El volcán que ruge bajo las faldas de la Isla de El Hierro decidió ayer echarse una "pequeña siesta", en palabras de algún científico, lo que en la traducción oficial significa que "el proceso eruptivo continúa estable" en el fenómeno que mantiene en vilo a la comunidad científica. Mientras, la mancha de restos de la erupción que se expande por el Mar de Las Calmas llegó a última hora de ayer a tocar tierra, concretamente en la zona conocida como Punta de Puerto Naos, al oeste de La Restinga, algo previsible teniendo en cuenta las corrientes marinas de la zona. Fuentes del Gobierno de Canarias señalaron ayer que un helicóptero del Grupo de Emergencias y Seguridad (GES) sobrevoló la zona pasadas las seis de la tarde y no constató "ninguna otra señal de alerta", en alusión a la posible apertura de otra boca eruptiva junto a la costa. Por lo tanto, el escenario seguiría siendo el mismo que en la jornada precedente salvo por la deriva de la gran mancha.

A lo largo de todo el día de ayer, investigadores del Instituto Geográfico Nacional (IGN), del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y del Instituto Vulcanológico de Canarias (Involcan) con la colaboración de la Universidad de Cádiz, realizaron un control exhaustivo del fenómeno y no apreciaron cambios importantes en relación al día anterior, cuando aseguraron que la "cosa sigue fea", ante las posibilidades de que se produzca una erupción en tierra.

La mancha que se extiende por el Mar de Las Calmas y el control del tremor volcánico centraron los esfuerzos ayer de los científicos, que en varias ocasiones sobrevolaron la zona y también la inspeccionaron por mar, a través de al menos dos embarcaciones. La actividad sísmica que se produjo ayer en la Isla del Meridiano fue "baja" y "dispersa en el entorno de la dorsal suroeste", y también "continúa la misma tendencia de la deformación del terreno", aseguró el Gobierno de Canarias en nota de prensa.

Una de las medidas más importantes que se llevaron a cabo ayer en La Restinga, aprovechando la tregua del magma que busca salida bajo la tierra, fue la instalación de un acelerómetro en el pueblo de pescadores con el fin de mantener controladas las estructuras terrestres, a través de la aceleración del suelo. Este aparato sirve para determinar el efecto que tienen las sacudidas producto de los seísmos sobre las construcciones. Sin embargo, esto no quiere decir que la comunidad científica prevea grandes sacudidas en los próximos días. Más bien todo lo contrario, puesto que la señal de tremor (vibración asociada al ascenso del magma y a los procesos eruptivos activos) se mantiene estable desde hace ya dos días y esto parece ser el reflejo de una relajación de la presión magmática y de los gases al haber encontrado salida en el fondo submarino. Por otro lado, el mayor de los sismos registrados ayer alcanzó los 2,6 grados en la escala de Richter.

Océano paralelo

La mancha que apareció el pasado miércoles en el Mar de Las Calmas se ha convertido en un océano paralelo. Su inmensidad es ya una realidad que los científicos estudian en busca de más indicios sobre el volcán, que esperan pueda aflorar en superficie, incluso a través de la superficie terrestre. Por eso precisamente está desalojado el pueblo de La Restinga desde el pasado martes. Y también por eso llegó ayer al Puerto de la Estaca el buque oceanográfico Profesor Ignacio Lozano en una expedición científica coordinada por la Agencia Canaria de Investigación con la participación del Instituto Canario de Ciencias del Mar, el Instituto Español de Oceanografía, el Instituto Tecnológico de Energías Renovables de Tenerife y el Instituto Geográfico Nacional. A bordo van un total de seis expertos en distintas áreas científicas que pueden arrojar luz sobre el fenómeno que atemoriza a la isla. Además, el lunes zarpará desde Vigo el buque del Instituto Español de Oceanografía (IEO) Ramón Margalef.