Si hay algo en Canarias que desde marzo de 2020 no se mueve es la noche. El ocio nocturno tuvo su momento en verano del pasado año pero en nada tenía que ver con la habitual manera de divertirnos. El Gobierno de Canarias echó el cierre por completo a las discotecas y a los bares de copas y ahora siguen cerradas o se han reinventado en negocios de copeo de tarde.

Las discotecas y salas de fiestas no han vuelto a abrir en casi ningún punto de España. El parón afecta a 25.000 empresas en todo el Estado y a más de 200.000 trabajadores directos. Las pérdidas se cuantifican en miles de millones de euros.

La actividad del ocio nocturno en las Islas que hasta el año pasado era un referente y un atractivo sector de negocio se lamenta de que el Ejecutivo les haa limitado a realizar su actividad en exteriores, no, donde podrán continuar desarrollándose hasta nuevo aviso. El Gobierno autonómico decidió en 2020 adaptar las medidas de contingencia de la Covid-19 que se acordaron el pasado año a nivel nacional, en el seno del Consejo Interterritorial del Servicio Nacional de Salud de España (CISNS), con el fin de reducir el impacto de la epidemia en las Islas. Entre este paquete de medidas, que se pusieron en marcha a partir de su publicación en el Boletín Oficial de Canarias (BOC), destacaban los horarios limitados para bares y terrazas y el cierre de los locales de ocio nocturno como discotecas y salas de fiesta.

Canarias ya se había adelantado a muchas de las medidas de restricción que acordó el gobierno estatal con las comunidades autónomas, como la prohibición de fumar en espacios abiertos si no se mantiene una distancia de dos metros con otras personas.

A las restricciones de seguridad que acumula el sector hostelero se les unió la obligación de cerrar todos estos locales. De hecho, sigue estando prohibida la emisión de música en los establecimientos de ocio nocturno.

Los restaurantes y terrazas tienen que, además, seguir garantizando el mantenimiento de las distancia de seguridad de 1,5 metros entre mesas y comensales, señalar los lugares donde deben esperar los clientes para mantener la distancia y disponer de todas las medidas higiénicas necesarias para evitar un contagio.

Los clientes deben llevar mascarilla hasta el momento en el que le sirven la comida o la bebida.

Para muchos la noche está herida de muerte. Desde el sector apuntan como responsable de la crisis en el sector a la pandemia pero, sobre todo, a las Administraciones ya que desde marzo de 2020 solo han abierto en España el 40% de las discotecas y únicamente durante cuatro semanas.

El sector del ocio nocturno estima una caída de las ventas desde marzo a diciembre de 2020 del 84,52%, lo que supone 12.600 millones de euros de pérdidas, según los datos del tercer Estudio de Impacto Económico de la Crisis del Coronavirus en el Ocio Nocturno, elaborado por España de Noche.

En concreto, el informe muestra que el 88,7% de los establecimientos permanecen cerrados, es decir, solo una de cada tipo de sala de ocio nocturno (conciertos, discotecas, bares musicales y tablaos) han podido abrir, de nuevo, sus puertas a pesar de las medidas adoptadas por algunas comunidades autónomas para reactivar la actividad de los locales de ocio que tanto echamos de menos.