Es indudable el escenario de oportunidad que surge del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, -466 millones de euros destinados a las energías sostenibles, el impulso a la eólica marina y la descarbonización en general-, y que movilizará inversiones privadas multiplicando los efectos de la inversión pública, llegando a 800 millones en los próximos 4 años. Se calcula que el autoconsumo se multiplicará por diez y que se habilitará el 100% del territorio para la movilidad eléctrica. La pregunta lógica es, ¿cómo podemos posicionar a las pequeñas y medianas empresas canarias para que formen parte de esa transformación?

En la Zona Franca de Gran Canaria creemos que instalar y mantener puntos de recarga, dispositivos de autoconsumo, o instalaciones renovables en tierra y off shore requerirá de empresas, infraestructuras y conocimiento que después podremos exportar. El poder almacenar y transformar mercancías sin devengar ningún tipo de arancel ni de impuesto indirecto o arbitrio, es una herramienta de la que disponemos y que no se debe desaprovechar en esta coyuntura.

Ahora bien, el verdadero desafío es acercar esta herramienta a los pequeños y medianos empresarios para que puedan participar de las oportunidades que se dan en el territorio, no es necesario realizar inversiones millonarias para hacer uso de estas ventajas, basta con apoyarse en operadores ya instalados, que tienen el know how y la infraestructura para apuntalar el crecimiento internacional de otros proyectos. Por estos motivos la Zona Franca de Gran Canaria se pone a disposición de los operadores industriales, pequeños y medianos empresarios para ayudarles a estudiar de qué manera pueden hacer un mejor uso de las ventajas aduaneras y fiscales, y afianzar proyectos que requirieran de una colaboración público-privada.