

¿Cuál era el perfil de los represaliados?

La llamada represión franquista afecta a todos aquellos y aquellas que no comulgan con el nuevo orden que se pretende imponer. En primer lugar, van a por los dirigentes y cuadros medios de los partidos del Frente Popular: Partido Socialista, Izquierda Republicana, Unión Republicana y Partido Comunista. Además, los sindicatos de clase son un objetivo especialmente querido por los rebeldes, por lo que los dirigentes y cuadros de los sindicatos UGT, CNT y Federaciones obreras unitarias. Los concejales del Frente Popular son también un objetivo muy codiciado para el control de la administración local. Fueron castigados todos aquellos y aquellas que se resistieron al golpe militar, tanto activamente como pasivamente, aparte de cualquiera que hiciera un comentario desfavorable a los golpistas y al nuevo régimen.

¿Cree que a día de hoy somos conscientes como sociedad del alcance que tuvo aquella etapa?

Hoy estamos viviendo las consecuencias de una transición a la democracia en España que se hizo con amnesia. Se dijo que para que viniera la democracia había que olvidarse del pasado y muchos de los que sufrieron la represión fueron extraordinariamente generosos al aceptar esos términos. Se perdió un momento clave para que hubiera una auténtica reconciliación entre españoles y españolas mediante la verdad, como ha ocurrido, por ejemplo, en Sudáfrica o, más accidentadamente, en Colombia. Luego vinieron los descendientes de aquellos republicanos a reclamar por los restos de sus desaparecidos y se hizo la Ley de la Memoria Histórica. Aspiro a levantarme un día y ver una auténtica reconciliación con la verdad histórica por delante.  

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