Don David Josúe Jiménez Silva. Sin lugar a dudas el futbolista grancanario más relevante en la historia del deporte rey. Sucesor de Juan Carlos Valerón, emblemas ambos de su localidad natal Arguineguín, recogió el legado del Flaco en la selección española para convertirse en uno de los once privilegiados que defendieron la camiseta roja durante el intervalo de los años 2008 al 2012 para conseguir un hito inédito hasta la fecha: ganar la triple corona Eurocopa-Mundial-Eurocopa. Siempre con el 21 a la espalda, lució la bandera canaria en cada una de las tres ceremonias de entrega de medallas. Embajador del Archipiélago, ha llevado el nombre de las Islas por todo el planeta. Pero para ello, antes debió dar sus primeros toques con el balón en la arena de las playas sureñas, enclave de donde nunca ha querido separarse. Arrancó su andadura como benjamín en la UD San Fernando y cuando maravillaba en categoría infantil, la cantera del Valencia se fijó en El Chino —como lo conocían antes de adoptar otros apodos esotéricos— y emprendió la mudanza a la ciudad del Turia. Hijo de Eva y Fernando, que posteriormente se hizo responsable de la seguridad del Estadio de Mestalla; además de hermano de Natalia y Nano, se sobrepuso a la añoranza de estar alejado del núcleo familiar y fue quemando etapas en la cadena de filiales che, hasta que le ceden, primero al Eibar, con 18 años, y la temporada siguiente al Celta, para que debute en Primera División con 19 años en Balaídos frente al Málaga. Regresa en 2006 a Valencia y Quique Sánchez Flores le da la alternativa para empezar a escribir sus días de gloria. Debuta con la selección el 22 de agosto de 2007 contra Grecia para dejar detrás de sí 125 internacionalidades con un total de 35 goles y 31 asistencias. Uno de los tantos más recordados de su carrera en la selección fue el que abrió la goleada por 4-0 en la final de 2012 frente a Italia y que le sirvió para ser parte de ese elenco de jugadores que conquistó la triple corona. Participó en tres Eurocopas y tres Mundiales, retirándose de la selección tras la eliminación en octavos de final de España en Rusia 2018. Guardan grato recuerdo de él en la ciudad inglesa de Mánchester, pues defendió la camiseta del City durante una década en la que sumó 436 partidos y dejó 77 goles y 128 asistencias. Adorado por los hermanos Gallagher, cantantes de Oasis y acérrimos seguidores del conjunto skyblue, idolatrado por la hinchada inglesa y merecedor de una estatua en los aledaños del Etihad Stadium. Ahora apura su carrera en la Real Sociedad, donde conquistó su último trofeo hasta la fecha: la Copa del Rey de 2020.