La Provincia - Diario de Las Palmas

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Una fecha y una gran amistad

«Con ella nacieron los cabildos, la biprovincialidad, la autonomía y los cambios de una sociedad tecnológica»

Guillermo García-Alcalde, DIRECTOR GENERAL DE EDITORIAL PRENSA CANARIA-DIRECTOR DE LA PROVINCIA (1972-1977)

El 1 de mayo de 1911 nació LA PROVINCIA. El propietario, Gustavo J. Navarro Nieto, y el primer director, Prudencio Morales, insertaron en la primera edición un editorial que resume su propósito: ser “respetuosísimos” con toda opinión pero “con realce de la propia, intransigente en la defensa de los ideales de independencia administrativa y de emancipación del yugo de Tenerife”. Veinticinco años después, 1 de mayo de 1936, vigente la Ley de Cabildos y constituida la doble provincialidad, se expresaba con cierta amargura en el extra conmemorativo, haciendo queja de la agotadora brega diaria hasta ver cada edición en la calle; de la incomprensión, las ilusiones rotas, los arribistas aupados, las ingratitudes, las enemistades, etc. “Y, sin embargo… hay una satisfacción, pero tan profunda y completa, que bien vale por todos los sinsabores sufridos”. Claramente, las dos caras de una profesión que pueden sufrir y gozar hoy en día todos los periódicos y periodistas independientes.El mayor agravio sufrido después de la Guerra Civil fue la orden de renunciar a la edición matutina para dejar espacio exclusivo al diario Falange, editado por la dictadura. Por la tarde ya tenía la empresa el Diario de Las Palmas, fundado en 1893 por León y Castillo y no había mercado para dos vespertinos. LA PROVINCIA se vio obligada al cierre en 1955. Reapareció en la mañana en 1966 con la llamada Ley Fraga de Prensa e Imprenta, ejemplo idóneo de las libertades falaces del franquismo, en las que no cabía una opinión crítica de contenido liberal progresista. En sus primeros nueve meses de vida, LA PROVINCIA sufrió un secuestro y nueve expedientes administrativos. Había, pues, que escudarse en el trampantojo de la falsa libertad y esperar el final de la dictadura sin arriesgar el medio a un nuevo cierre.

Gustavo Navarro Nieto (de pie, 3º por la izquierda) y Prudencio Morales Martínez de Escobar (a la derecha, sentado).

Cambiar con la Constitución

El día 6 de diciembre de 1978 fue promulgada la Constitución Española y formalizado el relevo del consejo de administración de Editorial Prensa Canaria, editora del matutino LA PROVINCIA y el vespertino Diario de Las Palmas. Un joven abogado, Francisco Javier Moll de Miguel, diseñó y lideró aquel cambio de empresa. La ambición de hacer historia respaldando a tope una verdadera libertad democrática modernizando estructuras, estimulando realidades nuevas y asumiendo creativamente la participación activa en el proyecto de un futuro económico y social del Archipiélago, fue asumida y potenciada por el nuevo editor. Su ejecutoria de imparable crecimiento, bajo la marca EPI (Editorial Prensa Ibérica), va a cumplir 43 años. Lo que comenzó con dos periódicos canarios suma ahora veinticinco en toda la geografía española, además de numerosos semanarios, grandes edificios, maquinarias de última tecnología, emisoras o productoras de radio y TV, naves industriales, distribuidoras propias, etcétera. Fue muy relevante en este proceso el hecho de reclutar los cargos empresariales entre periodistas ejercientes. La rápida obsolescencia de aquellas novedades signó un camino de sustituciones que desembocan en los grandes sistemas informáticos integrados de la actualidad, al tiempo que anticipan la transición y convivencia del soporte impreso con el digital.

El editor Javier Moll de Miguel con un grupo de personalidades de la sociedad grancanaria durante una visita al periódico.

Entre las ideas nacidas con la nueva Editorial Prensa Canaria que después formaron parte el conjunto de modelos de Prensa Ibérica están los clubes de arte, pensamiento y debate abiertos a toda la ciudadanía y de acceso gratuito. El primero, abierto en febrero de 1980 con una concurrencia masiva, fue el de LA PROVINCIA, que mantiene actividad diaria de lunes a viernes a lo largo de diez meses al año. Muchos miles de convocatorias de toda naturaleza: cultural, artística, lúdica, política o sindical, han poblado la sala grancanaria, modelo de muchas otras en el resto del Grupo.

Otra experiencia nacida al calor de los diarios de Prensa Ibérica, fue el desdoblamiento en otros medios informativos, el radiofónico en primer lugar. Radio Canarias emitió varios años, dirigida por periodistas de los medios.

Santiago Carrillo, en el centro, en un acto celebrado en un restaurante de Las Palmas de Gran Canaria, junto a Guillermo García Alcalde -a su derecha- y Nacho Jiménez Mesa, al fondo, junto a José Carlos Mauricio.

Periodismo de proximidad

Es concepto central del pensamiento editorial el “periodismo de proximidad” que privilegia el interés regional de la noticia sobre el nacional, por otra parte resumido con rigor y respeto a los lectores. En otras palabras, hemos recorrido con Javier Moll un largo camino de “autognosis”, por emplear el concepto orteguiano, pasando sucesivas fases de reencuentro con nuestra conciencia profesional en la mejor respuesta posible a la función que nos atañe y el respeto a la libertad crítica de la audiencia. Entre la lucidez y el instinto, la voluntad del editor ha tenido en todo momento un elemento moderador en los criterios de su esposa, Arantza Sarasola Ormazábal, directamente implicada en todas sus acciones e inspiradora de otras.

El profundo vínculo familiar se manifiesta de manera inequívoca en toda circunstancia y denota la afortunada complementariedad de dos caracteres distintos, reflexivos ambos pero uno apasionado y el otro claramente analítico. Generosos ambos en el ejercicio de la amistad, sus más próximos colaboradores conocemos y admiramos la simbiosis que ha dado vida a tantas realidades, tantos logros, tantos empleos y tan largo crecimiento. En las sesiones del consejo de administración, del que es vicepresidenta y los muy frecuentes encuentros con los colectivos profesionales y los oficios técnicos, Arantza Sarasola escucha, anota e interviene con inteligencia, sentido de síntesis, acogedora llaneza y sincera afectividad. Sin sus ideas y aportaciones, tal vez no sería Prensa Ibérica la realidad que ha llegado a ser. Todos vemos como evidencia el interés y el respeto de Moll por los puntos de vista de su esposa, factor de sosiego en el imparable dinamismo presidencial. Y la continuidad de Prensa Iberica ya está garantizada por su hijo Aitor Moll Sarasola, hoy consejero-delegado de todo el grupo.

En la imagen, de izquierda a derecha, Antonio Cacereño, Manuel Pascual, Franciso Orsini Ruiz, María del Carmen Rey, Irene Lanzaco, Guillermo García-Alcalde, Aitor Moll, Arantza Sarasola y Javier Moll posan ante la ‘Espiral del Viento’, de Chirino, en Triana.

Los hechos más notorios

El editor vivió como tal todos los acontecimientos de los últimos 40 años en Canarias y singularmente los más decisivos de la transición política y la normalización democrática. La rigurosa imparcialidad fue norma de la línea editorial a través de miles de textos firmados con la cabecera de los dos periódicos, y del pluralismo informativo tácitamente pactado con todos los partidos, sindicatos, organizaciones sociales y ciudadanos individuales. También fomentó el derecho a la libertad de expresión estimulando el articulismo de opinión con firma de autor, del que no fueron excluidas las expresiones minoritarias, ni siquiera cuando fueron tan dolorosas como los efímeros brotes de nacionalismo radical y separatismo. Vadeó con templanza el llamado “pleito insular” cuando su identidad rebasaba el límite de una sana competitividad, incluso rivalidad, entre las provincias de Las Palmas y Tenerife, uno de los “clásicos” de la convivencia interinsular. Buscó y tuvo la amistad del editor del más beligerante de los medios tinerfeños, El Día, que desde hace más de dos años está integrado en Editorial Prensa Ibérica

Universidad, ya

La creación de la Universidad plena de Las Palmas fue uno de los empeños centrales de los dos diarios de Prensa Canaria. Hasta 1982, los estudios superiores en esta provincia habían sido limitados por la Universidad tinerfeña de La Laguna a un Colegio Universitario con escasos currículos, que evolucionó a Universidad Politécnica. Pero el núcleo fundamental de las licenciaturas era exclusividad de La Laguna, singularmente beligerante junto a la práctica totalidad de las “fuerzas vivas” de Tenerife en la perpetuación del estatus de única Universidad total del Archipiélago. La defensa del desdoblamiento, que era tema incesante de los dos periódicos de EPC se hizo protagónico con el joven y nuevo editor. Dos manifestaciones colosales, sin precedente en el Archipiélago, sumaron cada una en Las Palmas cerca de trescientos mil ciudadanos en 1982 y 1988.

Editorial e informativamente fueron animadas sin tregua por los diarios de Prensa Canaria, que pudieron celebrar el 26 de abril de 1989, junto a todo el cuerpo social de la provincia, la firma del decreto fundacional de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria por el entonces presidente del gobierno autonómico, Lorenzo Olarte Cullen.

Autonomía y buenos días, Europa

No menos importante ha sido la aportación de ambos periódicos a la definición e instauración del autogobierno de Canarias a lo largo del proceso negociador formalizado con la promulgación en 1983 del Estatuto de Autonomía. Los hechos diferenciales de Canarias, sancionados en el siglo XIX por la Ley de Puertos Francos de Bravo Murillo y en 1972 por la Ley de Régimen Económico y Fiscal de Canarias, exigían una defensa actualizada -pero igualmente indispensable a la hora de de configurar el futuro en el texto estatutario- de las compensaciones por diferencias tan negativas y determinantes como la distancia y la fragmentación territorial. De nuevo fueron los diarios de Prensa Canaria copartícipes en primera línea del exitoso proceso en las Cortes del Estado, así como defensores del llamado Protocolo dos que salvaguardó a continuación las diferencias insulares en el ingreso de España en la Unión Europea como miembro de pleno derecho. El titular a cinco columnas en primera plana de LA PROVINCIA, “Buenos días, Europa”, subrayaba aquel jubiloso día de 1986 el sosiego y la esperanza de la ciudadanía canaria en un espacio de integración continental que reconocía positivamente las desventajas de las después llamadas “regiones ultraperiféricas” de España, Francia y Portugal con diferencias tan fundamentales, en el caso canario, como la sustitución del preceptivo IVA por una figura fiscal específica, el IGIC (Impuesto General Indirecto de Canarias), con tipos que no llegaban al 50% del europeo.

En todos los casos fue norma la independencia editorial de LA PROVINCIA y el indiscriminado reflejo informativo de todas las tendencias operantes en el marco de la democracia, fueren políticas, económicas, educativas o sociales. La descripción de los hechos que en su nacimiento llenaron estas páginas deviene en crítica cuando su desarrollo fáctico desvía o desfigura la intencionalidad original por encima de las lógicas actualizaciones dictadas por la evolución del mundo, la nación y las Islas. Pero las muy numerosas solicitudes de consulta de la hemeroteca y su presencia en estudios, proyectos y trabajos de toda índole confirman algo tan valioso en la comunicación como la fiabilidad de los mensajes.

La era tecno

Es obvio que un medio de información general está obligado a reflejar y comunicar lo coyuntural e inmediato de la vida en común con la misma conciencia del mensaje que aplica a lo trascendente, sin menoscabo de la diversidad en el estilo y el atractivo de la temática elegida. En la etapa de referencia ha sido preocupación permanente la puesta al día de contenidos, lenguajes consonantes con los temas, multiplicidad de secciones y diseño de páginas. El editor está en el núcleo de la totalidad pero respeta y fomenta las ideas y las formas generadas por el equipo humano, sean directores generales de contenidos y de gestión, los directores periodísticos, los responsables de las secciones, los redactores y los técnicos. La libertad de propuesta y la de realización acordada al modelo general tienen consideración de valor positivo, enriquecedor. Las diferencias de criterio inherentes a la pluralidad humana son dialogadas en dos reuniones diarias, la matutina para ratificar la edición prefigurada y distribuir el trabajo, mientras que en la vespertina es contrastado el interés de las noticias y los reportajes, lo nuevo imprevisto, las posibles exclusivas y la titulación de primera plana.

Y al citar a Diario de Las Palmas, que celebró en 1993 su centenario con una gran fiesta en el Teatro Pérez Galdós y entrega de una escultura, creada ad hoc por el insigne artista canario Martín Chirino, a las siete personas que, a juicio del cuerpo redaccional, representaban los más altos valores de la sociedad canaria, es pertinente agregar que fue el último de los vespertinos españoles en la calle. En lucha con los drásticos cambios en los hábitos de lectura de los españoles, el editor, secundado por un director de férrea voluntad y gran maestro de periodistas, el inolvidable Santiago Betancort Brito, prematuramente desaparecido, quiso prolongar su presencia diaria hasta que la realidad lo hizo inviable. Tras la edición del último día del año 1999, su cabecera y equipos fueron integrados en LA PROVINCIA como unidad formal y espiritual para entrar en el siglo XXI.

Pluralismo y tolerancia

JavIer Moll, que gusta de intervenir en las grandes fechas de sus periódicos, fue desarrollando en ellas su filosofía de la comunicación social. De la ofrecida recientemente, cuando LA PROVINCIA cumplió los cuarenta años de su segunda etapa (casi treinta con su presidencia), es oportuno reproducir algunos conceptos. El sistema español de libertades no solo me ha permitido, también estimulado una información asentada en los pilares de la libertad, el pluralismo democrático y la tolerancia. Estos principios, nunca cuestionados en el propósito, pudieron sufrir en la práctica erosiones ocasionales, difícilmente evitables en casi tres décadas de concurrencia diaria en un escenario tan vivo y dinámico como el de la sociedad, la economía y la política de Canarias. Lo que importa es asumir la enseñanza de los fallos sin dormirse en los aciertos. Y debo decir que pocas ilusiones nos mantienen tan despiertos como la de servir lealmente a un pueblo libre, maduro y consciente de su papel en el mundo. Los memorables equipos de periodistas que han ido sucediéndose en los diarios fueron constante inspiración de las funciones editoras. Ellos, como también los administrativos y los técnicos, hicieron realidad la sintonía creciente con los lectores y la confianza de los clientes y empresas de publicidad. Esa larga marcha, que seguirá incansable, aparece jalonada por la puesta al día de las técnicas y sistemas de la información, la impresión y la distribución. Nos anima de continuo la voluntad de estar en punta y servir a nuestra audiencia el mejor de los productos posibles. Si la prensa había procesado históricamente los retos de la radio y la televisión, a nosotros y nuestros coetáneos corresponde asimilar la aparición de los medios digitales, la globalización de Internet, los diarios gratuitos y otras formas diversificadoras de una comunicación universal que, junto a la pujanza del desarrollo tecnológico, es el emblema central del siglo en que estamos.

Cuatro siglos de historia

Celebrar ciento diez años de LA PROVINCIA es acotar un pequeño lapso de una historia de más de cuatro siglos que se prolongará en los venideros. Sin embargo, la historia de las partes es la que explica el todo. En esa certeza expreso la satisfacción de haber dedicado mi vida a la prensa, como también mi orgullo por merecer la colaboración inteligente, iluminadora y leal de tantos profesionales de primer nivel… LA PROVINCIA es el núcleo original del grupo de comunicación presidido por Moll de Miguel. Hablo de Editorial Prensa Ibérica, hoy formada por veinticinco diarios españoles y otras tantas ediciones digitales, semanarios, emisoras de radio y televisión, ocho grandes plantas gráficas, dos editoriales de libros y numerosas empresas complementarias. En la adquisición o la creación de esos medios ha sido básica la experiencia adquirida en los diarios canarios y la interiorización expansiva de los principios aquí acuñados, que dejaron huella indeleble en la manera de ser. LA PROVINCIA devuelve multiplicada la ilusión de comunicar la realidad a las mujeres y los hombres de Canarias, contribuyendo con humildad y entusiasmo a consolidar el sentimiento de la libertad y una cultura de la convivencia solidaria. Este aniversario es un hito profundamente emotivo que queremos compartir con nuestra audiencia, primera y última razón de ser”.

No hay retórica en estas palabras, sino descripción de la realidad. Este siglo y pico ha transcurrido sin tensiones dignas de consideración en la relación de la empresa con los profesionales periodistas, administrativos, técnicos y personal auxiliar. La confianza del editor en los ejecutivos periodistas influyó en la prioridad del diálogo en la toma de decisiones, así como en el punto de encuentro con las exigencias y reivindicaciones de los sucesivos comités de empresa. La negociación con representantes que hablan lenguajes análogos, nacidos de la experiencia en común siempre ha sido fluida, sin diferencias irresolubles y mejoras pactadas en los términos no discriminatorios de los actores de ambas partes, siempre con la voluntad empresarial de compartir beneficios respetando derechos y reservando una parte sustancial a la reinversión que redunda en bien de todos. Obviamente, no se trata de pintar un paisaje idílico, sin asperezas reivindicativas, pero la realidad es elocuente: un solo día de huelga ha vivido la empresa en cuatro décadas, salvo las sectoriales a escala nacional.

Visión universal y atención local

A título si se quiere anecdótico, en uno de los congresos de la Asociación Mundial de Periódicos que frecuentan Javier y Arantza Moll para estar al día de las estrategias internacionales en la consolidación de los medios escritos, vieron ratificado su pensamiento de varios años acerca del “periodismo de proximidad” como variable introducida por la ya muy dura presión de las redes digitales. Fue el congreso de Río de Janeiro en el año 2000, que consagró el binomio “visión universal y atención local”. También propugnaron los principales ponentes no diferir por más tiempo la dualidad difusora del papel y la pantalla. En aquellas fechas ya había empezado a operar en la sede de LA PROVINCIA el primer portal digital de la prensa archipelágica, plasmación de hecho de la redacción multimedia.

Con los primeros pasos de expansión y crecimiento grupal, abrió Javier Moll la primera oficina de Prensa Ibérica en Madrid. Nuestro entrañable y añorado Juan Ignacio Jiménez Mesa estuvo al frente de ella, inicialmente en cometidos diversos, desde la gestión de la publicidad nacional hasta el suministro informativo de interés general, con énfasis especial en los estudios y análisis previos de la situación y potencialidades de los periódicos que el editor proyectaba adquirir e integrar en su grupo, o crearlos de nueva planta. En esta labor depositó Moll su confianza en Juan Ignacio por el exhaustivo rigor de su prospección y el acierto en las previsiones de resultados a través del knock-out del Grupo. Es oportuno mencionar la creación de la agencia Epipress en Madrid.

Jiménez Mesa fue un gestor nato, conocedor del intramundo de la comunicación española, personalmente relacionado con primeras espadas del sector. Figura en la empresa canaria y en los primeros pasos de la larga marcha peninsular, se hizo inseparable de Javier Moll en las prospecciones, los desembarcos en empresas adquiridas y la proyectación de las nuevas. Gozó de la confianza y el afecto personal del editor y el consejo de administración, del que fue miembro, hasta que inició sus propios emprendimientos. Todo el colectivo lloró su muerte, imprevisible y en la mejor edad, durante un viaje vacacional por el norte de Europa. Es indispensable mencionar a este compañero en una evocación de aniversario del periódico que Moll siempre ha calificado de inspirador del Grupo.

Tenerife, en la esfera EPI

El matutino La Opinión de Tenerife nació en 1999 tras un detallado estudio de mercado que tuvo muy presente la experiencia previa de las ediciones diarias de LA PROVINCIA para la provincia hermana. Dio forma al deseo de Javier Moll de ofrecer un producto específico y aquilatar la viabilidad de una información canaria válida para todas las islas, a despecho de las rivalidades y aparentes antítesis entre ellas. Fue un reto delicado. Por ello quiso el presidente dotarlo de un Consejo Editorial formado por cinco notables personalidades tinerfeñas, a manera de órgano consultivo y propiciador de un aterrizaje suave. La relación de El Día con los diarios de Las Palmas había sido ambigua: muy colaborativa en el plano técnico y de suministros pero muy hostil en el terreno editorial por una absurda interpretación del peso político y económico de Tenerife y su provincia sobre el resto del Archipiélago, así como el «derecho divino» de exclusividad de instituciones esenciales, como la universitaria. Fallecido el editor, sus herederos negociaron con Javier Moll un traspaso de la propiedad, y desde hace casi tres años El Día forma parte del grupo Prensa Canaria. Consecuencia de ello fue el cierre de La Opinión de Tenerife, en lógica evitación de dos cabeceras en el mismo mercado. En su mayoría las dos plantillas fueron fusionadas.

Aunque totalmente embebido durante mucho tiempo en los trabajos internos de EPI, nunca descuidó Javier Moll la relación personal con los editores españoles y los capitanes de las grandes empresas familiares como la suya. Desde que creyó llegado el momento de asumir las numerosas instancias de ambos sectores, ha presidido el Instituto de la Empresa Familiar Española por el periodo reglamentario de dos años, y también el órgano asociativo de los editores de medios (la antigua AEDE, que se limitaba a la prensa escrita) con el nombre de AMI (Asociación de Medios Informativos) iniciativa suya debatida y aprobada, que suma a los de pago los gratuitos, los exclusivamente digitales, las agencias informativas y las sociedades de radio y televisión. Un paso indispensable en tiempos cambiantes como los actuales, en que las conjeturas son tan importantes como las evidencias.

Para cerrar el tema con un colofón referido a la empresa donde todo empezó y todo prosigue, es justo subrayar que LA PROVINCIA de Las Palmas y El Día de Tenerife se sienten inseparables de los grandes logros evolutivos de Canarias, de sus pasos precursores en el concierto nacional y del compromiso sellado por su liderazgo en una Autonomía diferenciada del conjunto de las españolas. El motor de estos objetivos es la voluntad de excelencia del editor y su familia, la constante reinversión de beneficios, la complementariedad de una tecnología en punta, la cantera de varias generaciones periodísticas y la apuesta de futuro. En ello descansa la credibilidad referencial en el marco de libertades que hace de la comunicación el mejor instrumento de cultura y convivencia.

Superar la calamidad

Los tiempos que corren, con la pandemia letal que desde hace más de un año amenaza a todos los habitantes de la Tierra, no son piadosos con la actividad normal de las sociedades del siglo XXI. Esta realidad afecta gravemente a la comunicación en sus contenidos y en sus medios de existencia. Sus consecuencias en los medios, que se ven obligados a reajustes de toda naturaleza no solo afectan a la circulación de los medios escritos sino a la calidad democrática de algunos contenidos, el envilecimiento de la vida política y parlamentaria y el oportunismo de los partidos. Es cierto que esta coyuntura planetaria pasará, dejando huellas muy graves pero abriendo un nuevo capítulo en la historia del mundo. Nunca fueron leves las consecuencias de las grandes calamidades, pero las sociedades humanas han aprendido a superarlas mejorando lo precedente, aplicando correcciones a las conductas responsables de la debacle y, en definitiva, renovando el canto general a la vida y al regalo de vivirla. La prensa nació en Florencia hace más de cuatro siglos, y si repasamos las catástrofes acaecidas en la Tierra en ese tiempo; si comparamos la evolución del espíritu, la eclosión del respeto a los derechos humanos y el ansia de saber para vivir en libertad fortalecidos después del desastre, vemos que la información escrita, el periodismo, ha resistido a todo, incluyendo el poder adquirido por otroa medios de comunicación de masas. Nada va a morir ni desaparecer en el gran panel de servicio de Editorial Prensa Ibérica. Esta es la convicción del presidente Javier Moll, la vicepresldenta y el consejero delegado. En esa conciencia apoyamos una visión de futuro cargada de mejoras y nuevos proyectos. Tenemos historia y tenemos confianza en lo porvenir.

Un texto visionario

«Al volver la vista atrás y revisar minuciosamente la colección del periódico, tenemos el legítimo orgullo de sentir y pregonar a los vientos que no existe en toda ella, en los millares de artículos y en los millones de palabras ni una sola de la que tengamos que arrepentirnos».

«Tenemos la seguridad de haber prestado eficientes servicios a nuestra querida tierra canaria y lo decimos sin temor a que nos tachen de inmodestos, pues ello no ha sido más que el cumplimiento de un deber ineludible, correspondiendo al constante favor del país, que con su generoso apoyo nos dio la representación de una gran masa de opinión y con ella elementos inestimables para emplearlos en su servicio».

«En esta memorable fecha ofrecemos a nuestros lectores, con la reproducción de artículos, críticas y gráficas del mayor interés, publicadas en el cuarto de siglo transcurrido, qué significan los hechos culminantes ocurridos en este país, para que sirva de elocuente y fidedigno testimonio en la historia de Canarias»

«Al expresar a todos nuestros favorecedores el testimonio de nuestra gratitud, dedicamos un emocional recuerdo a todos aquellos con los que comenzamos el camino, con una sentida oración para los que la muerte impidió celebrar hoy con nosotros este veinticinco aniversario. Decíamos ayer…»

Decimos hoy…

Los preferentes párrafos entrecomillados no son del que esto escribe sino, textualmente, parte del editorial con que LA PROVINCIA glosó sus primeros 25 años el 1 de mayo de 1936. Resulta excitante leerlos hoy, en mayo de 2001, porque han pasado sesenta y cinco años iluminados por la misma satisfacción del deber cumplido. LA PROVINCIA va a seguir en la calle con el marchamo de su historial de servicio, la disciplina de un agobiador trabajo diario que nos conecta con el mundo próximo y el distante, la demostrada resistencia a todos los inventos competitivos y a una durísima calamidad que pone en duda la supervivencia del propio Planeta. Porque es hermoso convivir con la comunidad humana de la que formas parte entregándole tu vocación, imaginación y trabajo. LA PROVINCIA, más que centenaria, ha sobrevivido a todas las amenazas de los muy diferentes tiempos y circunstancias y tiene derecho a compartir esta felicidad con cuantos la han hecho y la hacen posible, un día tras otro, como fiable testimonio de lo que pasa. Y en esa vocación ha sido inspiradora del crecimiento del grupo de prensa más numeroso y coherente del país. Larga vida a esta institución que se ha esforzado siempre por servir a un noble pueblo, sincero, trabajador y consciente del valor de la amistad. LA PROVINCIA reúne en sus vitrinas los trofeos y medallas más prestigiosos de Canarias. El más estimado es intangible, pero más poderoso que ningún otro: la lealtad de sus amigos cotidianos.

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