¿Cómo y cuándo nace ‘Arquitectura tradicional de Canarias’?

La idea del libro, enfocándolo a todas las islas Canarias, prácticamente lo planteé en el año 2010, tras la publicación de Tesoros de la Isla, un libro dedicado solo y exclusivamente a la isla de Lanzarote en el que abarcaba la arquitectura en sus distintas variantes civil, militar, religiosa y demás... Y luego la fauna y la flora más representativa como una semblanza, pues no es ni muchísimo menos el total de la que existe en la isla. Buscaba una oportunidad para poder realizar ese proyecto y me surgió un problema de salud bastante delicado, un tumor en la cabeza, un sarcoma, y eso provocó que tuviese que dejar de dar clases y concentrarme solo y exclusivamente en mi tratamiento y recuperación.

Pues, en el sentido más estricto, este libro es totalmente un proyecto de vida.

Pues sí.

¿Y cómo pudo afrontarlo?

Las sesiones de quimioterapia, radioterapia y todas estas cosas me iban dejando bastante mal estado de ánimo; muy decaído porque esos tratamientos son muy fuertes sumado a las medicaciones, pero aun así un día me planteé casi como terapia retomar el tema este de la Arquitectura tradicional de Canarias, abarcando todo el conjunto de las Islas, incluida La Graciosa, pero todo a través del dibujo, de mis propios dibujos. Entonces empecé a consultar en bibliotecas y publicaciones a las que fui añadiendo apuntes de ideas que tenía asimiladas, como pueden ser la parte más tecnológica y otros asuntos que abordo en el libro. Fueron cuatro años de trabajo y ahí está el resultado. Se presentó en el convento de Santo Domingo, en Teguise (Lanzarote) y luego se ha ido llevando por otras diferentes islas como Gran Canaria, Tenerife, La Palma...

«Sin la influencia de los alarifes bereberes del norte de África y la aportación de los portugueses no se podría entender el desarrollo de la arquitectura del Archipiélago»

El trabajo es una joya pero sobre todo es un homenaje a Canarias y a su cultura y su historia. ¿Cómo ha sido recibido el libro?

Está mal que yo lo diga, pero creo que ha sido muy bien recibido. Ha gustado mucho sobre todo en el sector de los aparejadores, arquitectos y estudiantes de arte y arquitectura en general. Estuve hace un tiempo por la librería del Cabildo de Gran Canaria y me dijeron que se lo habían llevado como rosquillas. Y en La Laguna (Tenerife) también; en la librería Lemos, que está al lado de la Facultad de Derecho. En mi opinión, se hizo un trabajo correcto y en eso tuvo también mucho que ver la editorial responsable de la publicación, Ediciones Remotas, compuesta por Mario Ferrer y Rubén Acosta, dos jóvenes muy emprendedores y con ambiciones, que no pueden quedarse quietos. No es una casualidad que su editorial se llama Remota porque son unos especialistas en afrontar publicaciones cuanto menos curiosas o fuera de lo común. Juntos nos fuimos a Galicia, concretamente a Betanzos, donde está la imprenta más especializada en este tipo de reproducciones que ofrece Arquitectura tradicional de Canarias.

La factura es exquisita. Se nota el gusto pero sobre todo su conocimiento y su manejo en el dibujo.

Lo que sí tengo claro es que lo hice con mucho cariño y mucha delicadeza para sacar adelante todos los distintos capítulos. Caló entre el personal y ahí está. Con eso estoy satisfecho.

¿Existe una arquitectura canaria?

Hombre, existir existe pero con la influencia propia que acarrea la construcción en un grupito de islas de un archipiélago que está muy lejos y que ha recibido formas y costumbres para la construcción que se remontan a la llegada los alarifes bereberes del norte de África. También jugó un papel importante la influencia portuguesa.

¿Más que la británica?

Sí, sí. Antes que la británica le diría incluso la francesa pero destacaría sobre todo portugueses y bereberes. En las islas de Lanzarote y Fuerteventura se ve a simple vista que ahí metió la mano con toda su creatividad el mundo bereber. Luego en el centro de Gran Canaria, hacia el resto de las islas más occidentales, encontramos influencias de lo que se denomina colonial castellana aunque en Canarias siempre se aportó una línea muy particular. De hecho, en los países sudamericanos como Perú o Colombia se pueden ver balcones canarios o ventanas típicas de las Islas con celosía y un rico trabajo de carpintería.

¿Cómo han influido en la realidad constructiva de Canarias los materiales de cada isla o, al contrario, la carencia de la mayoría de ellos en territorios tan diferentes como las islas occidentales y las orientales?

Muchísimo. Piense que en Lanzarote y Fuerteventura, por ejemplo, no había madera. Lo que había era piedra y cal y otros elementos constructivos. Entonces se hicieron intercambios Lanzarote y Fuerteventura, que aportaba sobre todo cal e incluso el mortero. Y los palmeros, sobre todo, aportaban madera. Igual que Gran Canaria. ¡Así quedaron desolados los barrancos de Gran Canaria! Gran Canaria aportaba el pino canario y la madera de tea.

¿También se envió mucha a la Península?

Efectivamente. Y en cantidades industriales.

¿Se exportaban otros materiales desde Canarias para la construcción?

Durante décadas se enviaba barro de Fuerteventura hacia varios países. En ese sentido, Reino Unido se nutrió muchísimo de materiales del archipiélago canario para la construcción.

Mencionaba usted antes la influencia bereber en la arquitectura de las Islas y me viene a la cabeza los pueblos blancos, tan característicos del norte de África pero que recuerdan también a localidades de Lanzarote.

Sí, claro. Lanzarote tiene una tipología arquitectónica que recuerda mucho a las construcciones bereberes, y en Fuerteventura pasa lo mismo debido, sobre todo, a que aprendieron a cocer el barro para emplearlo en las edificaciones. Se utilizaba una mezcla de barro, arenisca y cal a la que muchas veces se le añadió estiércol de cabra, burro o vaca porque, como sucede en los países africanos que no tienen en el desierto arboledas y ni tan siquiera piedras. En ese sentido, hay una teoría equivocada pero muy extendida sobre el hedor y las infecciones que generan el empleo de bosta. Y nada más lejos. Son animales que no comen carne ni pescado. Se alimentan de productos vegetales por lo tanto, no hay podredumbre en sus excrementos.

En lo que a arquitectura se refiere, ¿cómo ha influido esa técnica en las construcciones de Canarias?

Limitaba la presencia de grandes vanos en las paredes de las edificaciones. Sin embargo, pese a que las viviendas contaban con ventanucos y puertas pequeñas debido al empleo de esos materiales éstos permitían, por la porosidad de los mismos, que los muros de las casas actuaran como una especie de filtros por donde pasaba ligeramente el aire manteniendo el calorcito en invierno y frescor en verano.

Entiendo que en Canarias, con los avances en los procesos constructivos y el uso de materiales que llegan durante los siglos XIX y XX, las edificaciones de las Islas entran en un periodo de modernización similar al del resto de Europa. ¿Supuso que el Archipiélago perdiese su singularidad arquitectónica?

En lo que al primitivo tipismo canario se refiere puede que sí pero permitió, no obstante, que se desarrollaran con notable éxito otros estilos arquitectónicos, como el modernismo, el racionalismo o el neoclasicismo, que han aportado fabulosos edificios al patrimonio arquitectónico de Canarias.

¿Hemos valorado o protegido ese legado?

Pues, francamente, en muchos casos no. Ese ha sido uno de mis caballos de batalla cuando se ha presentado por ahí mi libro.

Entiendo que el voraz desarrollismo en las principales ciudades de Canarias fruto del crecimiento económico surgido al abrigo del comercio portuario y, sobre todo, del boom turístico de la década de los años 60 y 70 del pasado siglo, se llevó por delante muchas joyas arquitectónicas.

Efectivamente. Se ha descuidado totalmente el trabajo y la recuperación de auténticas reliquias del patrimonio cultural de las Islas. En los años de crecimiento a los que usted se refiere tiene hasta cierta justificación pero posteriormente se continuó y se continúa edificando sin orden y, hasta hace muy poco tiempo, sin establecer una política u hoja de ruta de futuro. Me da coraje, la verdad.

¿Hay alguna isla donde sea más evidente esa carencia de protección o legislación al respecto?

Tenemos ejemplos de esos dislates en todo el Archipiélago, especialmente en los municipios turísticos, pero quizá sea en Gran Canaria, concretamente en Las Palmas de Gran Canaria, donde más patrimonio arquitectónico se perdió. Y no me refiero sólo a la destrucción de inmuebles históricos en, por ejemplo, los barrios de Triana o Vegueta. En el entorno de la Playa de Las Canteras no queda casi rastro de su original sabor de barrio costero, cuando todo eran casas terreras y sus habitantes hacían vida a orillas del mar.