La historia de WhatsApp es la historia de un éxito. Nacida en el año 2009, la que es la aplicación de mensajería instantánea más popular y utilizada del mundo cuenta actualmente con cerca de 1.500 millones de usuarios, que a diario intercambian más de 60.000 millones de mensajes. Estas cifras mareantes dan fe del arraigo de esta app que Facebook compró en 2014 por 15.000 millones de euros.

Nuestro país no es una excepción al fenómeno WhatsApp. En este sentido, son millones los españoles que utilizan a diario esta aplicación para comunicarse. Familiares, amigos, compañeros de trabajo... se han convertido en destinatarios de nuestros mensajes. Son muchas las ventajas que ofrece la utilización de esta app, lo que explica que esté presente prácticamente de forma constante en nuestro día a día.

No obstante, a pesar de que son incuestionables los aspectos positivos que aporta el uso de WhatsApp -comodidad, rapidez, coste mínimo-, también es cierto que no es oro todo lo que reluce y que también existen aspectos negativos. Uno de ellos se refiere al uso de esta app en el ámbito laboral, una tendencia creciente que sin embargo entraña varios peligros que es necesario tener presente.

Uno de los riesgos es la saturación de mensajes. Llamadas de teléfono, correos electrónicos, reuniones, presentaciones... Son muchas las tareas que se entremezclan en nuestro día a día, por lo que si además debemos atender a los 'whatsapps' que nos llegan a nuestro smartphone podemos terminar volviéndonos locos.

Esto contando con que se trate de mensajes de carácter profesional que atañen a nuestras responsabilidades laborales. Porque en muchas ocasiones podemos estar recibiendo al mismo tiempo 'whatsapps' que nada tienen que ver con nuestro trabajo. Nos podemos encontrar en nuestra jornada laboral respondiendo a mensajes de todo tipo: a nuestra pareja para saber quién llevará a los hijos a inglés; al amigo que nos manda un 'meme' de la derrota de nuestro equipo favorito; al fontanero para saber a qué hora se podrá pasar por casa para arreglar el grifo del baño; al grupo de la escuela... Si a ello unimos los mensajes de voz, el caos puede llegar a ser total.

Conscientes de esta circunstancia y de que prestar tanta atención al WhatsApp repercute negativamente en el rendimiento laboral, son muchas las empresas que han empezado a sus trabajadores a prohibir el uso en horario laboral de esta popular aplicación de mensajería instantánea.

La situación, sin embargo, puede darse también a la inversa. Es en los casos en los que los responsables de una empresa aprovechan el uso de WhatsApp para encomendar tareas a sus empleados, realizarles consultas, conocer el detalle de alguna cuestión... La utilización constante de esta app a lo largo de todo el día hace que en ocasiones estas comunicaciones profesionales se realicen fuera del horario laboral, lo que implica que el trabajador esté permanentemente conectado con su trabajo y a disposición de la empresa.

Otro riesgo de usar WhatsApp en el trabajo está relacionado con el hecho de que se trata de una aplicación pensada para un uso personal y no profesional. En este sentido, con esta app ni la privacidad ni la confidencialidad de nuestras comunicaciones está plenamente garantizada. Al tratarse de comunicaciones profesionales, esta cuestión no resulta baladí, ya que implica poner en 'cuarentena' la seguridad de la información que transmitimos.

Además, la orientación fundamentalmente personal de esta aplicación puede hacer que algunos clientes puedan sentir cierta inquietud hacia nuestro trabajo y nuestra profesionalidad en el caso de que recurramos al WhatsApp para mantener nuestras conversaciones.

Otro de los peligros que entraña el uso de WhatsApp en el ámbito laboral es que al tratarse de una aplicación de mensajería 'informal', en ocasiones podemos incurrir en un lenguaje informal poco apropiado para un entorno profesional y, además, en ocasiones se pueden fomentar situaciones de bullying o exclusión entre compañeros de trabajo.

WhatsApp en el ordenador

Por otra parte, en la medida que cada vez se usa más WhatsApp en el trabajo se ha popularizado también la utilización de la versión para web de esta app. Mediante el escaneo de un código QR, podemos 'exportar' a nuestro PC todas las funcionalidades de la aplicación.

No obstante, WhatsApp web tiene también sus riesgos. Así, aunque cerremos la ventana cuando finaliza nuestra jornada laboral, la sesión no se cierra, sino que sigue operativa. De esta forma, aunque apaguemos el ordenador, la persona que vuelva a encenderlo podrá acceder a todas nuestras conversaciones si escribe la palabra 'whatsapp' en la barra de direcciones del navegador. Por ello resulta imprescindible que cerremos la sesión antes de apagar el PC.

Además, otro peligro de WhatsApp web en el trabajo es que los mensajes, las fotos y los vídeos se guardan en la memoria del ordenador, al igual que pasa también con el smartphone Así, debes saber que es posible que alguien de tu empresa pueda llegar a ver las conversaciones y contenidos que has intercambiado en caso de que estos no se borren de forma correcta de las carpetas en las que se almacenan.

Por último, cabe señalar que si descargamos un fichero de WhatsApp y este esconde un virus informático, se está comprometiendo la seguridad de la empresa.