El magma que se desplaza por las profundidades de El Hierro presiona con mucha fuerza por el norte. En los últimos días, la deformación de la isla ha aumentado considerablemente por el municipio de Frontera, lo que indica que una nueva erupción espera a los más de cuatro mil habitantes de la zona, justo en el lado contrario de la fisura que expulsa magma desde hace ya más de un mes en las profundidades del Mar de Las Calmas, en La Restinga. Eso sí, la erupción del norte se produciría también en el mar como escenario más probable, sin descartar, ni mucho menos, que el volcán haga su aparición por tierra. Los científicos ya están preparados para cualquier escenario, pero tienen claro que bajo la Isla existen en estos momentos, al menos, dos procesos eruptivos independientes, uno al norte y otro al sur.

El mayor terremoto de toda la crisis sísmica despertó a un buen número de herreños al poco de acostarse en la noche del jueves, pasada ya la medianoche. Con una intensidad de 4,6 grados en la escala Richter, durante unos diez segundos emergió de las profundidades de la tierra una gran vibración que no sólo levantó a los vecinos de sus camas, sino que los hizo salir a la calle asustados. Sobre todo en la zona de El Golfo, en Frontera, donde los terremotos se intensifican en periodicidad y magnitud.

Fue el más intenso y, probablemente, el temblor más largo de los más de 11.000 movimientos sísmicos que se han producido en El Hierro en los últimos cuatro meses. El movimiento tuvo su epicentro a 21 kilómetros de profundidad, junto a la costa de El Golfo, y fue sentido en toda la isla y hasta en La Palma y Tenerife.

"El escenario de una nueva erupción en el norte, en el mar, gana enteros, y no se descarta tampoco una erupción en tierra", informó ayer la directora del Instituto Geográfico Nacional, María José Blanco, que dirige un grupo de científicos que en estos momentos tienen ya bastante claro que una nueva erupción espera a los habitantes de El Hierro. La cuestión es cómo y dónde.

La propia María José Blanco reconoció ayer, después de analizar toda la secuencia de acontecimientos de la semana, que incluso se esperan terremotos de magnitud superior a los 4,6 grados en la escala Richter, lo que supone movimientos ya de una magnitud más que considerable en una crisis volcánica. "Sí, se esperan terremotos muy fuertes", aseguró tras la reunión que mantuvo el Plan de Emergencia Volcánica de Canarias (Pevolca), "porque las deformaciones siguen y la sismicidad aumenta en el norte", explicó.

De producirse una erupción en el municipio de Frontera, en el mar, ésta podría tener incluso menos incidencia que la que en estos momentos está activa en el sur, debido a que el mar en esa zona alcanza fácilmente cotas de más de mil quinientos metros de profundidad a poco que se separa de la costa. Otra cosa distinta es que el magma que habita bajo la corteza terrestre, alrededor de un kilómetro cúbico (mil millones de metros cúbitos) en la suma de todo el proceso, logre abrir una grieta en una cota terrestre, en un municipio además en el que viven más de cuatro mil personas. "Me preocupa más una erupción en el norte por la gestión de la emergencia", afirmó Blanco ayer en una entrevista concedida a LA PROVINCIA / DLP.

Mientras los procesos eruptivos continúan con su movimiento bajo tierra, decenas de científicos chequean todos los datos que les ofrecen los sismógrafos en busca de respuestas que, por el momento, están todas en el aire y mantienen en vilo a una isla de 10.000 habitantes que en los últimos cuatro meses ha soportado más de 11.000 terremotos. Casi nada.