En España existen 37 Consejos Generales y Superiores y Colegios Profesionales de ámbito estatal que, juntos, aglutinan cerca de 1.000 colegios profesionales y aproximadamente un millón y medio de profesionales liberales en todo el territorio, todos ellos aglutinados en la asociación estatal Unión Profesional. En España el subsector de los servicios profesionales genera casi el 10,7% del Valor Añadido Bruto (VAB) total de la economía española, y su aportación al empleo directo se situaría en un 12,6% y supone el 16,7% del tejido empresarial.
En Europa, la implantación de los colegios profesionales se da preferencialmente en los países mediterráneos. Donde más fuerza tienen es en Francia, España, Italia y Portugal, aunque instituciones de la misma naturaleza existen en el Reino Unido y los países anglosajones, creadas por Decreto Real para organizar el ejercicio de las profesiones. En Alemania esta función la realizan las Cámaras, como, por ejemplo la Ingenieurkammer, Cámara de Ingenieros o la Notarkammer, Cámara de Notarios. En algunas de las profesiones reguladas a través de las Cámaras existe la obligación legal de alcanzar el grado de Maestro (Meister) para regentar una instalación o empresa del ramo.
En Latinoamérica la colegiatura profesional está fuertemente posicionada en la sociedad y de forma muy marcada en las comunidades aunque cada país es diferente.
En el caso de Colombia, en cuya constitución de 1991 el artículo 26 expresa “Las profesiones legalmente reconocidas pueden organizarse en colegios. La estructura interna y el funcionamiento de éstos deberán ser democráticos. La ley podrá asignarles funciones públicas y establecer los debidos controles”. Un colegio profesional muy organizado en este país es el de los psicólogos quienes están regidos por el código de deontología y bioética del psicólogo colombiano, ley 1090 de 2006, cuyo investigador y gestor inicial fue el psicólogo colombiano Nelson Ricardo Vergara.
En la República Dominicana actualmente ha surgido una nueva forma de organizar las profesiones y regular el ejercicio con la intención de evitar la influencia de la política en la colocación de responsables en posiciones directivas por afinidades políticas y hacerlo por competencia, propiciando así la ética y la transparencia del ejercicio profesional y mecanismos para poder establecer responsabilidades, ya que en muchas ocasiones los colegios profesionales no garantizaban la protección de la sociedad ni de los servicios que estos profesionales realizaban teniendo en la dirección de dichas instituciones cargos políticos sin que propiamente se le dieran solución a los problemas profesionales.
