Santana parece estar seguro de que las decisiones que se han ido tomando son las adecuadas, sobre todo para lo que a él le compete, que es la seguridad de las personas. Aunque habla de la erupción del norte, confirma que hay tiempo de reacción.

- ¿Cómo calificaría la gestión de la crisis sísmica de El Hierro?

- En general, bien. Hay que tener en cuenta que es la primera vez que se activa el Plan de Protección Civil por Riesgo Volcánico (Pevolca), tras aprobarse el año pasado, y como todo lo nuevo siempre hay cuestiones que hay que corregir, pero es importante haber dispuesto de un instrumento que nos permite gestionar todo lo que es el proceso y el riesgo asociado a este proceso. Recordemos que el Pevolca lo que trata es de prevenir y que las personas estén seguras ante un riesgo determinado.

- ¿Y eso se ha cumplido?

- Es difícil poner a la población ante un riesgo concreto cuando además durante el paso del tiempo se va habituando a ese riesgo con respecto a otros más inminentes que se ven, como un incendio o unas lluvias intensas. En este caso el riesgo va asociado a que se produzca la erupción o no, o a que se produzcan los terremotos o no. Cuando se producen y se ven, la gente se pone más nerviosa y asume que está el riesgo, pero conforme va pasando el tiempo se produce esa sensación de hábito y de que se puede convivir con el riesgo. Con el fenómeno eruptivo pasa eso; en la medida en que hay mayor actividad, la gente siente que hay un riesgo concreto y cuando va pasando el tiempo se relaja. Esto es habitual, pasa en todos sitios y complica la gestión. Por eso es muy importante dar toda la formación e información previa de un proceso de este tipo.

- Cuando el Pevolca tiene que tomar una decisión, ¿de qué forma se piensa en las personas? ¿Cómo se traslada un miembro del Pevolca a la piel de un vecino de La Restinga, por ejemplo?

- El Pevolca tiene una serie de órganos internos que son los que ayudan a tomar las decisiones. Básicamente, las decisiones se toman en base a lo que los científicos nos van informando en cada momento; los científicos se reúnen previamente, observan los datos y van comunicando al comité director la evolución del proceso y los riesgos que pueden venir asociados a ese proceso. En definitiva, la responsabilidad corresponde al Gobierno de Canarias, pero en el Pevolca están representadas otras instituciones que avalan las decisiones. No se ha tomado ninguna decisión que no venga previamente avalada por el comité científico.

- Desde el punto de vista técnico, ¿el Pevolca está convencido de que el túnel de Los Roquillos está preparado para soportar un terremoto de gran magnitud o se abre el túnel por la demanda ciudadana?

- El túnel es una infraestructura básica en El Hierro y como tal, lógicamente, ello implica que conforme va pasando el tiempo en el que se ve y se observa que el peligro asociado a ese riesgo no va ocurriendo, pues la gente se acostumbra a que no pase nada. Pero eso no quiere decir que no pueda pasar. Cuando se ha cerrado el túnel no se ha cerrado por las condiciones internas del mismo, sino por las laderas de las vías de acceso al túnel. ¿Y por qué? Porque los informes que tenemos del Instituto Geológico y Minero de España (IGME), que ya había hecho informes previos, ya decían que esas laderas eran las más susceptibles de desprendimientos. Vinculado a eso, hay informes específicos sobre la sismicidad que se produce y los riesgos que conlleva. En función de eso se toman las decisiones y lo que se ha intentado es ir afinando las medidas conforme al riesgo concreto que nos van determinando los técnicos. Cuando se ha prohibido el acceso es por las laderas exteriores, no por el interior del túnel, que tiene un problema que ha tenido siempre en la parte adherida al interior, que por las razones que sean, no ha pegado bien. En el interior del túnel no hay desprendimientos.

- ¿Y por qué se abre de día y se cierra de noche? ¿Cuál es la diferencia desde el punto de vista del peligro?

- La decisión de abrirlo por el día viene derivada de que la sismicidad ha variado, de que los científicos nos confirman que los sismos de gran magnitud se producirían a una profundidad de más de veinte kilómetros y a que la vigilancia es más factible de día. De noche es más complicado.

- El Golfo. ¿Cómo es de compleja la gestión de la crisis en Frontera en caso de erupción?

- Tiene mayor complejidad derivada de que hay mayor población, y al haber más población hay más vulnerabilidad en cuando a que hay mayor número de personas. Eso lo hace todo más complejo. Bien es verdad que el tipo de erupción esperable en Canarias es un tipo de erupción parecida a la del Teneguía (en La Palma), una erupción muy fisural y muy local. Dependiendo de dónde ocurra podría tener más peligrosidad o no. No por flujos lávicos, que no se cree que puedan representar peligro, sino a lo mejor por el flujo de cenizas. Estaríamos hablando de peligros no directos, sino de contaminación de aguas o que la acumulación de cenizas pudiera provocar un colapso de alguna estructura. No es lo esperable actualmente, pero está todo preparado.

- En el peor de los escenarios posibles en Frontera, ¿cómo sería una evacuación?

- En el peor de los escenarios posibles, con un tipo de erupción que adquiriera altura y que fuera de carácter explosivo que en estos momentos no se espera, para empezar tendríamos al menos dos días para prepararlo todo, con síntomas en el terreno muy claros como una mayor deformación e incluso fisuras en el terreno antes de que se produjera la erupción. Habría una serie de indicadores que harían tomar las decisiones. Y en el caso de que esto sea así, ya está todo preparado con la colocación de albergues de carácter temporal en diversas ubicaciones de Valverde y a su vez, también la posibilidad de evacuar personas fuera de la Isla, al sur de Tenerife. En un principio ello se realizaría a través del Puerto de La Estaca tras sacar a la población por carretera, ya que habría tiempo suficiente; si no, habría que utilizar una vía aérea por El Golfo, con helicópteros y vehículos especiales. Pero esto es algo que no se contempla en estos momentos.

- ¿Cuánto tiempo cree el Pevolca que se podría prolongar esta crisis sísmica?

- No lo sabemos. Los científicos han empezado a apreciar signos de cristalización en el material que se expulsa en el Mar de Las Calmas; cuando más cristalizado esté, más cercano estaría el final de la erupción. Pero eso es en la zona sur de la Isla; ahora estamos ante un nuevo escenario en el norte y no sabemos si se va a producir una erupción o no.

- Si llega otro terremoto de 4,6 o superior, ¿la Isla está preparada para soportarlo?

- Los científicos nos han alertado del problema de desprendimientos, porque además los sismos de mayor magnitud están asociados a profundidades que ahora mismo no incrementan el riesgo con respecto a lo sucedido en días anteriores.

- Usted que preside el Pevolca por delegación del consejero, ¿ha percibido la denominada 'guerra científica' en torno al volcán de El Hierro?

- Yo que he estado en los comités científicos y he podido participar un poco en los debates, lo que existe es debate científico. Y es lógico. Hablamos de personas de diversas corrientes científicas que están de alguna forma discutiendo sobre algo. Y la discusión es lo que mejor le viene al conocimiento de la disciplina. Yo no he percibido, a nivel personal, ese tipo de diferencias. Sí creo que todas las instituciones lo quieren hacer lo mejor posible.

- ¿Son acaloradas las discusiones en el comité científico?

- No especialmente. Todo es muy respetuoso.

- Hay grupos científicos que se han sentido desplazados de la crisis volcánica de El Hierro. ¿Qué opina?

- El Pevolca contempla aquellas instituciones que son las que deben formar parte del mismo. Son básicamente el IGN, responsable de vigilancia volcánica, y otras instituciones que conjuntamente con el IGN realizan ese asesoramiento al comité director, como el CSIC, el IEO, Involcán, universidades canarias, etc. Un fenómeno de este tipo, necesariamente, llama la atención científica, y por eso mismo el Gobierno de Canarias ha querido posibilitar la participación de todos los investigadores que, a través de sus instituciones, se dirijan al comité para estudiar cualquier parte del fenómeno. Ahora bien, eso hay que diferenciarlo del comité científico, cuya misión es asesorar al comité director del Pevolca en referencia a las medidas que se adoptan en materia de seguridad. Son dos cuestiones distintas.

- ¿Qué ha pasado con el Cabildo de El Hierro, que parece que se ha apartado del Pevolca y de sus decisiones?

- He tenido la oportunidad de ver las declaraciones que ha hecho el presidente, Alpidio Armas y quiero decir que ellos forman parte del comité director, y la misma información que nos trasladan los científicos es la que tienen ellos. En ese proceso de toma de decisiones, todos tienen la oportunidad de preguntar todas las dudas que tengan a la responsable del comité científico, y sobre lo que se comenta por parte del comité científico se toman las decisiones. Nosotros podemos entender que una administración de carácter local pueda tener más presiones, en función de dónde te encuentras. En este caso el Cabildo tiene la presión de todos los vecinos de la isla de El Hierro, pero para el Gobierno lo más importante es la seguridad de las personas. Y en base a esa información que todos los científicos nos dan en cada momento se toman las decisiones. No se pueden tomar decisiones en base a intuiciones del tipo "es que nunca ha ocurrido nada". Eso no puede ser así y las decisiones se toman en base a los riesgos. Lo que queremos es evitar cualquier problema de inseguridad para las personas; es lo que nos guía a la hora de tomar las decisiones.

- ¿Cree que se ha hecho política en torno al volcán?

- Desde la dirección del Pevolca, no. Nos podrán criticar porque las medidas han podido parecer demasiado preventivas con respecto a lo que luego ha sucedido, pero eso no lo sabe nadie, nadie sabe qué es lo que puede pasar. Nuestro trabajo es prevenir antes que lamentar.