Sobre el manto de ceniza, que los vecinos de la zona cuentan que supera los cuatro metros de espesor en varios puntos, sobresalen un puñado de chimeneas y tejados, así como las copas de los pinos canarios, que comienzan a reponerse y a devolver algunos brotes verdes a un paisaje que, por lo demás, ha perdido el color
Un mundo de ceniza en La Palma dos meses después del volcán
Elvira Urquijo / Jose María Rodríguez
Sobre el manto de ceniza, que los vecinos de la zona cuentan que supera los cuatro metros de espesor en varios puntos, sobresalen un puñado de chimeneas y tejados, así como las copas de los pinos canarios, que comienzan a reponerse y a devolver algunos brotes verdes a un paisaje que, por lo demás, ha perdido el color
Un mundo de ceniza en La Palma dos meses después del volcán
Elvira Urquijo / Jose María Rodríguez
Sobre el manto de ceniza, que los vecinos de la zona cuentan que supera los cuatro metros de espesor en varios puntos, sobresalen un puñado de chimeneas y tejados, así como las copas de los pinos canarios, que comienzan a reponerse y a devolver algunos brotes verdes a un paisaje que, por lo demás, ha perdido el color
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Sobre el manto de ceniza, que los vecinos de la zona cuentan que supera los cuatro metros de espesor en varios puntos, sobresalen un puñado de chimeneas y tejados, así como las copas de los pinos canarios, que comienzan a reponerse y a devolver algunos brotes verdes a un paisaje que, por lo demás, ha perdido el color
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