Atrás, aunque cercanos en el tiempo, quedaron los años en los que España dominaba y maravillaba no sólo al baloncesto continental, sino al resto del mundo con permiso de la galaxia NBA. Campeones del mundo en 2006, de Europa en 2009 y 2011 (en 2007 el oro se escapó de forma inesperada ante Rusia) y subcampeones olímpicos en 2008 y 2012, por primera vez en los últimos tiempos el combinado nacional no parte como gran favorito al Eurobasket en las quinielas. España es una más, entre las mejores, pero una más.

Esa presión, o mejor dicho, esa falta de presión habrá que ver como afecta a un equipo plagado de caras nuevas en relación a la última cita mundialista. La de la decepción, la que dejó consternado a todo un país que soñaba con una nueva final ante EEUU…e incluso con arrebatarles de una vez por todas su aplastante hegemonía. Algo que casi se consigue en Pekín y posteriormente en Londres, pero que ni tan siquiera se rozó el pasado año. No hubo oportunidad. España, saciada de éxito pecó de soberbia en todos sus estamentos, y esa fue su sentencia en los cruces. Sus propios errores le llevaron a no pasar de cuartos y reconocer un fracaso inconcebible en la hoja de ruta.

Un año después, sin muchas de aquellas caras en el equipo (desde Orenga hasta Abrines pasando por Ricky Rubio, José Manuel Calderón, Serge Ibaka, Juan Carlos Navarro y Marc Gasol), la lección parece aprendida. Desde el trabajo, consciente de sus muchas opciones pero también de sus limitaciones, la selección de Sergio Scariolo, el hombre que les llevó al oro en 2009 y 2011, vela armas en el en el Andel's Hotel, en Landsberger (Alemania). Allí también se hospedan el resto de equipos del temible Grupo B, incluida Serbia, el primer rival al que deberán hacer frente este sábado.

Actual subcampeona del mundo, el conjunto balcánico es sin lugar a dudas otro de los grandes favoritos a todo en esta cita. "Hay dos selecciones que me han impresionado: Serbia y Francia", dijo Scariolo apenas 72 horas antes de comenzar el torneo. Y con mucho fundamento. Y es que tras el estreno ante los de Sasha Djordjevic se podrán calibrar realmente las opciones de los nuestros. Poco importan las sensaciones o resultados (siete victorias en siete partidos)cosechados en la preparación, ya que lo que cuenta realmente empieza ahora.

El debut siempre es complicado, y más en un torneo tan corto, pero es que además está enfrente el subcampeón del mundo. De lo que pase en el Mercedes-Benz Arena, escenario de los encuentros del Grupo B en este Eurobasket, puede depender en gran medida el camino de ambas selecciones en la competición. Va a ser un termómetro más que fiable de lo que puede suceder más adelante, en la que coger pronto moral y confianza es clave.

Y es que Serbia, aunque nunca terminó de irse, está de vuelta. Ha resurgido de sus cenizas y regresa a la élite para quedarse. Milos Teodosic es el director sobre el que gira su juego y la prolongación de Djordjevic en la cancha. Su talento y calidad son indiscutibles, aunque ahora también cuenta a su alrededor con ‘estrellas’ como Nemanja Bjelica,Ognjen Kuzmic o Miroslav Raduljica. Selecciones como Francia, clara candidata al oro y que juega en casa, Grecia, Lituania o Croacia harían bien en tenerla muy en cuenta… al igual que una España que, desde la humildad y con menos presión, quiere volver a reinar en Europa.