Los Observatorios del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) - el Observatorio del Teide (Tenerife) y el del Roque de los Muchachos (La Palma)- se sitúan en dos de los lugares más privilegiados para las observaciones astronómicas. La historia contemporánea de la Astronomía en Canarias se inicia con las expediciones del siglo XIX pero la instalación en El Teide, en 1964, del primer telescopio profesional supone el punto de partida del IAC, la prestigiosa institución científica que situaría a Canarias en la senda de la gran ciencia mundial.
Con la puesta en funcionamiento de aquel telescopio fotopolarimétrico nocturno, fabricado por la Universidad de Burdeos (Francia), nace el primer grupo de investigación astrofísica del país, se realizan las primeras tesis doctorales y empiezan a producirse los primeros artículos y comunicaciones sobre temas astrofísicos en España.
A este telescopio se suman otros con los años, hasta llegar a la actual batería en los dos Observatorios de Canarias. La instalación de todos ellos fue siempre precedida del correspondiente acuerdo, siguiendo el modelo establecido con el telescopio de Burdeos: cielo a cambio de telescopio. Se vencen así los prejuicios de los astrónomos europeos sobre las condiciones de Canarias y se consigue que las autoridades locales y nacionales entiendan que el cielo de las Islas podría explotarse con fines científicos.
En 1973, en la Universidad de La Laguna se crea el Instituto Universitario de Astrofísica, del que pasa a depender el Observatorio del Teide, y en 1975 nace el Instituto de Astrofísica de Canarias por acuerdo entre la ULL, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Mancomunidad de Cabildos de la provincia de Santa Cruz de Tenerife.
La década de los ochenta es la de la consolidación administrativa del IAC y sus observatorios internacionales. En 1985 tiene lugar la inauguración oficial del Instituto de Astrofísica y los Observatorios del Teide y del Roque de los Muchachos por miembros de familias reales de cinco países, jefes de Estado de Alemania e Irlanda, doce ministros europeos y representantes de la comunidad científica, encabezados por cinco Premios Nobel. En los 90 del siglo XX se sientan las bases científicas y técnicas del IAC, que adquiere mayor prestigio mundial.
Los gobiernos regional y estatal se interesan en 1994 en la idea de construir en La Palma un gran telescopio de más de 8 metros de diámetro y se crea la sociedad anónima Grantecan S.A. El resto es ya hoy parte de la Historia científica de Canarias.
Pioneros en legislar el cielo
La Ley del Cielo de Canarias fue la primera del mundo diseñada para la conservación del cielo de una zona determinada, concretamente en la isla de La Palma, con el fin de evitar los efectos adversos de la luz artificial. Hoy se puede decir que el observatorio del Roque de los Muchachos se ha convertido en referente mundial para la observación nocturna gracias a esta legislación que el Gobierno español, a propuesta del parlamento de las Islas, aprobó en 1988. La Ley abarca aspectos como la contaminación lumínica (regula la iluminación de exteriores en La Palma y la zona de Tenerife con visión directa desde tierras palmeras); la contaminación radioeléctrica (establece los niveles de radiación electromagnética para que no interfieran en los equipos y medidas de los observatorios) y limita el tráfico aéreo sobre los observatorios para evitar interferencias.