Estamos viviendo una época algo compleja en cuanto a la seguridad de nuestros ahorros, con multitudes de rumores de rotura del euro, de corralitos, de quiebras de Estados, y esto nos afecta de manera personal porque parece que siempre está España en el punto de mira.

El último foco de preocupación ha sido el rescate a Chipre, en el que se inyectará al estado unos 10.000 millones de euros, repartidos entre el MEDE (organismo creado para atender el rescate de los países miembros de la Euro Zona que ya rescató a España) y el Fondo Monetario Internacional (la aportación de este último es minoritaria.

A cambio de este rescate, la Unión Europea, exige que el país cumpla unos requisitos entre ellos un endurecimiento fiscal ya anteriormente era un país con unos beneficios fiscales mucho mayores al del resto de la Unión.

Además, los ciudadanos también tendrán que aportar dinero a este rescate, de tal manera que se van a hacer quitas a algunos productos de inversión que se consideraban seguros como las cantidades superiores a los 100.000€ en depósitos y cuentas bancarias y los bonos senior (deuda con vencimiento e intereses predeterminados sin estar sujeto a evolución económica de la empresa, siempre que no haya una suspensión de pagos); unas quitas que todavía no están definidas, pero que pueden rondar el 40% del exceso en el caso de los depósitos y muy superiores (podrían alcanzar el 100%) en los bonos.

Este proceso ha provocado un aumento considerable del miedo en la población de los países periféricos que han visto cierto riesgo de que las exigencias a Chipre se puedan reproducir también en otros países.

Desde luego, un foco importante de este pánico se produjo una semana antes del acuerdo ya que inicialmente se exigía quitas a depósitos inferiores a 100.000€, cantidad que todos tenemos por absolutamente intocable, y que por fortuna finalmente recapacitaron y dejaron esta cantidad al margen; desde ese día, se está limitando la retirada de efectivo de los bancos chipriotas, lo que se conoce vulgarmente como "corralito".

Basta echar un vistazo a foros, redes sociales, como la comunidad de usuarios y expertos de iAhorro, para ver la preocupación de los ciudadanos, que se preguntan ¿puede pasar esto en España? Evidentemente nadie puede contestar con certeza a esta pregunta (que los políticos nieguen este hecho no genera confianza), pero sinceramente creo que no, y por un motivo básico: en España ya ha pasado.

Está claro que la anterior afirmación tiene unos matices, en primer lugar, no ha habido "corralito", y aquí no han sufrido ni los depósitos en bancos ni los bonos senior; pero tal vez ha sido peor: se han perjudicado a productos de deuda híbrida (subordinadas y preferentes) comercializados de tal manera que (en la mayoría de los casos) los ahorradores pensaban que tenían o bien depósitos o bonos senior, así que el efecto es más perjudicial si cabe, ya que no se ha establecido una barrera protectora a cantidades inferiores a 100.000€; por no decir las subidas impositivas que han ido imponiendo los gobiernos que han provocado pérdidas elevadas de nuestro poder adquisitivo.

Algo que todavía puede preocupar, es pensar que España (en realidad nuestros bancos) necesite rescates adicionales, pues bien, de momento puede haber tranquilidad en este sentido, ya que el MEDE aprobó en su día una línea de crédito de 100.000 millones de euros; de los que "solo" hemos utilizado algo menos de la mitad, por lo tanto el margen todavía es amplío.

Ahora bien, puede haber gente que a pesar de estas explicaciones siga con intranquilidad y quiera saber dónde puede guardar su dinero, incluso seguro que los hay que lo quieran esconder en el colchón.

Lo primero que les diría, es que no tomen decisiones precipitadas en base al miedo, guardar dinero en casa, además de generar una pérdida de valor, debido a la inflación (que cada vez será mayor), tiene riesgos, ya que se puede podrir, quemar, mojar, se lo puede comer algún insecto o roedor, incluso nos lo pueden robar? habrá quien diga que lo cubrirá el seguro, pero ¿no estamos dudando de nuestro sistema financiero? y los hay que piensen que es muy poco probable ¿lo es más una quiebra de todo el sistema financiero mundial?

Otra posibilidad que ve mucha gente es traspasar sus ahorros a bancos extranjeros; algo que supone unos gastos bancarios y unas cargas administrativas con nuestra hacienda que se pueden evitar.

Incluso los hay que no se fían de ningún país de la zona euro, y quieran cambiar su dinero por otras monedas como el dólar americano o el franco suizo (éste último intervenido por su Banco Central), algo que tiene un alto riesgo ya que estas monedas se pueden depreciar lo que supondría pérdida de valor de nuestro dinero.

Sin embargo hay una serie de alternativas simples que esquivarían improbables quitas a productos solventes, y que nos puede generar ganancias en el caso que no se produzcan, y éstas serían cualquier instrumento de inversión que no esté en el balance de los bancos:

Deuda Pública:

El único país que ha sufrido quitas en este producto ha sido Grecia, con datos macroeconómicos muy diferentes a los nuestros, además estas quitas han sido inferiores a las de Chipre.

Deuda Corporativa:

Al hablar de este producto, siempre me refiero a bonos senior, es decir descarto preferentes, subordinadas y convertibles. Ya hemos visto que en Chipre este producto ha sufrido quitas, pero solo los que están emitidos por sus bancos nacionalizados; no olvidemos que desde nuestro bróker habitual podemos acceder a cualquier emisión de empresas no relacionados con la banca y con niveles de solvencia elevados.

Acciones:

Invertir en bolsa tiene un riesgo; y para eso hay que tener ciertos conocimientos. Desde luego, las acciones que no tengan ninguna relación con la banca "rescatada" tiene más posibilidades de revalorización, además siempre está fuera del balance del banco/sociedad con la que invirtamos.

En resumen, cualquier inversión que se haga, se debe hacer desde un análisis frío, profesional e independiente, ya que actuando en base a un pánico (a veces provocado) nos puede generar pérdidas importantes en nuestros ahorros.