Satisfacción por el trabajo, el impacto del Festival entre el público, y el refuerzo a las líneas programaticas del certamen. "Se han cubierto casi todas las expectativas, hemos reforzado la programación, profundizado en la idea de utilizar el cine como herramienta de denuncia, de propagación de una serie de ideas que no transmite el cine tradicional". De esta manera, el director del Festival Internacional de Las Palmas de Gran Canaria, Claudio Utrera, valoraba la decimosegunda edición del certamen que finaliza hoy.

El público, una de las grandes asignaturas del Festival, ha crecido. A juicio de Claudio Utrera, "es lo más difícil, pero creo que existe una mayor sensibilidad para el cine al que se debe este Festival". Desde este fin semana, según anunció ayer Utrera, el comité asesor comenzará a trabajar en la edición de 2012.

A pie de sala, la afluencia de público se ha incrementado respecto al pasado año. Un dato cuya lectura tiene que hacerse en el cómputo de proyecciones, ya que frente a los 216 títulos en catálogo de 209, entre ello 90 cortos, este año se han pasado 130 películas, de ellas 90 largometrajes. "Si comparamos, puede que el el número de espectadores sea menor, estaremos en un 80% de ocupación, pero se ha elevado la media de asistencia por película", explicaba ayer Luis Miranda, coordinador del Festival. Los ciclos sobre Kazuo Hara, Memorias del Mal, y la Carta Blanca que ha servido Luis Miñarro, han sido los de mayor aceptación. "Lo de Kazuo Hara ha funcionado muy bien, el boca a boca del público ha tenido mucho que ver, y porque los ciclos tienen este resultado cuando tenemos al protagonista aquí, no falla".