| Profundidad. El robot Liropus 2000, que ha tomado las primeras imágenes del entorno del cono volcánico submarino, puede llegar hasta los 2.000 metros de profundidad y está dotado con un sistema de iluminación de 17.000 lúmenes de potencia (17 veces más que una bombilla de 100 vatios) y cámaras tanto de alta definición como de muy baja luminosidad. Este robot, en el que se han invertido 1.450.000 euros, tiene dos equipos para medir temperatura, presión y salinidad, así como un aparato de efecto Doppler para estudiar las corrientes. El robot está metido en una especie de garaje y es capaz de identificar la topografía.

| Nombre. El Liropus 2000 se llama así en referencia al crustáceo ciego que habita en las profundidades marinas de El Cachucho, frente a la costa de Avilés, y es el primero de estas características que recae en manos de investigadores españoles. España lo adquirió en diciembre del pasado año, en una apuesta clara por la I+D en tiempo de crisis. Esto pudo inspirar alguna crítica, pero la utilidad del robot no ha tardado en ponerse a prueba con los fenómenos de El Hierro. Gracias a él se puede acceder y conocer un entorno sobre el que hasta ahora sólo se había especulado por parte de la comunidad científica.