Pasan unos 30 minutos de las 12.00 del mediodía y la puerta de acceso a la sala sinfónica desde el hall del Auditorio se abre sin apenas alterar la concentración de los músicos de la Orquesta de Bamberg, y las continuas indicaciones del maestro británico Jonathan Nott. Suena Mozart, la carta de presentación de la formación alemana y de su director titular en el Festival de Música de Canarias. Es el ensayo del concierto inaugural del certamen, al que ayer pudieron acceder los medios de comunicación, y puesta a punto de un programa presidido por Mozart, y que reservaba a Dvorak y su Sinfonía nº7 en Re Menor, en la segunda parte.

El maestro Nott hablaba con los músicos y no perdía detalle del joven pianista surcoreano Jinsang Lee, el solista que mostraba su digitación con distintos pasajes del Concierto para piano nº 23 en La Mayor, de Mozart. La Orquesta y su titular dispusieron una hoja de ruta sonora para el debut en un Festival y en unas salas que, según dijo, "tienen prestigio internacional", que arranca en el siglo XVIII y se agota en el XXI: de Mozart al estreno por encargo de este año, el Concierto para piano y orquesta, del madrileño Juan Manuel López López, pasando por Mahler, compositor checo del que la Orquesta de Bamberg es especialista.

Ayer con Mozart y Dvorak, y esta noche nuevamente en el Alfredo Kraus con la mentada pieza de López, una coproducción entre el Festival y Radio Francia, y la Sinfonía nº 4, de Mahler, con el concurso de la soprano alemana Mojca Erdmann.

Nott se declaró ayer "encantado del estreno" en el Festival y por el hecho de "poder afrontar dos programas que comprenden casi toda la historia de la música". El británico se felicitó por la pieza de López, cuyo estreno conducirá hoy. "Me entusiasma la idea de estrenar esta obra, es muy interesante este concierto para piano", dijo.

José Manuel López López, que ayer se encontraba en el ensayo, subrayó "la inmensa satisfacción por estrenar la obra en un festival con el que he colaborado en otras ocasiones", máxime cuando lo hace con esta Orquesta, "un director extraordinario y un grandísimo pianista como es Alberto Rosado". Respecto a la obra en la que lleva trabajando desde 2005, López explicó que "es el compendio de muchísimos años de reflexión, de trabajo en torno al sonido, a la forma, la expresión, el interior de la materia, lo que ocurre en las dimensiones minúsculas". Igualmente, López agradeció el gesto del Festival, ya que considera "fundamental que los festivales estén en su tiempo, porque los artistas estamos vivos y creando música viva, y lógicamente los festivales no solo tienen que basar su actividad en el pasado, sino sobre todo en el presente y en el futuro".