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Da igual los condicionantes con los que se presentase el Barcelona en la Isla, con las bajas de Thomas Heurtel y sobre todo de Niko Mirotic, que el Granca es incapaz ni tan siquiera de poner en aprietos a un equipo de la parte alta de la tabla. Una vez más y ya van once, los insulares hincaron la rodilla (65-81) y afrontan el parón de la Copa con un mar de dudas sobre la capacidad competitiva que pueden ofrecer.
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